Otra vez Elpidio Guaraz (63) intendente de la localidad de Bañado de Ovanta, Catamarca, no se presentó a declarar argumentando que no fue notificado. El funcionario público fue imputado hace una semana por el abuso sexual y la privación ilegítima de la libertad de una adolescente a la que él había seducido.

La última imputación de Guaraz había sido en diciembre tras la denuncia de otra joven que dijo que la acosaba y coaccionaba para que mantenga una relación con él, sin embargo el día de la citación a declarar no fue y dijo a la prensa que se había “enterado por los medios”. Posteriormente decidió apelar la imputación aduciendo falta de acción y de competencia, logrando dilatar esa causa.

Esta vez, volvió a faltar a la citación para declarar en el marco de las nuevas imputaciones, donde se lo acusó de violar y encerrar a una adolescente con quien el sujeto de 63 años mantenía una relación. A través de los medios de comunicación, dijo ayer: “Vine para presentarme pero hablé con mis defensores, ellos no tenían conocimiento y me aconsejaron que no me presentara”, pese a que el Código de Procedimiento marca que la citación se realiza a los imputados.

Pidieron que citen a Guaraz a declarar otra vez

El Intendente, quien ya tiene acumulada una decena de denuncias por incumplimiento de los deberes de funcionario público, abuso de autoridad, intimidación pública y malversación de fondos, desde que ejerce su cargo de manera ininterrumpida desde 2008, dijo que sus abogados le señalaron que no se presente “porque hay una serie de pedidos, que no han cumplido. Soy una persona que respeto a las leyes, me ajusto a las leyes y respeto a la Justicia”.

La presentación a la que se refirió Guaraz fue realizada recién por sus defensores, y luego de conocer la imputación. En ella solicitan que se realice una nueva pericia psiquiátrica a la sobreviviente y un careo entre ella y otros testigos, pese a la revictimización que implicaría en caso de que fuera aceptada por la fiscala Antonella Kranevitter, que es quien investiga en la causa.

No obstante, y en caso de la fiscala rechazara el pedido de Guaraz, el expediente podría recaer en la Juzgado de Garantías nuevamente, dilatando el debido proceso otra vez y evitando, de esta forma, que el Intendente emita su declaración de imputado.

Denuncia

Carolina Vasconcelos, pudo denunciar a Guaraz en julio del año pasado, luego de escapar, con ayuda de amigos, en baúl de un automóvil porque sabía que la policía de la localidad respondía al Intendente y no le tomaría la denuncia.

"Si no lo denunciaba sé que hubiera terminado muerta o iba a mandar a matarme"

A Catamarca/12 relató parte de lo que fueron los años vividos al lado de un sujeto que comenzó a seducirla cuando ella tenía apenas 14 años.

Así, contó que como regalo de 15 años, le ofreció a la madre de la adolescente, que en ese momento cobraba un plan para mantener sola a sus 6 hijos, ser la Delegada Municipal del pueblo que habitan en el departamento Santa Rosa.

Así fue como el funcionario comunal fue habilitado y comenzó a frecuentar la casa. Cuando Carolina cumplió los 16 se hizo amigo de ella en Facebook y comenzó a mandarle mensajes "de amor". La sedujo, la convenció y la “enamoró”. Carolina dijo le creía todo lo que él le decía, y comenzó a tener una “relación” en secreto porque tenía terror de que su madre se enterara y se decepcionara.

“Él me decía que ella se iba a decepcionar de mí porque él era mayor. Con ese primer argumento comenzó a amenazarme, extorsionarme y a manipularme. Me decía que le iba a contar a ella de lo nuestro”, contó.

Explicó que las principales amenazas eran “Porque no quería que salga a ningún lado ni haga cosas de chicos de mi edad”. Guaraz le impedía juntarse con otras adolescentes. Le decía que eran “putas”, que no le convenía estar con ellas. Además, la controlaba para que no salga a ningún lado salvo para ir a la escuela. Relató que algunas veces se escapó para ir a alguna reunión de las que hacían sus compañeros de clases, que estaban prontos a egresar. “Había chicos de la escuela que trabajaban para él y tenían la orden de contarle si me veían”, dijo.

El tiempo pasó. Un día, el intendente cumplió con su palabra y le contó a su madre. Carolina ya tenía 18 años. Para asombro de la ya adolescente, su familia lo aceptó. Sin embargo, el control y las amenazas no pararon. Ahora le decía que si no hacía todo lo que él le pedía le quitaría el trabajo a su madre y que sus hermanos se "iban a morir de hambre".

Con el tiempo, el control, las amenazas y las críticas del pueblo hacia ella - él la expuso llevándola a algunos actos de gobierno -, le hicieron ver que eso no era amor ni lo que quería. El día en que intentó romper “Me pegó, y abusó sexualmente de mí. Me dijo que si no era para él no sería para nadie más. Estábamos en su casa. Yo no sabía qué hacer, a los pocos días se lo conté a mi familia, pero ellos no me apoyaron. La situación se fue volviendo cada vez peor”, contó.

Ayer, el Intendente dijo también: “Ella no ha entendido que fue una separación. Hay que mantener la cosas en lo intimo, no es bueno ventilar estas cosas. La madre, la abuela, los hermanos me apoyan a mí. Conocen la realidad”. 

Carta abierta a la Ministra de Mujeres de la Nación