Sr. Presidente: 

Lamentablemente, la violencia que viene sufriendo el pueblo argentino está siendo una amenaza directa a su forma de vida (cortes de ruta, movilizaciones masivas que afectan los derechos de transitar de las personas, usurpaciones, etc.)

Hoy nos encontramos muy cerca de un límite peligroso, como lo es el ataque directo a nuestra soberanía nacional.

Es apremiante que su gobierno comprenda que el problema con estos grupos Mapuches, a diferencia de otras comunidades indígenas, es que no reconocen a la “República Argentina “cómo Estado Nación. Actitud que se encuadra en el delito de atentado contra el orden constitucional y la vida democrática.

En consecuencia, no reconocen el valor de nuestra Constitución Nacional, ni de nuestro sistema democrático de vida, y por lo tanto ni siquiera reconocen su autoridad como Presidente del País.

En ese marco de anarquía, muchos avanzan sin dudar delinquiendo, usurpan y destruyen la propiedad privada, y amenazan y agreden a los argentinos que si respetan nuestra Constitución.

La lucha por nuestra independencia, para que seamos Patria, le costó mucho a nuestro pueblo.

Si hoy tenemos el gran país que somos, se lo debemos al coraje y los valores que impulsaron a Belgrano, San Martín y Güemes, entre otros tantos compatriotas de distintas provincias argentinas, durante esos momentos cruciales de formación de nuestra unión nacional.

Sr. Presidente, la Patria, su soberanía, la unión nacional y su integridad territorial se defienden hasta con la vida. Así como se la defendió en Malvinas, con el coraje y la entrega de cientos de jóvenes argentinos.

Si yo estuviese en su lugar le aseguro que la situación terminaría rápidamente con los delincuentes presos y sometidos al máximo rigor de la Justicia argentina, por estos actos reiterados de violenta sedición, que son delitos flagrantes.

Y se lo digo por experiencia propia, porque cuando me hice cargo del gobierno en Jujuy vivíamos esta misma y nefasta cultura de la violencia y la impunidad, que nos impedía mirarnos a nosotros mismos con seguridad, respeto y solidaridad.

El problema que usted enfrenta hoy es sencillo de resolver para un Presidente, si no fuera porque usted tiene dos armas que no usa: la Constitución y la Ley.

Sr. Presidente, no hay progreso posible sin paz y sin respeto al orden democrático y apego a la ley.

Le pido que tome las riendas de esta inadmisible situación personalmente y de inmediato.

Actue con la autoridad que le otorgó el pueblo y haga juzgar sin titubeos a estos delincuentes organizados que quieren tener a los argentinos como rehenes de la violencia desenfrenada, y a los recursos naturales de la Argentina como botín.

Con todo respeto

Gerardo Morales

Gobernador de Jujuy