Diego Santilli, diputado de Juntos por el Cambio, quedó en el centro de la escena de las redes sociales porque un usuario de Twitter advirtió que, en dos entrevistas televisivas, el dirigente opositor había contado una misma historia -con las mismas palabras y los mismos ejemplos- pero modificando las locaciones con el objetivo de que mantener actualidad. Ambos relatos le sirvieron al Santilli para introducir uno de los lemas del PRO para el 2023: una reforma laboral que reduzca derechos laborales.
Resulta que, en una entrevista reciente, el exvicejefe porteño decidió contar la historia de un supuesto comerciante de San Justo y los problemas que había tenido con un empleado, para referirse a las “trabas” que, según él, padecen quienes ofrecen empleo.
“El otro día estuve en San Justo, en un almuerzo” comienza Santilli la anécdota. “Un comerciante medio me dice ‘un chico trabajó conmigo el año pasado. Un año. Su salario era 75 mil pesos. Un buen salario para aquella época. Pero me hizo un juicio'”, continuó. Y remató: “Yo soy contador público, un salario por año trabajado, el mejor de los últimos 10 años, agregale el preaviso, las vacaciones no pagadas. Explícame cómo los 75 mil pesos pasó a 1.500.000 pesos. Entonces me dice el comerciante que no tiene ese dinero para pagarle”.
Lo sorpresivo es que esta misma historia ya la había contado el 25 de septiembre en una entrevista con La Nación +. En aquel entonces, el barrio no era San Justo sino Quilmes (con la casualidad de que ambos son muncipalidades gobernadas por el peronismo). Las mismas palabras, el mismo ejemplo, la misma referencia a su título como contador público. Todo igual, salvo el barrio.
Fue un usuario de Twitter el que compartió un video donde queda en evidencia este extraño recurso del referente del PRO. Y casi de inmediato, la publicación tuvo ciento de reacciones y comentarios: muchos de ellos ironizaban sobre la probabilidad de que, con mínimos días de diferencia, dos personas se hayan acercado a Santilli para exponer exactamente el mismo problema, que tengan la misma profesión, que hayan empleado a una persona por el mismo salario y hasta que exactamente mantengan el mismo conflicto judicial con un exempleado.