La Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS), organismo de la Iglesia Católica que preside el obispo Jorge Lugones, titular de Lomas Zamora, decidió posponer el espacio de reflexión e intercambio previsto para el próximo fin de semana bajo el título “Repensando la política” y sustituir esa actividad por “un diálogo personal con dirigentes políticos de las coaliciones mayoritarias”. Según se hizo saber desde la propia comisión, están invitando "en esta primera instancia a algunos referentes con distintas responsabilidades en los poderes políticos, que podrían tenerlas o incidir en el futuro, como parte de un proceso para construir una auténtica fraternidad”. No hay, por el momento, una lista pública de los invitados y las invitadas a tales diálogos.
La iniciativa expresa, una vez más, la preocupación de los obispos por la “realidad social y política que estamos transitando como país”, su reiterado llamado al diálogo además de las gestiones que distintos integrantes de la jerarquía realizan con referentes políticos y sociales a nivel nacional y provincial. Ya en mayo pasado, con ocasión de la asamblea episcopal, el obispo Oscar Ojea, presidente del cuerpo, advirtió sobre ““un contexto nacional y mundial reticente al dialogo y afecto al monólogo” y denunció “operaciones de prensa” para “instalar la mentira”.
El mes pasado la jerarquía católica hizo un nuevo llamado a la oración por el diálogo y la paz, pero los obispos no quedaron conformes con la misa celebrada en la basílica de Luján el pasado domingo 11 de setiembre. La iniciativa se había tomado inicialmente como un gesto religioso por la paz ante el atentado contra la vida de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. No obstante varios obispos hicieron conocer su opinión de que esa no fue una respuesta al pedido de oración que habían solicitado y que, por el contrario, el evento religioso se convirtió en un “acto del oficialismo” según dejaron trascender. El presidente Alberto Fernández estuvo presente en la celebración y también gran parte de la dirigencia del Frente de Todos. El arzobispo local Jorge Eduardo Scheinig, quien presidió la misa, terminó pidiendo disculpas con el argumento de que no se había logrado el propósito de convocar a referentes de distintas posiciones políticas.
Antes, y frente a la consulta privada de personalidades de la oposición, los jerarcas eclesiásticos a quienes se les preguntó dijeron claramente que la “misa por la paz” de Luján se hizo a pedido del intendente local Leonardo Botto (FdT) y que no había una convocatoria oficial de la Conferencia Episcopal. Detrás de escena también hubo diferencias entre los obispos respecto de qué hacer, cómo y en qué lugar. Se sabe también que el cardenal Mario Poli fue consultado acerca de la posibilidad de hacer una celebración con el mismo propósito en la Catedral de Buenos Aires y se manifestó en contra.
Pastoral Social suele ser un escenario para que los obispos promuevan diálogos con la dirigencia política y social. El obispo Lugones se mueve con soltura en esos espacios y mantiene contactos asiduos con el mundo de la política, los movimientos sociales, los gremios y la dirigencia empresaria. Las jornadas que se denominan “Repensando la política”, previstas para los años “no electorales”, son un ámbito para generar encuentros en los que participen actores diversos, aún de posiciones encontradas. Frente al escenario que se vive, los obispos de la CEPAS prefirieron ahora el “diálogo personal” con los dirigentes en el entendido de que de esa forma será más fácil lograr la expresión genuina y directa de los interlocutores, evitando discursos destinados más bien a los posicionamientos públicos o a enfrentar a eventuales adversarios. Los obispos insisten en “la necesidad de reconstruir la confianza en nuestro país y con ella, el sentido de pertenencia; de generar un acuerdo político, social y empresarial, buscando una visión superadora de la violencia ligada a la lucha por espacios de poder y que nos permita centrarnos en las verdaderas necesidades y búsquedas de nuestro pueblo; con vistas a profundizar las políticas de redistribución del ingreso para cerrar la brecha social”. Así lo expresaron en el documento conclusivo de la última Semana Social y ahora consideran que la mejor metodología para lograrlo consiste en el diálogo directo con los protagonistas de la política, la vida social y económica del país.
Por eso se proponen “establecer las condiciones para el diálogo, así como también sugerir algunos criterios para pensar y proponer políticas públicas, a largo plazo, que incidan en las principales urgencias que vive gran parte de nuestra Nación”.
No se descarta que, como resultado de estos diálogos, se conozcan nuevas iniciativas impulsadas por la jerarquía eclesiástica católica atendiendo a las demandas de la situación política y social. “Queremos ayudar y dejarnos ayudar por nuestros dirigentes políticos” afirman los obispos.