El dólar alcanzó niveles record en la primera semana de julio y en la city ya lo ven cerca de los 19 pesos para fin de este año. La suba del tipo de cambio de los últimos días despertó nuevas críticas a la estrategia monetaria del Banco Central. No fueron economistas de la oposición quienes salieron a plantear el fiasco del esquema de metas de inflación en el actual contexto y los problemas que genera la falta de intervención de la autoridad monetaria en la plaza cambiaria. Fueron los mismos economistas del mercado quienes le advirtieron a Federico Sturzenegger que si continúa por este camino existen probabilidades de terminar en una explosión.

Los datos duros de la economía muestran un Banco Central que no encuentra el rumbo. La inflación volverá a superar el 2 por ciento en julio; la Base Monetaria aumenta a ritmos superiores del 30 por ciento; el objetivo del BC es terminar con precios subiendo al 15 por ciento este año; la tasa de interés se mantiene en niveles elevados y la entidad no consigue renovar 2 de cada 10 pesos que vencen en Lebacs; y las reservas internacionales empezaron a bajar a un ritmo de 2000 millones de dólares mensuales. Este último dato es preocupante. Las reservas estaban en 52 mil millones de dólares en abril y ahora se ubican en 47 mil.

Las declaraciones en las redes sociales de Carlos Rodríguez fueron una de las más provocadoras. Aseguró que los bancos directamente le toman el pelo a Sturzenegger. “¿Podría ser que los bancos que pronostican el dólar en el REM te lo venden más caro que lo que pronostican? ¿Será que le dicen a Federico Sturzenegger los que quiere oír?”, escribió. Las consultoras y entidades financieras que participan en el Relevamiento de Expectativas de Mercado que hace el Banco Central dicen que el tipo de cambio a diciembre cerrará en 17,8 pesos, pero cuando operan en el mercado de futuros aceptan comprarlo y venderlo en 18,7 pesos para fin de año y en más de 19,5 pesos para marzo de 2018.

Rodríguez ya se había mostrado crítico del esquema monetario de Sturzenegger en abril de este año. “Esta bicicleta financiera es peor que la de la convertibilidad y termina mal. La capacidad de pasar la gorra (salir a pedir deuda a los mercado internacionales) no funciona eternamente”, dijo en ese momento. Esta semana volvió sobre el tema y planteó que la bicicleta empezó a desarmarse. “No estamos para una hiperinflación, pero recomiendo releer el tema del overshooting (una suba brusca del tipo de cambio). Creo que el juego Lebacs se acaba”.

 No fue el único que mostró malestar con los caprichos del Banco Central de no intervenir en la plaza cambiaria y seguir apostando por la tasa de interés como única variable relevante. “El dólar a 15 pesos era ridículo pero pasó a los 17 pesos muy rápido”, planteó Rodolfo Santángelo. Agregó que no hay forma que en este contexto se cumpla la meta de inflación. “El año va a terminar con precios subiendo arriba de 21 o 22 por ciento (unos 5 puntos porcentuales por encima de la meta oficial del 17 por ciento). La suba de la luz en noviembre va a generar un nuevo salto de precios”, apuntó el socio histórico de Carlos Melconian.

Las autoridades del Central por el momento hacen oídos sordos a las críticas y mantienen firme la postura de que este año la inflación será del 17 por ciento, que la suba del dólar no tiene impacto en los precios y que la tasa de interés sirve para contener los precios. E insisten con sus política contractiva: aumentaron a casi 26 por ciento el rendimiento de las Lebacs en el mercado secundario.