Por primera vez un exdiputado nacional será juzgado por delitos de violencia sexual. Se trata del peronista José Orellana, actual intendente de la localidad tucumana de Famaillá. El juicio oral y público por el delito de abuso sexual simple comenzará este viernes. La causa en su contra se abrió a partir de la denuncia de una exasesora de la entonces diputada socialista Gabriela Troaino, cuyo despacho estaba pegado al de Orellana: Agustina Poch relató que el 11 de noviembre de 2016 fue a la oficina de Orellana para informarle que había gente que quería verlo en la puerta. Según declaró, el entonces diputado tucumano abusó sexualmente de ella --con manoseos, acercamientos corporales, comentarios y besos que ella no consintió-- mientras estaban solos. “Seguro que nadie te besó así, ¿no?”, contó ella que le dijo mientras le daba besos en la oreja izquierda, ante lo cual Poch se soltó y luego de decirle “no, claramente no”, se retiró del lugar. La joven tenía 22 años.
El juicio estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 28, conformado por los jueces Carlos Mariano Chediek, Carlos Alberto Rengel Mirat, y Federico Marcelo Salvá. Y se llevará adelante en la sede del Tribunal, Paraguay 1536, 3º Piso, en CABA, con la intervención de la Fiscalía N° 29 cuyo titular es Sandro Abraldes.
“Es la primera vez que un diputado que abusó sexualmente de una empleada de la Cámara llega a responder por la acusación en su contra”, dijo a Página/12 la ex diputada María Elena Barbagelata, abogada de la querella junto a Fernanda González Allega.
--¿Qué significa este juicio para vos? –le preguntó este diario a la denunciante.
--Los dos primeros años desde que sucedió este hecho, yo tenía un seudónimo que era “Luz”, para protegerme de lo traumático que era toda la situación y evitar la exposición, en primer lugar porque en la Cámara donde trabajaba no hacían absolutamente nada, después por que enfrentar un proceso judicial es mental y físicamente muy desgastador. Fue recién en diciembre del 2018 y luego de la denuncia de Thelma Fardin (contra el actor Juan Darthés) que pude salir con mi nombre y apellido y no esconderme por lo que me había sucedido. Para mi sostener este proceso es realmente agotador y devastador, van a hacer ya seis años… la lentitud de los tiempos de la justicia no colabora y hace que reviva esto una y otra vez.
--¿Qué sería reparador?
--Llegar a un juicio me da esperanza de que hechos como estos, repudiables, no se sigan naturalizando en ningún ámbito de nuestras vidas. No deben quedar impunes. La justicia tiene que ser clara y reparadora para las mujeres que nos animamos a denunciar –señaló Poch.
En la primera jornada está previsto que declare la joven y tres testigos, dos de ellos ofrecidos por Orellana y que eran empleados suyos. El resto de los testigos que desfilarán frente al Tribunal son empleados de la Cámara o lo fueron en el momento en que sucedieron los hechos denunciados. También declarará la exdiputada Troiano.
El camino judicial para Poch no fue fácil: en diciembre de 2019 Orellana fue sobreseído en primera instancia por “falta de pruebas” por la jueza María Alejandra Provítola. Sin embargo, tanto la querella como la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), encabezada por Mariela Labozzetta, apelaron el fallo y en mayo de 2020 Orellana fue procesado por el delito de abuso sexual por los jueces de la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Ignacio Rodríguez Varela y Alberto Seijas. "La naturaleza de las cosas reclama una valoración realista puesto que (episodios como el investigado) suelen ocurrir en ámbitos de intimidad y en ausencia de testigos, por lo que el relato de la víctima adquiere una especial trascendencia probatoria y debe ser valorado con esmero, en lo posible recabando el auxilio de especialistas, como ha sido hecho en este proceso", señalaron los jueces.
Como una forma de reparación, en julio de 2020 la Cámara de Diputados de la Nación incorporó a Agustina Poch –que ya había dejado de trabajar en ese cuerpo desde diciembre de 2017-- a la planta permanente a partir de una iniciativa del Departamento de Género y Diversidad Sexual del cuerpo, donde se acordó que desarrolle su trabajo. Es socióloga. “Estoy agradecida no solo por el hecho de la contratación, sino porque es una reivindicación enorme. Nunca antes había recibido apoyo institucional desde que ocurrió el hecho y sentía un dolor muy grande porque la Cámara castigaba mi accionar”, dijo en ese momento la joven.
Cuando denunció los hechos, la Cámara no tomó ninguna medida. Incluso se presentó un proyecto para que se lo apartara de su banca mientras continuaba el proceso judicial, algo que permite el artículo 66 del reglamento de Diputados, pero nunca se trató. Recién tras seis meses de insistir, se lo cambió de despacho porque ella se lo seguía cruzando cotidianamente, dado que donde Poch trabajaba era una oficina pegada a la del legislador denunciado. Eran tiempos de la gestión macrista y el presidente del cuerpo era Emilio Monzó.
La justicia le dictó finalmente una restricción de acercamiento. Y Orellana siguió como diputado hasta 2019 cuando terminó su mandato y ganó las elecciones locales y se convirtió en intendente en Famaillá.