Marcos Rojo se rompió los ligamentos cruzados de su rodilla derecha y tendrá entre siete y ocho meses de recuperación. Tras la lesión sufrida el miércoles ante Sarmiento en Junín, el defensor de Boca se sometió a los estudios correspondientes, que ratificaron el diagnóstico extraoficial que se estimaba, por lo que la semana próxima será operado.
"Lo que esperaba, era el cruzado", comentó resignado Rojo a la salida de la clínica en la que lo atendió el médico de Boca, Jorge Batista. "Por desgracia se me rompió y a pensar en adelante", completó el defensor, que confirmó que Batista será el encargado de operarlo el próximo lunes. El propio jugador, que ya padeció una lesión similar cuando jugaba en el Manchester United pero en la rodilla izquierda, ratificó que la rehabilitación le demandará entre siete y ocho meses.
"Voy a tomarlo con calma, para tratar de recuperarme bien. Ya me pasó la vez pasada, como venía el Mundial, yo me apuré para volver lo más rápido posible y me costó mucho en lesiones. Así que pensaremos tomarlo con calma y en trabajar bien para que se recupere la pierna", explicó el ex defensor de Estudiantes, rememorando lo sucedido en 2017 cuando jugaba en Inglaterra.
Rojo, que venía de recuperarse de una molestia muscular que había sufrido ante Huracán, se lesionó a los 25 minutos del primer tiempo cuando intentó recuperar un balón y la rodilla se le trabó al momento de girar, justo en la jugada siguiente tras haber rematado un penal que le detuvo el arquero local Sebastián Meza. De inmediato, el zaguero fue retirado en camillas, con lágrimas en los ojos, porque ya vislumbraba la gravedad de la lesión. Incluso, tras el partido anticipó el diagnóstico ya había sentido lo mismo que en la rotura anterior previa al Mundial de Rusia.
"Al jugador de Sarmiento le queda la pelota atrás y en un giro quiero quedar de frente al arco, pero la cancha estaba muy seca. Yo tenía el tapón de aluminio, medio que se me clavó el pie, porque no llegué a girar del todo y ahí perdí el equilibrio", explicó sobre el momento que se lesionó en el partido que su equipo ganó por 1 a 0 y se mantuvo como líder de la Liga Profesional.
A pesar del dolor y la impotencia que le generó la situación, Rojo dejó en claro que no iba a abandonar el banco de suplentes porque quería alentar a sus compañeros. "Más allá de la bronca que tenía por el momento y la tristeza, ellos estaban jugando, porque teníamos que ganar, y los acompañé desde afuera, como me tocará hacerlo todo este tiempo", recordó el ex defensor de la Selección Argentina.