Netflix estrenó este jueves Vigilante, una nueva serie de terror dirigida por Ryan Murphy, autor de Dahmer, American Horror Story, Glee, Halston, y entre otras grandes producciones. La ficción. basada en hechos reales, cuenta con 7 capítulos y está protagonizada por Naomi Watts y Bobby Canavale.
Murphy presenta en esta nueva serie a una familia que acaba de mudarse a su nuevo hogar en Westfield, Nueva Jersey. La vivienda fue adquirida en 2014 y, antes de amueblarla y trasladarse definitivamente, le hicieron algunas reformas. Mientras se acostumbran al vecindario, reciben cartas de un emisor anónimo que firma bajo el alias de "Vigilante", en un tono amenazador y oscuro.
El "espía" les asegura haber estado vigilando la casa durante décadas porque estaba obsesionado con esta y que desde ahora también lo estaría con ellos, les escribe llamándolos por sus nombres, y da detalles que indican que se encuentra muy cerca de ellos.
El elenco deVigilante se completa con Jennifer Coolidge, Mia Farrow, Emily Juliette Murphy, Luke David Blumm, Michael Nouri, Yuko Torihara, Matthew Del Negro, Henry Hunter Hall y Caitlin Hammond y otros.
La historia real detrás de "Vigilante"
La verdadera historia sobre la casa detrás de la serie fue publicada en 2014 por la revista The Cut. De acuerdo con el relato, el matrimonio de Derek y Maria Broaddus había comprado una vivienda de seis habitaciones, donde buscaban criar a sus tres hijos, pero no se esperaban lo que les ocurriría tiempo después.
Las cartas firmadas por un tal “Vigilante” con anécdotas oscuras sobre esa residencia comenzaron a acosarlos. Según indicaba, su familia vigilaba la casa desde hace décadas: el primero en hacerlo había sido su abuelo, en los años ‘20, luego su padre, en los 60, y ahora, le tocaba a él seguir con la tradición familiar.
La familia Broaddus no dejaba de recibir amenazas contra los niños. Los intentos por acudir a la policía e investigadores privados habían sido en vano. Al tiempo desconfiaron sus propios vecinos y buscaron acercarse a la verdad a través de los dueños anteriores para saber si ellos también habían sido víctimas de las cartas, pero en los 23 años que habían vivido ahí nunca habían sido acosados de esa manera.
A pesar del esfuerzo que dedicaron a la búsqueda del acosador, jamás pudieron descrifrar su identidad. Seis meses después de haber recibido la primera carta la familia inició los trámites para mudarse y vender la casa. Poco después, una nueva familia alquiló la vivienda, y cuando Derek fue a arreglar unos asuntos pendientes, se encontró con una nueva carta de el “Vigilante” a los flamantes integrantes de la casa. Finalmente, en 2019 el domicilio fue vendido.