Luego de varios episodios que ponen en duda la salud del mental del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, una encuesta publicada esta semana demuestra que más de la mitad de los votantes se encuentran preocupados por el mandatario. Por su parte, Donald Trump aprovecha para hacer política con la salud del presidente.
A partir de las recientes demostraciones públicas de Biden en las que se ve con dificultades para hablar, moverse o incluso confundir la causa de la muerte de su propio hijo, la encuestadora Issues & Insights (I&I/TIPP) publicó que el sesenta y cuatro por ciento de los votantes se encuentra preocupado por la salud mental del presidente. I&I/TIPP explicó, además, que las preocupaciones no eran partidistas, sino que eran compartidas por simpatizantes de distintos partidos políticos, incluso los demócratas.
El porcentaje aumentó desde principios de agosto donde la primera encuesta demostraba que el cincuenta y nueve por ciento de los votantes se encontraban preocupados por la salud del mental del mandatario de casi ochenta años.
En la última encuesta, realizada a mas de mil trescientas personas del 5 al 7 de octubre, el porcentaje subió cinco puntos, es decir, casi los dos tercios de los votantes. La encuesta, que cuenta con el 2,8 por ciento de margen de error, explicó que la mayoría de ese crecimiento vino por parte de los demócratas, el partido de Biden. El número creció del treinta y nueve por ciento al cincuenta y dos por ciento, haciendo una diferencia de trece puntos.
Episodios preocupantes
El último episodio preocupante del presidente tuvo lugar este miércoles cuando, en un discurso que brindaba en el estado de Colorado, confundió la causa de la muerte de su hijo. Beau Biden murió de cáncer cerebral en 2015 pero el presidente dijo que había muerto en combate en Irak. Si bien Biden hijo había participado del conflicto y conseguido la medalla de servicio, Estrella de Bronce, no fue esa la causa de su muerte.
Además, en julio de este año, Biden afirmó que tenía cáncer de piel por efecto de la contaminación ambiental pero el informe publicado por su médico en 2021 especificó que no había sospechas de esa enfermedad al momento.
Otra de las declaraciones que generaron preocupaciones fue cuando, hace unas semanas, aseguró que había entrado al Senado del país hace 720 años. Siguiendo esta línea, a finales de septiembre, el presidente preguntó si la congresista, Jackie Walorski, se encontraba en la sala, siendo que la legisladora había fallecido el mes de agosto en un accidente de tráfico y el propio Biden había enviado sus condolencias a la familia.
"Estados Unidos merece respuestas"
En este mismo sentido, en una nota de opinión en el diario New York Post, el médico estadounidense Marc Siegel, afirmó que el país merece respuestas sobre la función cognitiva de Biden. “Lo más preocupante es el área de la función ejecutiva, que incluye la capacidad de planificar, realizar tareas, concentrarse en información detallada y, sobre todo, tomar decisiones. No hace falta decir que el presidente como jefe ejecutivo de este país debe tener un nivel muy alto de capacidad ejecutiva”, expresó.
En ese mismo sentido, Siegel dijo que no hay que dejarse llevar por videos y realizar los estudios correspondientes. “La mejor manera de abordar los aparentes múltiples lapsos de memoria y períodos de desorientación de Biden no es especular basándose únicamente en videoclips, sino exigir una divulgación y transparencia completas, especialmente de un presidente de casi 80 años con un historial médico significativo”, estableció Siegel. El medico contó, además, que no sería la primera vez que en Estados Unidos se oculta la enfermedad de un presidente. Siegel citó como ejemplos la enfermedad cardíaca de Dwight Eisenhower y la enfermedad de Addison de John Kennedy, mientras aún estaban en el cargo.
El médico mostró preocupación por el último examen físico de Biden, hecho por el Dr. Kevin O'Connor, en el que se especifica una marcha cada vez mas rígida del presidente, que atribuía a una artritis degenerativa. Sin embargo, Siegel remarcó que no hubo resonancia magnética, no se informaron pruebas cognitivas ni una evaluación con un neurólogo. “Una marcha rígida puede estar asociada con múltiples afecciones, incluido el daño de la sustancia blanca o la hidrocefalia de presión normal, que causan deterioro cognitivo”, explicó el doctor.
Trump aprovecha
La constitución de Estados Unidos cuenta con la Enmienda 25 que permite reemplazar a un mandatario si se lo considera incapaz de cumplir con los deberes y poderes a su cargo. La publicación de la encuestadora recordó que, en 2021, el expresidente Donald Trump también generó preocupaciones por su capacidad de gobernar, principalmente entre los demócratas. Sin embargo, esas expresiones de preocupación no tuvieron mayor trascendencia, ya que en 2018 Trump había publicado los resultados de su Evaluación Cognitiva de Montreal. Esta prueba evalúa la función visoespacial, la memoria, la función ejecutiva, el lenguaje, la atención, la abstracción, el recuerdo y la orientación.
A pesar de haber sido cuestionado en su mandato sobre sus facultades mentales, Trump no perdió oportunidad para criticar la supuesta incapacidad mental del actual presidente para conducir el gobierno. La semana pasada, durante un evento en Minden, Nevada, Trump compartió un video con sus seguidores mostrando las equivocaciones de Biden mientras el público cantaba “Joe tiene que irse”.
Informe: Sofía Troiano