El intendente de la ciudad tucumana de Famaillá, José Orellana, rechazó los cargos en su contra al declarar este viernes como procesado en la primera jornada del juicio oral que se le sigue por supuesto abuso sexual a una empleada, en noviembre de 2016, cuando era diputado nacional por Tucumán.
Por su parte, la querellante, Agustina Poch, ratificó los dichos que, luego de varios años, llevaron al exlegislador y actual jefe comunal al banquillo de los acusados.
El debate se inició por la mañana con la lectura de la acusación y, tras las declaraciones de Orellana, de Poch y una testimonial, el Tribunal Oral en lo Criminal 28 (TOC 28), integrado en forma unipersonal por Federico Salvá, dispuso un "cuarto intermedio" hasta el próximo jueves.
La audiencia, celebrada en la sede del juzgado, en Paraguay 1536 de la ciudad de Buenos Aires, fue presencial pero con acceso restringido al público debido al objeto procesal de la causa.
Poch, quien estuvo asistida por sus abogados Carlos Cruz, Sofia Morandeira y Fernanda González Allega, denunció oportunamente que, en ocasión de su trabajo como empleada en el Congreso de la Nación, en el despacho de Orellana, fue objeto de "manoseos", "besos" y "acercamientos" no consentidos.
Luego de varios años de instrucción del sumario, en 2019 Orellana fue sobreseído por falta de pruebas, pero la Sala IV de la Cámara Nacional en lo Criminal revocó esa resolución y la transformó en un procesamiento por presunto abuso sexual.
Poch, de 22 años cuando habría sido víctima de Orellana, mantuvo su identidad en reserva hasta diciembre de 2018, pero se animó a aparecer con su verdadero nombre cuando Thelma Fardin acusó de abuso sexual al actor Juan Darthés.
Como una forma de reparación, en julio de 2020 la Cámara de Diputados de la Nación incorporó a Agustina Poch --que ya había dejado de trabajar en ese cuerpo desde diciembre de 2017-- a la planta permanente a partir de una iniciativa del Departamento de Género y Diversidad Sexual del cuerpo, donde se acordó que desarrolle su trabajo. Es socióloga. “Estoy agradecida no solo por el hecho de la contratación, sino porque es una reivindicación enorme. Nunca antes había recibido apoyo institucional desde que ocurrió el hecho y sentía un dolor muy grande porque la Cámara castigaba mi accionar”, dijo en ese momento la joven.
Cuando denunció los hechos, la Cámara no tomó ninguna medida. Incluso se presentó un proyecto para que Orellana fuera apartado de su banca mientras continuaba el proceso judicial, algo que permite el artículo 66 del reglamento de Diputados, pero nunca se trató. Recién tras seis meses de insistir, se lo cambió de despacho porque ella se lo seguía cruzando cotidianamente, dado que donde Poch trabajaba era una oficina pegada a la del legislador denunciado. Eran tiempos de la gestión macrista y el presidente del cuerpo era Emilio Monzó.
La denunciante está representada por la abogada y exdiputada María Elena Barbagelata, quien ayer publicó en su cuenta oficial de Twitter que "comienza el juicio a José Orellana por abuso sexual, una denuncia que acompañé desde su inicio y en la que, por primera vez, un ex diputado nacional llega al banquillo por delitos de violencia sexual", expresó la titular de la Asociación de Abogadas y Abogados de Buenos Aires (AABA).
Barbagelata recordó en su posteo que "Orellana, después de seis años de ser denunciado, sigue ejerciendo la función pública como intendente en una localidad de Tucumán".