"Desde el colegio nos dijeron que están dispuestos a soportar las sanciones, pero de ningún modo iban a revertir su decisión", contó a Página/12 una mamá que prefirió reservar su identidad por temor a represalias, luego de que el instituto privado Magno de Pilar ratificara que "no iba a retrotraerse de la decisión" de negarles las vacantes para el próximo año a ocho niños con dificultades de aprendizaje y discapacidades, pese a haber sido intimado por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.
La institución sostuvo en su comunicado que "aún bajo todas la presiones que se están llevando a cabo, y los propios riesgos tanto de pérdida de matrícula como de imposición de sanciones que pueden llegar a la clausura del colegio o a hacer inviable el proyecto educativo, la decisión de la no matriculación de estos ocho casos no se revertirá".
Según la madre de uno de los nenes damnificados, "las autoridades del Magno se victimizan y dicen que el colegio podría ser cerrado", a raíz de la repercusión y las posibles sanciones. "Hay padres que tienen miedo de que sus hijos se terminen quedando sin escuela", señaló la mujer.
Los directivos remarcaron que "no todo se arregla a la fuerza, por presiones, y que muchas veces la fuerza termina rompiendo lo que se pretende proteger, que en este caso no es otra cosa que los niños". "Nosotros como siempre, honraremos el valor de la libertad en todos nuestros actos, como uno de lo pilares de formación de nuestros alumnos", afirmaron en otra parte del mail.
"Aunque el Magno se hubiese retractado, yo no quiero que mis hijos continúen formándose allí. La actitud que tuvieron no va en paralelo con los valores que dicen tener", expresó, afligida, la mujer.
Pese a que la mayoría de familias afectadas están buscando de manera urgente otras escuelas para sus chicos, expresaron que no es fácil conseguir vacantes. "Yo preferiría que mi hijo no esté en un colegio manejado por una persona que piensa de esta manera", dijo el papá de un nene con integración escolar, señalando, además, que el dueño del establecimiento tuvo una "actitud muy agresiva".
"Para quede bien claro, hemos decidimos no renovar las matrículas y, si no lo entienden, podemos seguir por las buenas o por las malas", fueron las palabras que el propietario del Colegio Magno --según relató el padre del niño-- expresó ante la mirada atónita de los familiares.
Las familias manifestaron que no esperaban "ni en un millón de años" que un colegio que, hasta hace dos años era un "ejemplo de integración y respeto", ahora decida excluir a los chicos.
"Es muy doloroso porque a un nene con discapacidad no le es fácil integrarse. Antes del Magno, estuve más de un año buscando un lugar donde mi hijo pueda sentirse parte. La pelea que tenemos ahora es que nuestros chicos no pierdan la escolaridad", cerró un papá.
Informe: Karla Góngora.