Javier Edgardo Salcedo (33) fue condenado ayer a la pena máxima, prisión perpetua, tras ser encontrado culpable del delito de “homicidio agravado por mediar relación de pareja” por quitarle la vida a Débora Barros (30). Este fue el primer juicio por jurados de la provincia, que arribó a ese veredicto tras dos maratónicas sesiones que se llevaron a cabo entre el jueves y ayer, en la acondicionada sala del TOF (Tribunal Oral Federal).

“Quiero pedir disculpas y decir que estoy arrepentido por lo sucedido”, dijo el asesino confeso en un mensaje dirigido a los jurados y a la familiares de la joven víctima en sus últimas palabras, una vez que en horas de la tarde, terminaron de desfilar los testigos.

El fiscal Alejandro Dalla Lasta, sostuvo en sus alegatos de cierre que “si hubiera sido sexo solamente (como planteaba la defensa), nunca la hubiera celado de esa forma. Salcedo no mató a cualquier persona, mató a su pareja”, enfatizó, a la vez que remarcó que los psicólogos que prestaron declaración como expertos en la causa, hablaron de los ciclos de la violencia de género y "los dos profesionales arrojaron luz a la situación, arribando a la conclusión de que esta era una relación de pareja”, debido a que el sujeto y la joven se mostraban juntos públicamente en el barrio que habitaba el femicida, entre otras acciones relacionadas a la intimidad y el presunto afecto que había entre ambos.

También hizo hincapié en que en el intercambio de mensajes de texto, la joven expresaba sentimientos como “te extraño”, aunque no se pudo obtener más información porque la mujer cambió de celular.

Dallalasta, también echó por tierra el argumento de la defensa, que aseguró que no se conocían y Débora no sabía su nombre verdadero (lo llamaba Liam, uno de los alias que el sujeto utilizaba). Sobre esto, consideró que “eso no significa que no hayan tenido una relación de pareja”, sino que el hombre ocultaba su identidad, haciéndose llamar por distintos nombres.

“La persona que está en pareja baja la guardia porque confía y nunca se espera que la terminen ahorcando, que le peguen una trompada, que la tiren al piso. Al contrario, esperan compasión y apoyo (…) No se dejen engañar, estoy seguro que ustedes, con su sentido común, van a poder determinar claramente que hubo una relación de pareja”.

“Débora no se merecía morir de esa forma”, subrayó el fiscal, a la vez que recordó que las y los testigos que fueron aportados por la Fiscalía y la querella, dieron cuenta de que la joven era permanentemente celada y controlada por Salcedo, quien cada vez la aislaba más de su entorno cercano, en un típico comportamiento misógino y de violencia de género.

La querella, en la voz del abogado Sebastián Ibáñez, adhirió a lo solicitado por el fiscal, y recordó al jurado los testimonios que se presentaron durante el debate, lo que sumado a las pruebas, consideró, dan como conclusión que Débora fue despiadadamente asesinada, y que Salcedo "posee una naturaleza misógina" (que puso de manifiesto en relaciones anteriores, como se vio en el juicio) y que era indiscutible la relación amorosa entre ambos.

El querellante también expresó que “ella callaba todo esto (los hechos de violencia como cosificación y el control que ejercía sobre ella), porque temía que si lo contaba, su familia y amigos intervendrían”. Otro punto que destacó Ibáñez fue la declaración de la ex pareja del ahora condnado: “no la mató porque se fue, se volvió a Belén. Salcedo era y es un sujeto violento (…) y es un sujeto de extrema peligrosidad social”, a lo que añadió que, precisamente, estuvo preso hace algunos años por portación ilegítima de armas, lo que “no habla precisamente de una persona pacífica”.

Al momento de presentar la defensa del ahora condenado, el abogado Fernando Contreras sostuvo lo que manifestó en sus alegatos de apertura, que “no existen pruebas de que hayan mantenido una relación de pareja”, y calificando a lo que sucedió entre el hombre y la mujer como un “touch and go”, para justificar que el sujeto merecía la pena de “homicidio simple” y no el de “homicidio agravado por relación de pareja”, cuya única posible condena es la cadena perpetua.

Contreras habló de la presencia de otra mujer en la vida de Salcedo y de la buena relación que este tiene con su madre y hermana, a la vez que les subrayó a las doce personas que integraban el jurado que “tienen que estar seguros más allá de toda duda” de la sentencia y las circunstancias que rodearon a la situación que conocieron mediante el debate.

Femicidio

Es importante mencionar que Débora fue asesinada el 11 de abril de 2021 en una casa alquilada por Salcedo, ubicada en la zona Sur de la ciudad. Las pericias determinaron que el sujeto, que anteriormente había sido denunciado por violencia de género, además de por la portación ilegítima de armas de guerra, también había sido violento con sus parejas anteriores, una de las cuales, declaró en el juicio sobre los padecimientos que sufrió y como debió huir para salvar su vida.

Según contó, “Liam” había comprado el arma luego de una pelea con ella y el objetivo era matarla. Cuando este fue juzgado, se dejó de lado el delito menor (la denuncia por violencia de género) y solo se lo condenó a dos años y medio de prisión por el otro delito; por lo que quedó libre hasta el fatídico día en que le quitó la vida a otra mujer, Débora.