Han pasado 60 años de que el 007 de Sean Connery fue visto por primera vez en pantalla en El satánico Dr. No (1962), en una escena a las 3 de la madrugada en un casino de Mayfair. El agente secreto estaba jugando al bacará contra Sylvia Trench (Eunice Grayson), llevándose todo su dinero. "Bond... James Bond", revelaba su nombre mientras la cámara finalmente mostraba su rostro envuelto en la niebla de su propio cigarrillo.
El Instituto Británico de Cine marcó el aniversario con varias proyecciones de Bond, incluyendo Dr. No y el nuevo documental de Mat Whitecross The Sound of 007, que cuenta la historia de la música del agente secreto. Luego de que Amazon pagara 8500 millones de dólares por los derechos, la plataforma Prime Video acaba de incorporar todos los títulos y el mismo documental. Y todas esas celebraciones llegan en un momento en el que todos se están preguntando... ¿Quién será el próximo intérprete de James Bond? Daniel Craig terminó su ciclo en 2021 con Sin tiempo para morir. Ahora hay toda una ola de excitación sobre los potenciales pretendientes al apellido Bond. Se ha indicado que sea quien sea, deberá comprometerse al rol durante una década.
El pesado ex Superman Henry Cavill sigue siendo el favorito, seguido por Rege-Jean Page (Bridgerton), Idris Elba (Luther, The Wire) y el recientemente coronado campeón de jiu-jitsu Tom Hardy apenas por detrás en las apuestas. James Norton tiene lo suyo, así como Aidan Turner (Poldark) y Jamie Dornan, visto en 50 sombras de Grey. Los corredores de apuestas no esperan a una 007 mujer. Suranne Jones (Coronation Street y Gentleman Jack), Lydia West (It's a Sin) y Lashana Lynch, quien dejó una fuerte impresión en Sin tiempo para morir, son todas corredoras en desventaja. Sam Mendes, de todos modos, ha pedido que la próxima película de Bond sea dirigida por una mujer.
Pero a pesar de la histeria que rodea a la coronación del próximo rey de los espías, los productores Barbara Broccoli y Michael G. Wilson aseguran que la búsqueda de un nueva Bond está aún en una etapa inicial. "Primero de todo, en este momento no estamos haciendo ninguna selección de casting activa", dice Broccoli. "Como podrán imaginarse, estamos en una posición en la que tenemos que hacer un completo reboot. Hay todo un gran proceso que tiene que suceder antes de que empecemos a elegir el elenco. Es encantador que haya tanto interés en eso, pero la idea de que ya haya apuestas en curso, como si ya estuviéramos embarcados activamente en encontrarnos con actores, hablando con ellos... absolutamente, no es el caso."
"Queremos celebrar el 60º aniversario, y el próximo año empezaremos a hablar sobre adónde vamos a ir, empezaremos a pensar historias", continúa la productora. "Una vez que tengamos un sentido, entonces sí empezaremos a seleccionar intérpretes."
Los productores, de todas maneras, están buscando un Bond que pueda comprometerse con la franquicia durante varias películas. Algunos comentaristas han especulado conque esto significa que Elba, que en este momento tiene 50 años, quedará fuera de la carrera por ser muy viejo para el personaje. ¿Están detrás de alguien joven? "Eso depende de qué significa 'joven' en estos días. Mi sensación es que es un concepto cambiante. Pero todos los otros Bond empezaron en sus treinta, ese fue siempre el caso", responde Broccoli.
Entre toda la conmoción que rodea a la sucesión de James Bond, vale la pena echar la vista atrás, observar los comienzos de una franquicia de 8 mil millones, y preguntar cómo fue concebida en primer lugar El satánico Dr. No. "No estaríamos ahora hablando si no fuera por Sean Connery, y todas las personas que hicieron aquella película original", señala Broccoli sobre la primera de una serie de 25 títulos. "Miramos hacia ella a menudo. Es una película asombrosa. Todavía aguanta."
Wilson, mientras tanto, cita el momento en el que Bond dice "agotaste tus seis" luego de quien intenta asesinarlo se queda sin balas. Bond lo mata. "Hasta ese momento, ningún héroe del cine había realmente ejecutado a alguien. Dr. No estableció un nuevo género en la manera de filmar."
No fue una película fácil de financiar ni de llevar a cabo. En Jamaica hubo problemas con el clima. El presupuesto de producción había sido originalmente fijado en unos modestos 500 mil dólares, aunque los productores Cubby Broccoli y Harry Saltzman gastaron un monto considerablemente mayor y alentaron al visionario diseñador de producción Ken Adam a pensar en grande. Cuando la película superó su presupuesto en 100 mil dólares, la compañía aseguradora tomó el control del proyecto, a menudo un signo de un desastre en puerta.
Pero Saltzman y Cubby Broccoli eran unos magos del marketing que hicieron posible la franquicia, creando una gran expectativa alrededor de ella y asegurándose de que el público tuviera pocos indicios de los desafíos detrás de las escenas. "Lo que realmente me asombra es lo poco que han cambiado las cosas", suspira Broccoli al contemplar sus propias batallas para algunas de las películas subsiguientes de Bond. "Tuvieron un presupuesto muy pequeño. Tuvieron problemas con el clima, problemas de agenda, perdieron locaciones, toda clase de dramas. Y nada ha cambiado. Tenemos los mismos problemas. Los presupuestos son mucho mayores, pero los problemas permanecen."
Irónicamente, Cubby Broccoli -el padre de Barbara-, quien había formado una sociedad con Saltzman en el verano de 1961, quería originalmente a Cary Grant para el rol. El apuesto actor era una opción obvia. Como el héroe de Alfred Hitchcock en Intriga internacional (1959), había lidiado con intensas escenas de acción a la vez que exhibía una atractiva línea de humor autocrítico. En Tuyo es mi corazón (1946), también de Hitchcock, también había mostrado algo del sadismo y crueldad sexual que venían junto a Bond.
"Cubby y Cary Grant eran amigos cercanos. Grant era un actor asombroso, un hombre asombroso. En ese momento estábamos tratando de llevar a cabo la película y cuando uno está en eso hay un montón de conversaciones. A menudo, tener una estrella consigue el truco", dice Broccoli sobre los intentos de su padre. "No creo que hayan llegado muy lejos, y no creo que Cary Grant haya sentido que encajaba en el personaje. Lo que sí sabemos es que una vez que vieron a Sean Connery estuvieron determinados a conseguirlo, aunque el estudio se hubiera negado."
Tal como lo describía el novelista Ian Fleming, Bond era "un instrumento brutal enarbolado por un departamento del gobierno... tranquilo, duro, despiadado, sardónico, fatalista." Cubby Broccoli y Saltzman sintieron que el joven y relativamente desconocido actor escocés era perfecto.
"Hay una historia famosa sobre Connery llegando a la oficina en 2 Audley Square y que, cuando se fue, Cubby y Harry corrieron a la ventana para verlo cruzar la calle, porque tenía este andar como de pantera", dice Broccoli. "Tenía verdadero carisma. Era realmente destacable."
La mitología que rodea a la elección de Connery pasa por alto un factor importante: el escocés era barato. Recibió 10 mil dólares por el trabajo, una suma decente en 1962 pero una fracción de los salarios que se le pagaban a las estrellas de Hollywood. Ursula Andress recibió 2 mil dólares por interpretar a Honeychile Ryder y Lois Maxwell cobró poco menos de 400 por encarnar a Miss Moneypenny por primera vez. Como reveló el historiador del cine Charles Drazin en su libro sobre la financiación de El satánico Dr. No, el presupuesto total para el elenco de la primera película Bond rondó los 28 mil dólares, un monto miserable.
No había ninguna garantía de que lograra hacerse una segunda película Bond, pero Cubby Broccolu y Saltzman se comportaron como si la franquicia llevara establecida largo tiempo. No se puede sino admirar su atrevimiento. El guión de Dr. No no perdía tiempo en cuestiones como la historia pasada de Bond o cómo había sido reclutado por el MI5. El personaje aparecía ya totalmente formado. Todo lo que parecía nuevo era la Walther PPK, que los jefes de 007 insistían que utilizara en lugar de su preferida, una liviana Beretta.
La mayoría de los elementos familiares que aparecerían en las películas posteriores ya estaban presentes: las bromas con Moneypenny cada vez que Bond iba a ver a su jefe, el permanentemente gruñón M; el uso de la canción de Bond para elevar la tensión; su obsesión fetichista con autos y armas; los títulos de Maurice Binder con el logo del cañón de la pistola y las imágenes abstractas de mujeres danzando. Tampoco hay nada tentativo en la performance de Connery, ninguna sensación de que estuviera buscando su camino en el personaje. El único momento de toda la película en la que se lo ve remotamente nervioso es cuando una tarántula camina por su cuerpo.
El historiador Max Hastings aseguró recientemente que la película se estrenó con "críticas y comentarios pobres", y que solo se convirtió en un éxito porque "su historia de un millonario chino amante de los cohetes en el Caribe y en la nómina de pagos de Moscú" de pronto cobró fuerte actualidad durante la crisis de los misiles en Cuba, que comenzó a mediados de octubre, justo poco después del estreno en Gran Bretaña.
Como explican Broccoli y Wilson, esto es solo parcialmente cierto. La película fue un gran éxito en el Reino Unido pero no fue estrenada en Estados Unidos hasta comienzos del verano de 1963, algunos meses después de que terminara la crisis. "En Estados Unidos estaban preocupados porque pensaban que sería demasiado inglesa", dice Broccoli sobre la reserva de los distribuidores de ese país sobre Dr. No. "La pusieron en salas secundarias, autocines y cosas como esas. Tuvieron que relanzarla más tarde porque se había convertido en una sensación. Creo que la era Kennedy, la crisis de los misiles y todo eso probablemente ayudaron, pero era una película bastante asombrosa. Tenía acción, tenía sexo, tenía cosas increíbles. Y, más importante, tenía a Sean Connery y Ursula Andress." La película impulsó de todo, desde el turismo a Jamaica hasta las ventas de bikinis, gracias a la famosa escena de Andress emergiendo de las olas en su bikini blanco en la isla Crab Key.
Sesenta años después, Broccoli y Wilson tienen la tarea de reinventar la serie manteniéndose lo más fieles posibles a la visión de Fleming. Es un desafiante acto de balance, que se ha vuelto más y más difícil a medida que pasaron los años. "Alcanzamos al público, y estamos felices de ver que está tan interesado, y continúa estándolo", dice Wilson. "Parte de nuestro trabajo es tratar de no decepcionarlo, pero al mismo tiempo darle algo que no haya visto antes."
Si tienen dudas, los productores siempre vuelven a las novelas y los cuentos cortos. "El personaje de Fleming es muy rico. Siempre hay algo allí que te ayuda, que te recuerda aspectos del personaje en los que quizás no habías pensado o que querés reinventar", apunta Wilson, quien tiene créditos de guionista en varias de las películas.
El violento, sádico espía creado por Fleming ha sido un invitado en el Palacio de Buckingham. Su encuentro con la realeza en el comienzo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 fue mencionado en casi todos los obituarios de la Reina. Bond no es el oso Paddington. ¿Cómo, entonces, se ha convertido en una figura tan querida en la cultura popular británica?
"Creo que la razón de que hubiera esa conexión entre la Reina y Bond es que ambos ejemplifican el servicio. La Reina, absolutamente, 70 años de dedicado servicio y, bueno, lo que hace Bond es servir. Tiene todo que ver con la Reina y el país. Ahora tendrá que ver con el Rey y el país. Creo que eso es lo que la gente reconoce y aprecia", sugiere Broccoli, haciendo sonar al espía como el patriota perfecto.
Cuando se le pregunta por la búsqueda de placeres cuando está fuera de servicio en las últimas seis décadas, Broccoli también tiene una explicación. "Los elementos de hedonismo tienen que ver conque es un hombre que siente que tiene una expectativa de vida muy breve. Es un asesino y es también la presa de otros asesinos... va a intentar conseguir lo mejor de cada momento porque no sabe si va a sobrevivir al próximo día. Quiere vivir la vida al máximo."
Broccoli y Wilson quizás no tengan aún una pista de quién estará bebiendo martinis en la próxima película de Bond, pero ambos están muy seguros sobre una cosa. "Si Sean Connery atravesara la puerta hoy, lo contrataría sin dudarlo", dice Broccoli.
- De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.