El chef

Philip Barantini

2021

Aunque la historia es muy diferente en fondo y forma, El chef, que tuvo estreno en salas de cine y aún continúa en cartel, tiene varios puntos de contacto con El oso. En principio, el título original, Boiling Point, señala el punto de hervor de una cocción, pero también la instancia climática de una serie de problemas y conflictos que terminan de estallar durante una noche en un restaurante londinense exclusivo. Filmada a la manera de un único plano-secuencia, sin cortes y en tiempo real, la película de Philip Barantini presenta al chef Andy Jones (Stephen Graham) mientras llega a su local pidiéndole disculpas por teléfono a su pequeño hijo. Andy se ha separado hace poco y el ritmo de trabajo le impide llevar una vida parental normal, más allá de su creciente adicción al alcohol y las drogas. De ritmo velocísimo, diseñada casi como un baile cinematográfico, en El chef algunos de los problemas de la cocina se quedan allí, pero otros se trasladan a las mesas de los comensales. Hay una clienta alérgica a las nueces, un padre de familia que representa la peor pesadilla de las meseras, un grupo de influencers poco conocedores de la haute cuisine y, para colmo de males, la inesperada presencia de una crítica culinaria. Todo dispuesto para que, de un momento a otro, se venga el estallido.

Big Night

Stanley Tucci y Campbell Scott

1996

Stanley Tucci codirigió y protagonizó este clásico del cine gastronómico de los ’90, en el cual interpreta a Secondo, responsable de las finanzas del restaurante del chef Primo (Tony Shalhoub), su hermano mayor. Inmigrantes italianos en la Nueva York de finales de los años 50, el restó Paradise no termina de atraer a su posible clientela, a pesar del enorme talento de Primo para la combinación de sabores. Su risotto con frutos de mar parece una delicia, pero una escena temprana demuestra que, más allá de la famosa frase, el cliente no siempre tiene la razón: ¿cómo comparar ese manjar con un simple plato de fideos con albóndigas? Big Night describe los esfuerzos de los hermanos restauradores por evitar la bancarrota al tiempo que sueñan con la presencia del gran trompetista Louis Prima. La última escena registra la cocción y presentación de una seguidilla de platos inolvidables, demostración de que el cine es capaz de abrir el apetito con el sentido de la vista. No sólo eso: luego del estreno de la película, el interés por la comida italiana y sus múltiples posibilidades –lejos del tándem pasta y pizza– se incrementó en los Estados Unidos de manera exponencial. Un verdadero fenómeno cultural.

Tampopo

Juzo Itami

1985

El largometraje del japonés Juzo Itami generó en Occidente el bautismo de un posible nuevo género cinematográfico: el ramen western. Es que, como en los clásicos Los siete samuráis y Yojimbo, de Akira Kurosawa, aquí también hay condimentos del gran género cinematográfico estadounidense, aunque el campo de batalla no esté simbolizado por el duelo en medio de la calle de un pueblo polvoriento sino por la lucha por obtener el mejor plato de ramen (el plato de fideos típicamente nipón) imaginable. La viuda del dueño de un local de comida entabla amistad con un camionero y su amigo, dispuestos a convertir el lugar en el mejor puesto de ramen de todo Japón luego de probar la horrible sopa cocinada por la mujer. Comedia donde los enredos no se dan solamente en la cocina, en la preparación del plato cinematográfico se dan cita unos duros gangsters y un par de sibaritas erótico-culinarios. Pero las escenas más recordadas del film, que tuvo amplia distribución internacional a finales de los años 80, son aquellas en las cuales, reloj cronómetro en mano, se detalla paso a paso y con lujo de detalles –tiempos de cocción, ingredientes, condimentos, presentación– el nacimiento del mejor ramen del universo.