Dirigentes políticos provinciales de todas las fuerzas, oficialismo incluido, discuten todavía intenciones y posibilidades de suspender para 2023 las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. También es un tema clave en la provincia de Buenos Aires, donde además el sistema electoral contempla solo una vuelta y no el ballotage como a nivel nacional. Kicillof habla de este tema y del blanqueo programático de Mauricio Macri.
--El PJ bonaerense habilitó la discusión interna sobre si conviene o no que haya PASO en el 2023.
--Como gobernador tengo un rol institucional, pero no me voy a hacer el distraído. Esto se resuelve en las cámaras legislativas de cada provincia. Aquí nosotros no tenemos mayoría, así que debería haber un acuerdo dentro de la oposición, y un acuerdo previo dentro del oficialismo. Pero la provincia de Buenos Aires tiene una particularidad: dice que la PASO provincial debe hacerse el mismo día que la nacional. El grado de libertad para tomar una decisión, así haya acuerdo, es menor que en otras provincias. Es un tema a discutir con franqueza. Hay declaraciones de Macri, de cuando era presidente, diciendo que había que sacar las PASO porque eran muy caras. Evaluemos el sistema y sus resultados. Ése es mi método en general para todo. Hasta para la salud pública. El gobierno anterior arregló las salas de guardia, pero cuando pasabas al resto del hospital era un desastre. Salimos de la pandemia habiendo multiplicado por tres las salas de terapia intensiva. El área de salud mental en los hospitales casi no existía. Ahora la estamos desarrollando. Las de hospitales, escuelas o cárceles son inversiones muy grandes y difíciles de comunicar, porque superan la coyuntura. Es difícil sacarle jugo electoral. Pero esa no es mi lógica.
--¿Cuál sería?
--Inauguremos y mantengamos. Si no, a los cinco años una ruta estará destruida. El mantenimiento es más importante que la inauguración. Durante los gobiernos de Néstor y Cristina hubo inversiones con el presupuesto nacional. Hoy también. Pero se requiere una política provincial, un plan. Aunque complique comunicarlo porque el juego político a veces está atado a la llamada grieta.
--¿Por qué “la llamada grieta”?
--Porque la grieta es un proyecto. Es un dispositivo que impide discutir proyectos, porque implica tirarse tosca de trinchera a trinchera. Soy muy crítico del neoliberalismo, y de un radicalismo que quedó subordinado a un proyecto neoliberal. Critiqué también al peronismo por eso, durante la época de Carlos Menem. Pero no veo grieta cuando hablo con los intendentes y dirigentes radicales de la provincia.
--¿Con quiénes, por caso?
--No los nombro para que después Patricia Bullrich no los expulse. ¿Cómo van a estar de acuerdo los intendentes radicales del interior de la provincia con una política de especulación o de desindustrialización? La identidad de la provincia de Buenos Aires es la producción. Buenos Aires es el motor productivo de la Argentina. Los intendentes tienen escuelas públicas, lo mismo los hospitales, y muchos frigoríficos municipales. ¿Van a estar de acuerdo con Macri, que propone privatizar todo? ¿Van a criticar que estemos trabajando en las rutas transversales, como la 41 o la 51, que no salen ni de La Plata ni de la Capital Federal? Ya que estamos, digo Capital Federal porque así es.
--¿Cuál es el fundamento?
--El Obelisco es de todos los argentinos y argentinas, no de Horacio Rodríguez Larreta. Y el gobierno federal también. No pueden privarnos de tener una Capital Federal.
--Ya que hablamos de Capital Federal, ¿cómo está la relación Axel Kicillof-Sergio Massa?
--Lo conocí cuando éramos diputados y estábamos en bloques distintos. Empecé a generar una relación también a partir del debate, porque es notorio que no coincidimos en todo. Ya en el Frente de Todos, con el peronismo y fuera del peronismo, nadie pretende una homogeneidad absoluta sino acuerdos en un núcleo de coincidencias. Estamos en una coyuntura muy particular. La pandemia quemó todos los manuales, y encima salimos de la pandemia con una economía mucho más concentrada a nivel mundial. La guerra también.
Hoy Alemania tiene un déficit brutal cuando la cuestión de la austeridad, sobre todo por la experiencia de inflación previa al nazismo, estaba grabada en mármol. Donald Trump repartió cheques de 1200 dólares a 150 millones de norteamericanos. Ante una situación extraordinaria se requiere creatividad.
La provincia de Buenos Aires en 2021 creció más de 11 puntos. Bajó el desempleo. Pero, otra vez, el derrame no funcionó. Qué novedad, ¿no? Se generó más riqueza y no fue a los trabajadores y a los sectores populares. Obviamente hay una etapa de estabilización, con medidas que ya se han tomado. Ahora hay que mejorar los ingresos de los sectores populares, no solo por razones de justicia sino en favor del propio sistema económico. Lo digo porque hay sectores con mucha rentabilidad que pueden volcar esos saldos líquidos a una salida financiera, y eso provocaría mayor fragilidad. Y otro elemento es que el crecimiento sostenible tiene que ver también con el mercado interno. Si los ingresos no crecen, no crece el consumo, no crece la demanda, no crece la inversión, no se sostiene el empleo, no se sostiene la producción.
Y esto no es “Ah, pero Macri”. Porque Macri significa el inmenso endeudamiento seguido de fuga, y la presencia del Fondo Monetario Internacional, cuando nunca se ha visto que los planes del Fondo le sirvan a la Argentina. Que Macri no venga a dar consejos de cómo se sale de una crisis. Dejaron al país sumido en una de las crisis más grandes que se recuerden. Y con todo a favor. Con los medios, con buena parte de los organismos internacionales, gobernando la Nación, la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, con plata… ¿Y ahora qué idea fantástica se le ocurre a Macri? Hacer lo mismo que hizo pero todavía más rápido. Cristina planteó debates como el de la economía bimonetaria. Podríamos discutir también sobre la integración regional y la reindustrialización de la Argentina. Porque la industria no es, como piensan algunos, un malentendido. Yo celebro que Macri haya desclasificado su programa económico. Lo tenía oculto. Bueno, ahora lo dicen. Privatizar. Echar. Quitar derechos laborales y jubilaciones.