"Juanchi" Zabaleta fue el primero, pero no el último. El regreso a Hurlingham del ex ministro de Desarrollo Social es el anticipo de un éxodo de funcionarios que, en los próximos meses, armarán las valijas y retomarán el pago chico para gestionar sus distritos durante la campaña electoral. Este es el caso de ministros nacionales, como Jorge Ferraresi, pero también de varios ministros bonaerenses, como Leonardo Nardini o Martín Insaurralde, que también son intendentes en uso de licencia y sopesan la posibilidad de regresar para retener el control de sus municipios (y, de paso, buscar refugio en un complicado escenario político para el Frente de Todos). Aún no están definidos ni los tiempos ni los nombres - ninguno quiere confirmar antes de tiempo que abandonará su puesto en el Ejecutivo -, pero en el peronismo muchos advierten que es un proceso inevitable y que deberá ser correctamente administrado si no se quiere debilitar al ya golpeado gobierno nacional.
La historia se repite cada cuatro años: a medida que se acerca las elecciones, numerosos intendentes y referentes territoriales que abandonaron el terruño para jugar más allá de sus fronteras empiezan a sopesar la posibilidad de regresar a casa. El primero, esta vez, fue Juan Zabaleta, quien renunció al Ministerio de Desarrollo Social para disputarle a su reemplazante el control de la intendencia de Hurlingham. "El caso de Juanchi no es el mismo del resto", advierten diferentes voces del PJ bonaerense. En efecto, Zabaleta debió regresar a las apuradas a Hurlingham debido al crecimiento del poder de La Cámpora en la intendencia con la llegada de Daniel Selci (un concejal camporista que empezó a disputarle el liderazgo a "Juanchi" desde el momento que lo reemplazó).
Si bien el resto de los funcionarios/intendentes en uso de licencia no tienen el mismo apuro - ya que la mayoría dejó una estructura propia más armada -, son varios los que ya están analizando hacer lo mismo que Zabaleta. Uno de ellos es el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. Histórico referente de Avellaneda, Ferraresi asumió en 2020 en reemplazo de María Eugenia Bielsa y, si bien es un hombre muy cercano al cristinismo (es vicepresidente del Instituto Patria), durante un tiempo intentó hacer equilibrio entre el kirchnerismo y el albertismo. Hoy, sin embargo, tiene la mirada fija en volver a Avellaneda. En su entorno ponen paños fríos y advierten que el desembarco aún no está definido - "No necesitaría tampoco renunciar. Hoy él ya está haciendo campaña, si te fijas su agenda tiene más que ver con Avellaneda que con el Ministerio", matizó un colaborador cercano - , pero quienes lo conocen aseguran que será uno de los primeros que regresará a su distrito para ir por la reelección.
El otro nombre que resuena es el de Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas y hombre muy cercano a Alberto Fernández. Si la partida de Zabaleta fue un duro golpe, la de "Kato" - un funcionario que no solo encabeza un área que podría resultar clave para la campaña del 2023, sino que además es uno de los pocos "albertistas" que todavía mantienen un vínculo aceitado con el kirchnerismo - sería fatal. Su lugar en el gabinete nacional, sin embargo, se mantiene firme: tanto en público como en privado el ministro niega que vaya a regresar a San Martín, en donde dejó la intendencia en manos de Fernando Moreira. Si bien nunca dejó de mirar de cerca lo que pasa en su distrito - todos sus fines de semana están repletos de actividades en San Martín -, Katopodis está apostando a apuntalar a su sucesor para la elección del 2023.
Párrafo aparte merece el jefe de Gabinete, Juan Manzur, quien ya está planificando su regreso a Tucumán para participar activamente de las próximas elecciones a gobernador. En disputa abierta con su vice (y actual gobernador) Osvaldo Jaldo, Manzur tiene planeado regresar en la brevedad para mantener el control político de la provincia (ver aparte).
Finalmente, están también los ministros bonaerenses, muchos de los cuales empezaron a ocupar áreas claves de gestión en el gobierno de Axel Kicillof luego de la derrota de las PASO. El nombre que más resuena es el de Leonardo Nardini, ministro de Infraestructura e intendente de Malvinas Argentinas en uso de licencia: si bien desde su entorno niegan que esté en sus planes cercanos abandonar su cargo, es uno de los ministros que - junto a Ferraresi - más chances tiene de volver al terruño para encabezar la campaña. Después de todo, Nardini hizo historia al lograr destronar a Jesús Cariglino luego de 20 años ininterrumpidos de gobierno y su participación en la campaña sería clave, a su vez, para traccionar votos para la elección nacional.
Si bien, en público, todos los intendentes en uso de licencia niegan que estén pensando en regresar a su distrito - Nardini, Martín Insaurralde, Ariel Sujarchuk -, todos coinciden en que no es el mismo escenario para los que ocupan cargos provinciales que para los que ocupan cargos nacionales. En el primer caso, resulta mucho más sencillo cumplir ambos roles - el de gestión y el de campaña -, lo que permitiría una vuelta al municipio más tardía. Al final del día, sin embargo, es todo cuestión de tiempo: distintas terminales del peronismo coinciden en que el éxodo es inevitable y que será cuestión de "ordenarlo" lo más prolijamente posible de modo que no lastime a la gestión nacional o provincial. "Si no lo organizas estratégicamente va a ser un quilombo, un símbolo de debilidad para el gobierno nacional", afirmó un intendente en uso de licencia.