Un basural instalado desde hace décadas en la localidad bonaerense de Gonzalez Catán y las consecuencias sanitarias para los vecinos del lugar, son el puntapié inicial para que Víctor Cruz reflexione sobre el cine y su propio lugar como realizador en "Después de Catán", que a partir de hoy se puede ver de manera gratuita en el portal Vivamoscultura.buenosaires.gob.ar.

En diálogo con AM750, el director de este proyecto habló sobre su duración (solo 40 minutos) y sostuvo que, si bien es sintético en sus películas, en ésta "se pasó", aunque señaló que como hay momento de voz en off y reflexiones, "podía parecer un poco extenso" el relato por lo que terminó aceptando ese metraje.

Consultado acerca de la reflexión que hace el filme, Cruz dijo que lo que sucedió es que "no podía" terminar el documental, por lo que "había como dos fuerzas ahí que me chocaban: las ganas de querer hacerlo y cierta imposibilidad de terminarlo". Luego, todo se aceleró en 20 días, con lo cual el realizador supone que fue un proceso personal alrededor de preguntarse si "tenía sentido" hacer la película.

Asimismo, trabajar con su experiencia sobre ser una persona que salió de la ciudad bonaerense de González Catán fue lo que hizo diferente a este proyecto, ya que a Víctor no le es ajeno el género.

"La verdad que traté de ser lo más honesto posible y, también, esto de haberla hecho rápido me permitió decir algunas cosas que, si las hubiera pensado más el tiempo, no sé si las hubiera dicho", aseguró.

Por último, algunas conclusiones que saca el director al respecto es "la importancia de la organización colectiva para la defensa de los derechos" de las personas que allí sufren las consecuencias del basural.

"Siempre hay gente que tiene que tomar su iniciativa, que es como una persona, pero detrás tiene que haber una concientización colectiva para poder defender esos derechos y para poder cambiar esa realidad, que son cambios que empiezan desde abajo", concluyó.

Con "Después de Catán", el director de películas como "Taranto", "Boxing Club", "El perseguidor" y "La noche de las cámaras despiertas", entre otras, se cuestiona de manera descarnada sobre el objeto de hacer películas para poco público e incluso va un paso más allá, al preguntarse hasta qué punto los documentales son una herramienta válida para visibilizar alguna temática.

En la película, construida con fragmentos, "conviven distintas texturas y formatos, materiales destinados al descarte y material generado con celulares", describió el director en el material distribuido a la prensa.