Las victorias venían enmascarando el mal juego de Boca; la seguidilla de partidos provocaba reiteradas lesiones, pero eso no parecía preocupar y algunos errores se tapaban por el buen momento de Agustín Rossi. Pero en Rosario, Boca recibió un tremendo cachetazo, un baño de realidad, que le despintó la chapa de candidato a quedarse con el título y lo llenó de dudas.
Los pibes de Newell's lograron un resonante victoria por 2 a 0 que se festejó tanto en Rosario como en Tucumán, Avellaneda, Patricios y Núñez y le puso suspenso a la definición del campeonato. Juan Manuel García, después de una cadena de errores defensivos de Boca, y Walter Ditta, con un violento cabezazo, fueron los autores de los goles que sellaron un triunfo que tuvo además el valor de que se consiguió jugando más de un tiempo con uno menos. Los números cantan que Boca sigue dependiendo de sí mismo y que si gana sus próximos compromisos (Gimnasia el miércoles e Independiente el domingo) será campeón de todos modos, pero no le va a resultar fácil recuperarse del golpe anímico y ahuyentar los fantasmas que les habrá provocado esta caída.
Newell's había sido un poquito más en el primer tiempo, al menos hasta la expulsión de Sforza. Mantuvo la pelota lejos de Lautaro Morales, no sufrió ningún apremio, ocupó mejor los espacios libres hizo circular correctamente la pelota en el medio y, aunque no generó situaciones claras como para inquietar a Rossi, tuvo al menos un par de aproximaciones. Armando Méndez pudo llegar al gol a los 5 minutos, cuando quedó libre por la derecha, pero remató mal y hubo otra de Juan Garro, que se filtró por el medio y cruzó el remate bajo que encontró bien colocado al arquero de Boca. Fueron como avisos de lo que ocurriría en el segundo tiempo.
El equipo de Hugo Ibarra, estático, sin ideas, abusaba del pelotazo directo para Luca Langoni, volcado sobre la izquierda, y Darío Benedetto, tratando de moverse del medio hacia la derecha sin ningún resultado. Recién pudo empezar a tener un poco la pelota tras la expulsión de Juan Sforza. El volante de Newell's, que había sido amonestado a los 13 por una clara falta a Alan Varela, recibió la segunda amarilla (pareció una exageración del árbitro) después de una infracción a Juan Ramírez desde atrás.
Once contra diez Ibarra imaginó que los suyos se llevarían por delante a su rival y puso al recuperado Sebastián Villa por Carlos Zambrano (amonestado y lesionado) pero en el arranque de la segunda un error de Luis Advíncula desacomodó a Varela y Facundo Roncaglia y le permitió a Juan Manuel García irse solo y cruzar el remate a la red. Y cuando Ibara metía más delanteros y Boca se desesperaba en la búsqueda del empate, llegó el segundo gol. Tiro libre y cabezazo letal de Ditta para liquidar la cuestión.
Dos a cero, gran mérito de los chicos rosarinos que supieron ordenarse para frenar las embestidas del rival y aprovecharon al máximo sus oportunidades.