Abba, Ikea, Volvo, Nobel y Spotify. The Playlist (estreno de la semana pasada por Netflix) sigue la historia de la última joya de la corona sueca: el servicio de streaming que cambió el panorama de la industria musical en el siglo XXI. “¿Qué es la música realmente? Técnicamente, es una serie de sonidos combinados para generar una reacción en la mente humana. Pero es mucho más”, dice con razón Daniel Ek (Edvin Endre), el creador del unicornio que supo cómo cabalgar el terremoto comercial y cultural propiciado por Napster, eMule y The Pirate Bay, y demás programas de descarga.
El piloto se centra en la figura de su creador, prototipo del nerd y genio digital, pero con bastante rencor encima como para querer cargarse a Silicon Valley en general y a Google en particular. Justo cuando parece que la miniserie será otro exponente del drama tech (WeCrashed, Superbumped, The Drop Out) con tonada nórdica, o caer en las costumbres de una biografía –demasiado- oficial, pervierte su estructura con un giro en el punto de vista. Quien aparece contrariando a Ek es otro personaje relevante para la trama. La industria, la ley, la tecnología, el socio y la artista marcarán el pulso de los episodios restantes de The Playlist. Un hexaedro narrativo que pretende ir más allá de Spotify con su radiografía sobre el consumo y negocio de la música en la actualidad.