Martín Santiago Del Río, el presunto doble parricida de Vicente López, solicitó alegando cuestiones de salud su prisión domiciliaria en su casa del country Nordelta, en el partido bonaerense de Tigre. Lo curioso no sería la solicitud. Todas las defensas cuyos defendidos cuentan con la capacidad económica suficiente, interponen esa argumentación para evitar la prisión. Lo curioso en este caso es que la medida, de aceptarse, se haría sin el permiso de su esposa, quien aún vive en esa propiedad y le pidió el divorcio a pocos días de su detención, informaron hoy fuentes judiciales.
La presentación fue realizada por su abogada, Mónica Chirivin, a través de un escrito elevado al juez de Garantías 1 de San Isidro, Ricardo Costa, y en el que concretamente solicita la morigeración de la prisión preventiva ya dictada al imputado.
El argumento central de la defensa son los problemas de salud que padece el menor de los hijos de las víctimas José Enrique Del Río (74) y María Mercedes Alonso (72), quien desde el viernes pasado pasó a estar detenido en una cárcel común del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), la Unidad 48 de San Martín.
“Martín Del Río se encuentra enfermo, padece de diabetes severa, hipertensión, y niveles altos de colesterol, el mismo está detenido desde el 7 de setiembre, y en este mes ha sufrido un agravamiento en su salud, no cuenta con la dieta estricta, y con el estrés postraumático de la pérdida de sus padres, y el encierro ha producido un fuerte descenso de peso, y algunos picos de glucemia, que lo desestabilizan, hasta elevar su presión, si bien por ahora tiene medicamentos, necesita otra alimentación y control médico”, afirma la abogada.
Pero además, argumenta que Del Río (47), con una imputación por doble parricidio, corre riesgo dentro del sistema carcelario. “Este hombre nunca estuvo detenido, por lo que corre peligro su integridad física. (…) Debe considerarse con el estigma que puede entrar a una Unidad Carcelaria, donde no tiene fuerzas para defenderse y mucho menos posibilidades de sobrevivir con su enfermedad”, agrega la letrada, quien le pide al juez que apele a su “sentido humano”, para no agravar la situación de Del Rio y evitar “un mal irreversible”.
Lo curioso de la petición es que la abogada Chirivin propuso como domicilio para la prisión morigerada la casa del barrio Barrancas del Lago del country Nordelta, el sitio donde el acusado fue detenido cuando llegaba en su camioneta el pasado 7 de septiembre y donde aún vive su esposa, quien a las 48 horas de la detención le pidió el divorcio a Del Río, luego de que le imputaran el doble crimen y que se supiera que tenía una relación extramatrimonial con otra mujer.
“El viviría en su casa, donde están dadas las condiciones para permanecer con un arresto domiciliario, mientras tramita el debido proceso, allí lo asisten sus hijos y su esposa”, escribió la abogada, aunque tres fuentes judiciales vinculadas a la causa afirmaron a Télam que ni la esposa ni los hijos prestaron conformidad para que el imputado fuera a vivir a esa propiedad en caso de que el juez le otorgue el beneficio.
La primera opción que había barajado la defensa de Del Rio era proponer como domicilio para la prisión morigerada la casa que sus padres asesinados tenían en el country San Diego del partido bonaerense Moreno, pero su hermano mayor –quien declaró en contra de Martín y además es particular damnificado en la causa-, tampoco accedió a entregar la llave ni le permite usar eventualmente esa propiedad.
Del Río padre y su esposa Alonso aparecieron asesinados -él de tres balazos y ella de uno- el pasado 25 de agosto en el interior de su automóvil en el garaje de su casona de la calle Melo 1101, de Vicente López.
Si bien la empleada "Nina" Aquino fue la primera detenida, el juez de la causa la liberó por falta de pruebas y el 7 de septiembre los fiscales detuvieron al hijo menor de los fallecidos, Martín, como supuesto autor de un doble parricidio.
En base a prueba fílmica, tecnológica y testimonial recopilada por la fiscalía, el juez Costa dictó el 7 de este mes la prisión preventiva de Del Río como autor de un "doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causa" (matar para lograr la impunidad), delito que prevé como única pena la prisión perpetua.
Para los fiscales, el móvil fue económico y está vinculado a la frustrada operación inmobiliaria por la cual las víctimas pensaban que ese mismo día iban a mudarse a un lujoso departamento del barrio porteño de Núñez, valuado en más de un millón y medio de dólares, y que Del Río hijo nunca pudo concretar.