Lo que suceda con la interna de Hurlingham, que incluye cómo las partes administran sus diferencias, se roba todas las miradas. Juan Horacio “Juanchi” Zabaleta reasumió como intendente del distrito y su reemplazante mientras Zabaleta estuvo en el Ministerio de Desarrollo Social, Damián Selci, volvió a ocupar una banca de concejal. En un panorama general de acuerdos entre cada intendente y La Cámpora, Hurlingham es un desafío por sus antecedentes: llegar a una lista de unidad en 2019 fue trabajoso.
Zabaleta, ex secretario administrativo del Senado en tiempos de Amado Boudou y mano derecha del entonces vicepresidente, dejó su distrito a mediados de 2021 para encabezar la cartera hasta entonces ocupada por Daniel Arroyo. Entonces, tal como lo contempla la carta orgánica del municipio, se hizo cargo Selci, quien venía de presidir el Concejo Deliberante.
De buena relación personal con el presidente Alberto Fernández, Zabaleta es naturalmente un intendente que mira al mismo tiempo el tablero general y se prepara para defender el territorio que encabeza en la contienda electoral de 2023. Después de la vuelta al distrito, las especulaciones en danza empezaron a abarcar también a Jorge Ferraresi de Avellaneda y Gabriel Katopodis de San Martín, pero no hay nada por el momento.
El desafío de cada intendente que ocupe otro cargo es manejar una tensión: cómo y cuándo reforzar su distrito sin generar una estampida que debilite al gobierno nacional.
Selci responde a Máximo Kirchner y a Andrés “El Cuervo” Larroque, los dos jefes de La Cámpora, y es un sub 40 muy activo. Docente y escritor, autor de “Teoría de la militancia” y “La organización permanente”, en apenas un año se encargó de dejar su huella en el municipio. Se despidió con un video de diez minutos en redes sociales que bien podría considerarse una memoria de su gestión: ampliación de cloacas, inauguración de dos salas de primeros auxilios, policlínico de más de dos mil metros cuadrados, polideportivo en Villa Tesei, más de cien viviendas sociales, mejoras a lo largo de la avenida Vergara, mercado central local.
Otro punto a resolver es la conformación del gabinete que acompañará a Zabaleta en esta etapa, un punto que no se había contemplado previamente. Más allá de la pirotecnia inicial, en ambos sectores confían en llegar a un acuerdo. “Si no se arregla acá, se arregla por arriba”, deslizan, a sabiendas de que una ruptura no es negocio para nadie. En solitario, Zabaleta se vería limitado a cuatro bancas propias en el Concejo y ese escenario tonificaría a la oposición de Juntos por el Cambio, que hizo una muy buena elección el año pasado.
Fuentes provinciales le bajan el tono a la disputa. Sostienen que no hay otro distrito con escenario similar, de manera que no podría extenderse. Y confían en que la prioridad, tanto del lado de Máximo como de los intendentes, es preservar la unidad.