Carlos Pedro Tadeo Blaquier sigue moviendo las agujas del reloj de la Justicia. Después de que uno de los peritos del empresario avisara que no iba a estar disponible el próximo 26 de octubre –cuando debían analizar si Blaquier está en condiciones de afrontar un juicio penal–, el Cuerpo Médico Forense (CMF) decidió modificar la fecha y le informó al Tribunal Oral Federal (TOF) de Jujuy que recién va a testear al dueño de la agroindustrial Ledesma el 30 de noviembre próximo. La dilación es contraria a lo que había dicho la Cámara Federal de Casación Penal, que ordenó que se practicaran nuevos estudios sobre Blaquier con la máxima celeridad.
Blaquier tenía que presentarse el próximo 26 de octubre en la sede del CMF en la calle Lavalle al 1400. Pero eso ya no sucederá, y no sucederá por una concatenación de hechos que parece sorprendente. Uno de los peritos de parte de Blaquier le mandó un correo electrónico directamente al CMF para avisar que él no estaría disponible en esa fecha porque está participando de un evento en una universidad de Roma. Sin previa consulta con el TOF de Jujuy, el CMF postergó los análisis al magnate de 95 años hasta el 30 de noviembre próximo.
El TOF de Jujuy tomó nota de lo resuelto por el CMF pero le recordó que debía darle máxima prioridad a la situación de Blaquier. Es probable que en las próximas horas haya una presentación del Ministerio Público Fiscal (MPF) ante una situación que se presenta como, al menos, irregular: el perito no le comunicó su imposibilidad de asistir al tribunal sino al CMF y éste fue el que modificó las fechas.
El CMF también había designado para intervenir a una psicóloga que ya había participado en los estudios que le hicieron a Blaquier el año pasado y había concluido que no estaba en condiciones de sentarse en el banquillo. Por eso, el TOF de Jujuy, en sintonía con un planteo de la fiscalía, le pidió al CMF que designe a otro profesional. Días atrás, el TOF le había solicitado al CMF que informe si está en condiciones de hacer una evaluación interdisciplinaria del abogado que dirigió hasta hace menos de diez años Ledesma, la empresa que originariamente perteneció a la familia de su esposa, María Elena “Nelly” Arrieta.
Blaquier conoce bien cómo estirar los tiempos de la justicia. Si bien la denuncia sobre la participación de Ledesma en los secuestros y desapariciones se conoció desde el retorno de la democracia, Blaquier recién se sentó ante un juez en 2012. En ese año, Fernando Poviña lo procesó en dos causas: una por tres secuestros ocurridos en las primeras semanas de la dictadura y otra por las privaciones ilegales de la libertad que se sucedieron en julio de 1976 en lo que se conoció como las “noches del apagón” –cuando las fuerzas salieron de cacería en Ledesma, Calilegua y Libertador General San Martín al amparo de un corte del suministro eléctrico–. En el expediente quedó acreditado que los secuestros se hicieron con camionetas de la empresa.
En marzo de 2015, la Cámara Federal de Casación Penal salió en auxilio de Blaquier y le dictó una falta de mérito que paralizó la causa hasta julio de 2021. Durante casi seis años, el caso estuvo sometido a la cronoterapia de la Corte Suprema. Los cortesanos Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton dijeron que la Casación se había involucrado indebidamente en el caso y obstaculizado el avance de la investigación-
Después de que la Corte volviera a ponerlo en carrera para ser juzgado, la defensa de Blaquier –encabezada por Jorge Valerga Aráoz, el excamarista del Juicio a las Juntas– empezó a plantear que el empresario no estaba en condiciones de afrontar un proceso penal. En diciembre pasado, el CMF informó que Blaquier presentaba un deterioro cognitivo que hacía inviable que se sentara en el banquillo.
En abril, el TOF de Jujuy –con los votos de Abel Fleming y Gabriela Catalano– separó del juicio a Blaquier pero dijo que debía avanzarse con el enjuiciamiento del exadministrador de Ledesma Alberto Lemos. La tercera jueza, Alejandra Cataldi, sostuvo que debían repetirse los estudios y realizar una serie de medidas que planteaban las partes acusadoras, como saber si Blaquier aún tenía firma en la empresa. La Sala IV de Casación se inclinó también por reiterar el peritaje pero sostuvo que debía hacerse rápido, algo que parece contrariar los planes de los peritos de Blaquier y del propio CMF.
El mes pasado, se conoció que Blaquier era cliente VIP en la Escuela de Yoga Buenos Aires (EYBA), más conocida como la secta de Villa Crespo. Allí tenía un “palacete” que usaba cuando frecuentaba el edificio de la calle Estado de Israel. Según los investigadores, Blaquier habría concurrido hasta 2014 a la sede de la secta de Villa Crespo. En ese momento, debería haber sido elevado a juicio por crímenes de lesa humanidad pero ocho años después su situación sigue sin resolverse.