Una multitud alegre, bulliciosa, con militancia sindical, política, en organizaciones sociales, pero sobre todo peronista, colmó la Plaza de Mayo. Los más de 200 mil manifestantes, según afirmaron los organizadores, llegaron convocados por el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN) que lidera el triunviro de la CGT, Pablo Moyano, la Corriente Federal de los Trabajadores, las dos CTA, movimientos sociales y el PJ bonaerense, entre otros. Todos los presentes no sólo revindicaron la gesta del 17 de octubre de 1945, sino también la aplicación de un modelo que tenga una mayor injerencia en la planificación de la economía y en la (re) construcción de la unidad nacional para evitar que la derecha regrese al poder en las elecciones del próximo año: "Tenemos que ofrecer en 2023 un proyecto de país que interprete al pueblo", como afirmó Máximo Kirchner. Si bien la movilización pretendió no avanzar en una definición sobre posibles candidaturas para las elecciones presidenciales, lo cierto es que en varios de los discursos, pero sobre todo en las consignas de los participantes, la figura de Cristina Fernández de Kirchner estuvo siempre presente que, como afirmó en su discurso Hugo Yasky, "es la compañera que nos representa, la conductora de nuestro movimiento".
La de Plaza de Mayo fue, sin duda, la demostración más numerosa de las que hubo por el Día de la Lealtad. Por caso, la mesa chica de la CGT, con los triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña a la cabeza, se reunieron en el estadio de Obras Sanitarias para lanzar, sin medias tintas, una mesa que dispute los puestos en las próximas listas electorales. También las organizaciones sociales conocidas como "Los cayetanos" se reunieron en La Matanza en un denominado cabildo abierto. En tanto, el presidente Alberto Fernández buscó mantenerse equidistante de esas demostraciones, y para eso se fue a Cañuelas a inaugurar obras de infraestructura pero sin olvidar el día del nacimiento del peronismo. (ver notas aparte)
"Yo vengo a la plaza porque soy peronista y quiero que Cristina sea presidenta", gritó al oído de este cronista una mujer que se aferraba a la valla que separaba la multitud del escenario que habían levantado los gremios que convocaron a la movilización. Cada uno de los dirigentes gremiales y políticos que subían saludaban a la multitud. El detalle sobresaliente fue que de los presentes los que se llevaron los aplausos más intensos fueron el gobernador bonaerense Axel Kicillof y el diputado Máximo Kirchner. Eso sí, cuando los oradores nombraban a CFK los aplausos se incrementaban y el cántico de "Cristina presidenta" se imponía.
A partir del mediodía comenzaron a llegar las columnas. Camioneros junto al Smata ocuparon el centro de la plaza y a sus costados fueron acomodándose el resto de los gremios y organizaciones políticas y sociales. Una disposición parecida a la que luego se vio entre los dirigentes que subieron al escenario. Allí estuvieron Pablo Moyano, Mario Manrique (Smata), Roberto Baradel (Suteba), Sergio Palazzo (Bancarios), Vanesa Siley (Sitraju), Omar Plaini (canillitas), Walter Correa (curtidores); Claudio Lozano, Teresa García y Taty Almeida por Madres Línea Fundadora, entre otros. Entre la multitud se pudo ver Jorge Taiana, el único ministro que participó de la concentración.
Yasky, en su condición de titular de la CTA de los Trabajadores, fue el primero en hablar. Reivindicó a Néstor y Cristina Kirchner, los definió como los "emblemas en la lucha" de los trabajadores y le advirtió al macrismo que "este pueblo va a estar movilizado hasta el último día para impedir que la derecha vuelva a gobernar a la Argentina". En ese sentido afirmó que "para garantizar la distribución de la riqueza hay que construir poder político, organización y unidad popular. Eso no se construye en las oficinas, eso se construye en la calle, con la lucha y la voluntad de estar de pie".
Luego fue el turno de Hugo "Cachorro" Godoy por la CTA Autónoma, que garantizó un triunfo el próximo año si predomina la unidad de los sectores populares. Le siguió el titular de la Federación Gráfica y referente de la Corriente Federal de los Trabajadores, Héctor "El Gringo" Amichetti.
Máximo Kirchner fue el penúltimo en hablar y lo primero que hizo fue transmitir el saludo de CFK, luego destacó la convocatoria y la alegría de la multitud que da "esperanza" para el futuro inmediato. No perdió tiempo y recordó que "el tema de la deuda no está solucionado y la curva de vencimientos que tiene nuestro país, para cualquier candidato que aspire a ser Presidente y gobernar, es un verdadero problema". En ese sentido señaló que "la Argentina necesita un respiro, no necesita lecciones de economistas, de ideas obsoletas, arcaicas y que sólo benefician a unos pocos", indicó. De todas formas aseguró que "esta plaza demuestra que vamos a poder salir adelante, ofrecer en 2023 a la sociedad argentina un proyecto de país que realmente la interprete, la contenga, la proteja, la promueva".
El titular del PJ bonaerense destinó unos minutos de su discurso a Mauricio Macri al rechazar sus dichos sobre el supuesto "fracaso" que es la sociedad argentina. "Maleducado", le dijo al expresidente y señaló que "si alguien fracasó no fue la sociedad, fue Macri que no estuvo a la altura de las circunstancias ni lo que la hora demandaba. Maleducado. Alguien que lo ha tenido todo en la vida ¿por qué tratar así a su propio pueblo que confió en él para llevarlo adelante?", apuntó. Luego advirtió que si el macrismo triunfa en 2023 "se avecinan tres flexibilizaciones: la laboral, la impositiva y la ambiental", y detalló que "estos tres ejes son el punto nodal de negociación que el poder económico y financiero quiere sobre nuestro país porque sabe de la necesidad que tiene la banca y el Estado nacional para afrontar las deudas contraídas por Macri".
El cierre estuvo a cargo del secretario adjunto de los mecánicos, Mario Manrique, que reemplazó --a último momento-- a Pablo Moyano. El mecánico afirmó que "acá también está la CGT", en un claro mensaje a los otros triunviros. También reivindicó la condición de conductora de CFK y afirmó que la única salida para el pueblo está en el movimiento nacional y popular: "Esta militancia es la que nos llevará a la victoria", afirmó. Luego, como debe ser, el final fue con la marcha peronista.