Ayer integrantes de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores de la filial Salta se concentaron en el Centro Cívico Municipal de la ciudad capital, movilizados por la muerte de Facundo Velas, el joven de 21 años que falleció el 8 de octubre, aplastado por una máquina usada para enterrar residuos en el vertedero San Javier, en la zona sur de la capital salteña. Desde la Federación insistieron en que la ciudad tiene que adoptar un sistema de reciclado con inclusión social y "que evite muertes como la Facundo y tantos otros". 

La muerte de Velas no es la primera que ocurre en el año: en marzo se conoció que un hombre de 36 años murió en similares circunstancias. A pesar de que se abrió una investigación, se aseguró que esa primera muerte fue consecuencia de una acción involuntaria por parte de un trabajador de 56 años que conducía la máquina. 

Para el delegado de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores de la filial Salta, Rodrigo Escribas, ambas eran muertes evitables. No obstante, no fueron las únicas ya que "todos los años se producen muertes de este tipo en el vertedero". Para la Federación, todos los decesos se producen "sin que ningún gobierno aporte soluciones a la terrible situación de los cientos de trabajadores cartoneros que día a día trabajan, y los cientos de indigentes que van a buscar comida empujados por la hambruna". 

Mientras se manifestaban a las puertas del edificio municipal, algunos delegados de la Federación fueron recibidos por el subsecretario de Gobierno de la Municipalidad, Javier Hirst, a quien le pudieron manifestar el pedido de justicia y de acompañamiento a la familia de Velas. No obstante, Escribas mostró su preocupación al darse con la noticia de que "la Municipalidad no tenía idea de la existencia de su familia", es decir que no se la asistió "de ninguna manera". "Ahora se comprometieron a hacerlo desde el área de Desarrollo Humano", detalló. 

Durante el encuentro también solicitaron que se pongan en marcha otras acciones que permitan desconcentrar la presencia de personas en el vertedero. Una propuesta es que la intendencia de Bettina Romero adhiera al programa nacional Argentina Recicla, que busca promover la inclusión social y laboral de aquellos trabajadores no reconocidos que realizan trabajos de recolección y recuperación de residuos sólidos urbanos y dan un servicio ambiental fundamental.

Ese programa establece la constitución de recicladores de base, sistemas locales de reciclado, que permitirían la desconcentración, redes de comercialización y valorización de otras corrientes de residuos. Hirst se comprometió a dar una respuesta a la demanda.

"Quedamos en alerta y movilización esperando respuestas concretas para que dejen de pasar estos hechos trágicos", manifestó Escribas. La Federación recordó que en diciembre del año pasado, "luego de varias invitaciones a la intendenta Bettina Romero, logramos que viaje a Buenos Aires y conozca la solución que tenemos para terminar con la informalidad del sector y que puedan a empezar a trabajar de una forma segura, rentable y amigable con el medio ambiente". 

Para ese momento, la jefa comunal se comprometió a adherirse al programa nacional Argentina Recicla, pero luego"dejó de atender el teléfono a funcionarios nacionales y a delegados locales cartoneros para avanzar con la puesta en marcha del programa Argentina Recicla, tan necesario en la ciudad de Salta". Este medio se comunicó con la Municipalidad de Salta, pero no obtuvo respuestas. 

¿Cómo se llega a morir en la basura?

La empresa Agrotécnica Fueguina es desde hace dos décadas la prestadora del servicio de recolección de residuos en toda la ciudad de Salta. En la actualidad recibe diariamente 10 millones de pesos, lo que representa la cuarta parte del presupuesto anual de la Capital. 

Además de los maquinistas y recolectores que se mueven por toda la ciudad, la empresa también cuenta con 300 trabajadores organizados en tres cooperativas, que cumplen la tarea de separar los residuos que llegan de los camiones. No obstante, desde la propia Federación tienen censados al menos 500 trabajadores en total, cifra que estaría exhibiendo que hay 200 personas que ingresan de manera ilegal al vertedero y que se encuentran en la extrema pobreza, por lo que asisten al lugar en búsqueda de comida o vestimenta . 

"El problema es que no hay un control y la (empresa Agrotécnica) Fueguina es la responsable de lo que pasa en el predio", denunció el delegado de Cartoneros. 

En ese sentido, relató que supo de familias que se vieron obligadas a asistir al vertedero, luego de que la intendenta Romero llevara adelante la política llamada de "orden", lo que implicó sacar del centro de la ciudad a los vendedores ambulantes. "Como si fuera que que los trabajos de los manteros son desorden", cuestionó Escribas. "Muchos terminaron cartoneando en la calle y llegando al San Javier", dijo. 

Por ello, el referente insistió en la falta extrema de control por parte de la empresa y la propia Municipalidad, pues los mismos trabajadores de las cooperativas no cuentan con indumentaria, herramientas necesarias, o con baños para higienizarse. Unos que otros trabajadores tienen pecheras refractarias, pero quienes son "ilegales" directamente no tienen ningún elemento. Por esta situación Escribas dijo que todas las personas "corren riesgo todos los días". 

La llegada de los camiones recolectores es durante las 24 horas, por lo que las cooperativas dividen a sus trabajadores en turnos de 8 horas. Al ingresar al vertedero, los camiones tiran la basura en lo que se conoce como la Trinchera Uno. Esa trinchera había sido cerrada en el año 2000 porque estaba colapsada, pero se volvió a abrir ante la falta de preparación e inversión de otro sitio. 

En el mismo momento en que se deposita la basura en este lugar, actúan de manera paralela las máquinas trituradoras y los trabajadores. "Los compañeros se tiran para rescatar lo que pueden mientras pasan las máquinas. Ahí es dónde los compañeros mueren. Muchas veces pasó que se les traba la pierna y no llegan a tiempo y mueren" porque la aplanadora les pasó por encima, relató Escribas. 

El joven delegado también se refirió a la presencia de personas con adicciones, como el alcoholismo, y que también asisten al predio "porque estamos hablando de un mundo de injusticias donde el consumo problemático también es parte". "Todos los días hay riesgo de que se pierdan vidas", lamentó, señalando que no se garantizan ni las medidas de seguridad ni las sanitarias. "Entonces es un abandono a todos", sintetizó. 

Por su parte, el presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Higiene y Seguridad del Concejo Deliberante de Salta, Alberto Salim, lamentó que se tenga que dar la noticia de una nueva víctima "que se podría haber evitado si la Municipalidad hubiese controlado cómo se realizan las tareas". En ese sentido, recordó que en abril de este año fueron a observar cómo se estaba funcionando el vertedero. 

Entre las observaciones estaba la falta de una playa donde los camiones puedan descargar y los trabajadores seleccionar los residuos sin la necesidad de que la trituradora también esté funcionando al mismo tiempo y en el mismo lugar. Ya que reiteró que la Trinchera Uno está totalmente colapsada. 

"La verdad, es una inseguridad tremenda porque los propios trabajadores no cuentan con los elementos adecuados", a excepción del chaleco refractario y que sólo les correspondería a las personas de las cooperativas, afirmó. En ese sentido, el edil cuestionó que, hasta el momento, la Municipalidad no les informó la cantidad exacta de personas que forman parte de estas cooperativas. 

Tras la visita al vertedero, los concejales solicitaron que se establezca un lugar para el descargue. "Las cooperativas podrían seleccionar todo lo que haya que seleccionar y recién que vengan las máquinas, porque no se puede seguir trabajando con las máquinas a la par", insistió Salim. "El propio maquinista tiene que estar con 10 ojos para no cometer algún error como ya ha pasado", agregó. 

Aquella vez la Municipalidad les comunicó a los ediles que en un mes -que se cumplieron en mayo- se iba a abrir la Trinchera Cuatro, para sellar de manera definitiva la Trinchera Uno, como ya lo están las Trincheras Dos y Tres. No obstante, eso aún no se produjo. "Le plantemos que a esa nueva trinchera se la divida en dos y en un extremo depositen los camiones y los trabajadores hagan la separación, mientras las máquinas actúan en el otro extremo", y viceversa, dijo Salim.