El proyecto de ley "Kshamenk", que busca poner fin a los espectáculos con animales marinos silvestres en cautiverio en todo el país, fue presentado este martes en el Senado de la Nación por Nora Del Valle Giménez, legisladora del Frente de Todos (FdT), y el colectivo de la sociedad civil Derechos de Animales Marinos (DAM), que nuclea a más de 30 organizaciones proteccionistas.
"El proyecto representa una multitud de voluntades que exige terminar con el trato abusivo y la explotación con fines comerciales de las especies marinas silvestres, y reconoce a los animales como sujetos de derecho", dijo a Página/12 la senadora Del Valle Giménez.
La iniciativa responde a la campaña "Stop Acuarios", que las organizaciones integrantes de DAM lanzaron en 2015, a través de la plataforma Change.org, pidiendo la urgente rehabilitación y liberación de la orca macho Kshamenk. Hasta el momento, reúne más de 614.000 firmas, y en las redes sociales se difunde bajo el hashtag #StopAcuarios.
"Debemos erradicar la explotación que los oceanarios y los acuarios vienen haciendo con los animales marinos desde hace décadas. ¿Cómo se puede enseñar a niñas, niños y adolescentes que el sufrimiento de otras especies es un espectáculo? Apuntamos a que estas prácticas abusivas y crueles dejen de ser consideradas 'educativas'", sostuvo la senadora nacional.
La jueza en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires, Elena Liberatori, afirmó que "pese a que la ciencia ya ha demostrado que los animales tienen la capacidad de sintiencia, se ha naturalizado su espectacularización con fines económicos". La magistrada agregó que "es necesario cambiar el arcaico paradigma de la cosificación y velar por los derechos de estas especies".
"Los animales tienen sentimientos, representaciones y formas de aprender, basados en el instinto. Al encerrarlos, anulamos todo eso y nos queda un animal en coma", aseveró el biólogo Héctor Ricardo Ferrari.
La presentación también contó con las disertaciones del abogado animalista Mauricio Trigo; las representantes de Change Org Argentina, Jessica Stiberman y Jimena Szpanierman; y la integrante de Activistas de La Costa, Dalila Lewis.
Qué dice el proyecto
El proyecto de ley --que ingresó en el Senado el 6 de julio pasado bajo el expediente S-1577/2022-- tiene como objetivo la "prohibición y sanción de espectáculos con animales marinos silvestres, su exhibición y/o cautiverio sin fines de rehabilitación y reinserción o reintegro a su hábitat natural", en todo el territorio nacional.
La propuesta define como "animales marinos silvestres" a cualquiera de las "especies que utilicen el medio marino como su hábitat o medio de vida, incluyendo mamíferos, aves, anfibios y reptiles".
El artículo 3 señala que la prohibición abarca las actividades de "promoción, fomento, financiamiento, organización, facilitación o realización, de manera fija o itinerante, de espectáculos públicos o privados de o con animales marinos".
Cabe destacar que también se prohíbe el "cautiverio, semicautiverio, encierro o confinamiento" de las especies marinas; excepto que los fines sean la "rehabilitación para liberarlas, introducirlas o reinsertarlas" a su medio natural o trasladadas a santuarios. En estos casos, no obstante, se deberán evaluar exhaustivamente las condiciones de salud de los animales y de los establecimientos de recuperación, según el artículo 4.
El artículo 5 expresa que la exhibición forzada y/o pasiva de los animales marinos, tanto en lugares públicos como privados, fijos o itinerantes, quedaría prohibida; así como "la interacción y el contacto directo, ya sea para alimentar o tocar", entre las personas ajenas a los centros habilitados de recuperación y los animales en confinamiento.
La propuesta además busca poner fin a la "comercialización, importación o exportación de material genético de animales marinos silvestres" (artículo 6).
Por otra parte, quedaría prohibido el abandono de las especies que permanezcan en cautiverio, quedando en caso de ser necesario a cargo de los responsables de los establecimientos, quienes deberán garantizarles cuidado integral (artículo 7).
En caso de violar alguna de las prohibiciones mencionadas, se prevén penas que van desde los tres meses hasta los ocho años de prisión, y multas entre 100 y 5000 veces el valor mensual del salario mínimo vital y móvil.
En tanto, las contravenciones o incumplimientos no alcanzadas por esta ley serán sancionados con multas que rondan 10 y 120 veces el valor mensual del salario mínimo vital y móvil; e incluso la clausura provisoria del establecimiento (hasta dos años) o el cierre definitivo del mismo.
Dos años es el plazo máximo para trasladar a los animales en cautiverio, ya sea a su medio original o a santuarios.
Por qué "Kshamenk"
El proyecto de ley presentado en el Senado lleva el nombre de la orca macho de 35 años, Kshamenk, quien se encuentra en cautiverio en Mundo Marino, el oceanario más grande de la Argentina, ubicado en la ciudad de San Clemente del Tuyú, partido de La Costa, provincia de Buenos Aires.
"Kshamenk fue sustraída en 1992 de su hábitat natural, la bahía de Samborombón, cuando tenía aproximadamente 5 años. Se la apropiaron y la han mantenido en cautiverio desde entonces, siendo entrenada para ser utilizada, explotada y exhibida en shows", expresó María, integrante de DAM.
La activista contó que, a lo largo de su vida, la orca fue sometida a prácticas invasivas y crueles, siendo una de ellas la extracción de su material genético para ser exportado y vendido, sin ningún tipo de reglamentación.
Kshamenk tiene una longitud de 6,5 metros, una circunferencia de 3,95 metros, y un peso cercano a los 3.600 kilogramos, y es obligado a moverse en pequeñas piletas, una de 35 metros de diámetro y una profundidad de 6,5 metros, y otra de 12 metros de diámetro y 3 metros de profundidad.
"Estos cetáceos viven en grupos familiares y recorren grandes distancias, una media de 60 km diarios, una realidad totalmente lejana a la de Kshamenk", cerró María.
Informe: Karla Góngora.