El Frente de Todos encara el tramo final de la aprobación del Presupuesto 2023. La comisión de Presupuesto volvió a reunirse y, luego de tres horas de debate, definió que el jueves habría dictamen. El encuentro, sin embargo, estuvo más cargado de chicanas y cruces políticos que de negociaciones: un último show antes de comenzar a negociar, con la planilla en mano y a puertas cerradas, las modificaciones que le permitan al Gobierno cerrar el año con un plan de cuentas nacionales aprobado por el Congreso. Serán horas de trabajo frenético en el despacho del bloque oficialista del tercer piso, en donde Germán Martínez comenzará a trabajar con propios y ajenos la letra chica de los pedidos de modificación. 

"Podríamos haber sacado hoy el dictamen", se quejó, con ironía, un diputado del FdT luego de que finalizase una reunión de la comisión que se caracterizó más por los cruces que hubo entre Carlos Heller y Martín Tetaz --o entre Romina Del Plá y Graciela Landriscini (FdT)-- que por la inclusión de nuevos pedidos de modificación. La reunión, incluso, debió retrasarse media hora --casi al borde de la suspensión-- debido a que no había casi legisladores de Juntos por el Cambio. La mayoría, Luciano Laspina, Ricardo Buryaile, Tetaz, Paula Oliveto, Lisandro Nieri, terminó arribando tarde en grupo, en medio del discurso de Ricardo López Murphy, luego de haber mantenido una reunión previa con el objetivo de terminar de unificar criterios en el punteo de demandas. 

Una de las objeciones principales que surgió de aquel encuentro informal previo, un punto que JxC considera como "innegociable", es el que refiere a la facultad del Ejecutivo para aumentar las retenciones. "No estamos dispuestos a convalidar aumentos en los derechos de exportación", reafirmó Buryaile, el defensor de las patronales del campo, en la comisión. Además, hay coincidencia en reclamar la inclusión de una "cláusula gatillo" en caso de que la inflación termine superando la proyeccuón del 60 por ciento, que comprometería al Ejecutivo a enviar una ampliación del Presupuesto donde especifique el destino del excedente de la recaudación. En JxC consideran que el FdT puede hacer uso discrecional de ese excedente en un año electoral, pero la realidad es que la inclusión de este punto en el proyecto sería más bien una formalidad. "No es más que un compromiso", le quitó importancia un diputado del PRO que no esconde su deseo de que el Presupuesto sea aprobado.

Hay, mientras tanto, algunos reclamos que generan diferencias internas dentro de JxC. Este es el caso del blanqueo de capitales para la construcción, que cuenta el aval de algunos legisladores del PRO, como Cristian Ritondo, pero que genera un rechazo contundente de parte de diputades de la Coalición Cívica o el radicalismo. Lo mismo sucede con la deuda de algunas provincias con Cammesa (distribuidora mayorista de energía), que el Presupuesto sostiene que podría ser deducida a través de la quita de puntos de coparticipación y que generó un fuerte reclamo de parte de varios legisladores radicales. Este artículo es, además, cuestionado por provincias aliadas del oficialismo como Río Negro y Misiones, por lo que el el bloque oficialista sabe que "algo hay que hacer" con este punto, aunque el margen de maniobra no es muy amplio.

Martín Tetaz, por su parte, sí aprovechó la reunión de comisión para incluir nuevos pedidos de modificación que antes no habían sido mencionados, como la posibilidad de deducir del impuesto a las Ganancias los "gastos educativos". Las propuestas, sin embargo, fueron perdiendo protagonismo frente al cruce de chicanas que terminó protagonizando con varios diputados del FdT. El más fuerte fue el que tuvo con Carlos Heller, a quien en un momento le dijo, mientras discutían sobre las Leliqs y el aumento de la tasas de los bancos, que "tal vez usted quiere servirle bandeja un negocio a los bancos porque tiene un interés como presidente de uno". Apenas lo dijo, Tetaz pidió disculpas, Heller no se las aceptó y continuaron los cruces, esta vez con Itai Hagman, referidos al déficit fiscal generado por la pandemia y la decisión de alargar la cuarentena.

Mientras la reunión de comisión se desarrollaba, varios diputados del oficialismo tenían el ojo puesto en lo que sucedía en Santiago del Estero, en donde Sergio Massa se había reunido con los gobernadores del Norte Grande. Allí, entre anuncios y actos, los gobernadores le compartieron al ministro de Economía su propio pliego de demandas para el Presupuesto, que incluía mayores transferencias a las provincias, un aumento de la inversión destinada a Obra Pública, una tarifa eléctrica diferencial para la zonas cálidas y, por último, un incremento en la partida destinada a la política social. Este último punto es reclamado también por legisladores de La Cámpora y que pertenecen a organizaciones sociales, quienes ya vienen negociando con el bloque oficialista para mejorar las partidas en algunos programas alimentarios y de prestaciones sociales. 

Todos estos puntos, entre los que se incluye también el reclamo por el aumento de los subsidios al transporte de interior --el reclamo puntual es por llevarlo de 66 a 110 mil millones de pesos--, serán conversados, negociados y definidos por estas horas. "Ahora a trabajar", ironizaban varios legisladores una vez finalizada la reunión de comisión, mientras se dirigían a sus despachos para comenzar las negociaciones.