En la jornada de ayer, Las Amazonas, el grupo de mujeres que trabaja hace 30 años en el Estadio Delmi de la ciudad de Salta, recibieron durante la mañana la noticia extraoficial de que van a ser desvinculadas de su trabajo, ya que sus funciones serían absorbidas por la empresa Iss Facility Services SRL, que ganó recientemente una licitación. Ante la noticia, las trabajadoras optaron por encadenarse en los aros de básquet del lugar, mientras que su vocera, Daniela Teragni, amenazó con tirarse desde las cabinas del estadio, ubicadas a 10 metros del suelo. 

Por las medidas de fuerza adoptadas, el ministro de Turismo y Deporte de la provincia, Mario Peña, se hizo presente en el lugar. Durante el encuentro, el funcionario no desmintió los rumores que circularon horas antes, puesto que no se presentó ninguna notificación formal, y citó al grupo de trabajadoras en su despacho para este jueves a las 17 con el fin de "buscar una solución". 

Entre las actividades que desempeñan las mujeres están las tareas de limpieza, carga y descarga de equipos y en el armado de escenarios para los diferentes eventos que se desarrollan en el lugar. La situación de Las Amazonas no es desconocida en la provincia, ya que en los primeros días de septiembre tomaron la parte superior del edificio denunciando precarización laboral y reclamando el pase a planta permanente.

Sin embargo, hasta el momento no recibieron respuesta al reclamo, por el contrario, sólo tuvieron conocimiento de la inminente amenaza de desvinculación. En diálogo con Salta/12 la trabajadora Daniela Teragni se mostró preocupada por la respuesta que el gobierno de Salta optó por dar. Relató que "esta mañana (por ayer) nos dimos con la noticia de que nos iban a mandar una notificación de que quedaríamos fuera del Delmi porque le habían dado el trabajo a otra empresa". 

Si bien la información recibida fue de terceros, una parte del grupo decidió tomar la medida de encadenarse en los aros de básquet, puesto que a la noche estaba previsto el partido entre Salta Basket y GEPU, por el torneo de segunda división de La Liga Argentina. Mientras que Daniela optó por instalarse en las cabinas del estadio, desde donde comunicó que se arrojaría al suelo de ser necesario para lograr una respuesta inmediata. 

Su hermana Sandra, también parte de Las Amazonas y quien estaba encadenada a un aro de básquet, pidió consideración por toda la situación. 

Cuando se desarrollaban estas medidas de fuerza y horas antes del partido, llegó el ministro Peña, quien mostró disposición para arribar a una solución, por lo que, "nuevamente confiamos en la palabra", expresó la vocera. Reafirmó que están abiertas al diálogo puesto que quieren arribar a respuestas positivas y concretas para el grupo. "Confiamos en la palabra y esperamos que esta situación se resuelva", reiteró.

De acuerdo a lo indagado por las mujeres, la empresa Iss Facility Services SRL las suplantaría en el trabajo, ya que será responsable de llevar adelante el mantenimiento edilicio, la limpieza, el control de los espacios verdes y el apoyo administrativo de todas las instalaciones que estén bajo la órbita del área de Turismo y Deporte.

Daniela contó que entró a trabajar al Estadio cuando tenía 18 años, y que junto a sus compañeras comenzaron a desempeñarse sólo en la limpieza de los baños. En esos primeros años recibían una contribución por la tarea.

A medida que pasó el tiempo, las labores se fueron ampliando y las mujeres empezaron a perfeccionarse en otros trabajos, como el mantenimiento del pasto del predio, la carga y descarga de grandes equipamientos, hasta ser las responsables del armado y desarmado de escenarios. En la actualidad, Las Amazonas son reconocidas por todos los productores de la provincia, y un gran porcentaje de Buenos Aires, que llevan adelante shows de gran envergadura en la ciudad.

Desde las cabinas en la protesta de septiembre

En el medio, las mujeres armaron una cooperativa que se fundó en 1993 y sólo duró siete años por los altos costos de mantenimiento. Hoy cuentan con la empresa Piscis, desde donde facturan 182 mil pesos mensuales que les otorga el gobierno de Salta, en retribución de su trabajo. De ese monto se destina una parte para el pago de impuestos y del contador, y lo que queda se reparte entre las 6 mujeres.

En definitiva, "nos pagan una miseria", sostuvo Teragni. "Siempre nos pagaron mucho menos de lo que realmente nos correspondía", expresó, relatando que en todas las gestiones que pasaron se les prometió que "íbamos a estar mejor". "Pasaron los años y no fue así y por eso, hoy estamos llevando esta medida de fuerza", lamentó.

Contó que con la pandemia su situación económica se agravó, ya que habitualmente, además del trabajo en el estadio, conseguían contrataciones esporádicas para desempeñarse en shows o realizar pintadas y pegatinas. Pero las medidas de aislamiento social, frenaron estas actividades, lo que evidenció -con mayor fuerza- que la retribución recibida desde el gobierno de Salta es insuficiente.

Además, los costos de mantenimiento de la empresa no frenaron y "se nos fue haciendo una bola y llegó un momento en que no pudimos pagar más", confesó Teragni, quien sostuvo que mantienen una deuda millonaria con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).