En el juicio que se sigue contra exintendente de la localidad de San Lorenzo, Ernesto Fernando “Kila” Gonza, y el dueño de la empresa El Montañez, Sergio Armando, por fraude a la administración pública y peculado, declararon un ingeniero que fue perito de parte de la municipalidad hace 10 años cuando se inició esta causa, y adjudicatarixs de casillas que la comuna construyó.
La fiscala penal Ana Inés Salinas Odorisio le imputa a Gonza los delitos de fraude en perjuicio de la administración pública y peculado de servicios, en calidad de autor. A Armando le imputa la autoría de fraude y peculado de servicios como partícipe necesario.
La acusación se sustenta en que Gonza, mediante contratación directa, convino los servicios de la empresa de Sergio Armando, hermano del entonces funcionario municipal Rodolfo Armando, para construir una alcantarilla sobre la calle Belgrano y casillas del Plan Una Casa Para Tu Hogar.
El primer testigo de la audiencia de este martes fue el ingeniero civil Guillermo Kripper, quien participó como perito de parte de la municipalidad en una pericia realizada junto a otro ingeniero en 2011 o 2012. "Está mal hecha la alcantarilla", aseguró. Explicó que en la documentación consta el contrato de obra pública de la provincia y la municipalidad de San Lorenzo, y luego el contrato del municipio con la constructora El Montañez. Según indicó, la certificación de obra no coincide con lo que vieron durante el peritaje. Dijo que la alcantarilla tenía muchos defectos de construcción. "Estaba la forma pero la obra estaba mal hecha", afirmó.
Kripper indicó que no hubo estudios hidrológicos que determinaran la cantidad de agua que debería socavar el puente, que era información base para hacer la alcantarilla. "Los hormigones previstos en el contrato son de alta resistencia pero no son los que se encontraban en la obra", aseguró. Dijo que se hizo "los más barato" porque "hacer un hormigón de alta calidad tiene un costo más alto".
También aseguró que la malla colocada en la alcantarilla "no era la adecuada". "El hormigón tenía grandes nidos de abeja, por defectos. Debía repararse o demolerse y hacerse de nuevo el hormigón", explicó. Además, sostuvo que cuando la viga tiene defectos de construcción, la lluvia y el frío afectan al hierro y "no es tan fácil pensar que se puede solucionar. Hay que demoler".
Asimismo, el ingeniero dijo que la obra no podía ser aprobada, ya que no fue ejecutada de acuerdo a reglas establecidas para las obras de hormigón y al buen arte. Por ende sostuvo que "no se debe realizar certificación de ítems mal ejecutados hasta que se corrijan o se vuelvan a hacer". Aunque explicó que no había un proyecto o un plan aprobado para la construcción, por eso "no podemos determinar si está bien o está mal". Indicó que no hay registro de obra ni de la dirección técnica correspondiente en el Colegio de Ingenieros, organismo del que fue presidente. "Si no tenemos planos, ¿cómo hacemos para controlar?", interrogó.
Casillas sin baños
Respecto al "Plan Provincial Una Casa Para Tu Hogar", que consistía en la entrega de casillas a familias vulnerables, Kripper dijo que en la documentación había un contrato entre la provincia y la municipalidad para la construcción de 30 viviendas. Y también había un contrato entre la municipalidad y la empresa para la construcción de 10 casillas, con la posibilidad de que se ampliara. Luego inspeccionó 28 viviendas realizadas.
La empresa El Montañez designó al ingeniero industrial José Domingo Juárez como director técnico. Kripper dijo que ese título no corresponde a las incumbencias con el desarrollo de estas obras, que serían competencia de ingenieros civiles o arquitectos.
Detalló, respecto a la nivelación del terreno, que había erosiones, desmoronamientos, fisuras, descalces. Añadió que no se cumplieron las normas de seguridad, "No existen armaduras, contrapisos como indican las planillas de cómputos. Los ladrillos eran huecos, no macizos de buena calidad, las puertas eran de machimbre". Dijo además que con las casillas debían construirse los baños, pero salvo en una casa, en el resto no fueron ejecutados.
Entre otros detalles, dijo que los marcos no eran los adecuados, los vidrios que se colocaron eran dobles, cuando debían ser triples y en algunas viviendas ni siquiera estaban colocados. El ingeniero atribuyó todos estos defectos al "abaratamiento de costos".
También estaba previsto que las casillas tuvieran "conexión eléctrica" pero donde la hicieron no cumplía con las normas vigentes en la provincia y en "otras viviendas no tenían realizada instalación eléctrica alguna". Kripper dijo que las normas "son totalmente de seguridad", "no podés dejar los cables así nomás (...) en las casillas de madera es más peligroso".
"El avance de obra era del 50%. No deben certificarse hasta que los defectos no sean salvados", sostuvo Kripper. Además dijo que no hay registro de proyecto de obra ni dirección técnica. Ante ello, también sostuvo que ni la obra de la alcantarilla ni las casillas debían pagarse a la empresa por estar mal ejecutadas.
Otra irregularidad señalada, es que el licenciado en administración de empresas, Marcelo Cil certificó la obra terminada, pero "no tiene título competente", señaló Kripper.
"Un regalo del intendente"
Durante la audiencia también declararon vecinxs que recibieron las casillas, en su mayoría dijeron que las gestionaron mediante notas en mesa de entradas de la municipalidad de San Lorenzo. Dijeron que al recibirlas, pese a los defectos que tenían, no reclamaron porque pensaban que no tenían derecho a hacerlo. Una vecina explicitó que pensaban que era "un regalo del intendente" y no tenían conocimiento de que se trataba de un plan de la provincial ni tampoco sobre cómo debían de haber sido entregadas.
La vecina María Saiquita contó que es pensionada, y fue beneficiaria de una casilla. "No tenía casa, vivía con mis hijos, tenía una casa de plástico y maderas. Pedía la casilla para vivir con mis hijos. La construyeron en mi terreno", contó.
La fiscala Salinas Odorisio le mostró una nota de reclamo para que la reconociera, pero la vecina dijo que no la había realizado, aunque la firma era suya. Saiquita dijo que las casillas eran de una habitación, y como necesitaba más espacio, pidió que no le hicieran el baño.
Salinas Odorisio detalló que una jueza de paz fue al domicilio de Saiquita en 2012 a constatar como estaba su casilla y dejó constancia de que no contaba con baño, tenía una puerta de acceso de machimbre, el piso era de cemento, sin alisado fino, el zócalo de ladrillo hueco estaba sin revoque. Tampoco le entregaron la casilla pintada, en la inspección también vio humedad en el piso.
Luego declaró la vecina Marisel Barboza. Dijo que su padre, Nicolás Barboza, fue el beneficiario de la casilla. La fiscala destacó que en la inspección, la jueza de paz dejó constancia de que la casa no contaba con baños ni accesorios. La vecina dijo que pidieron que no se haga el baño dentro de la casa porque tenían otro afuera, sin embargo, la jueza dejó constancia de que en la inspección la vecina había solicitado que se le construya el baño.
Barboza también detalló que la puerta de acceso a la casilla era de machimbre, el zócalo era de ladrillos huecos y no tenía revoques. Tampoco se le hizo el tratamiento en la parte interior y exterior y lo hizo su familia. Además, a la vivienda entraba agua en un dormitorio porque no estaba revocado el zócalo. La entrega se hizo sin la instalación eléctrica.
A continuación, el jubilado Nicolás Barboza, dijo que la casilla era de 6 por 6, de madera, con dos piezas. Ratificó que pidió que no le hagan el baño, porque tenía 6 hijos en ese tiempo y quería utilizar ese espacio como habitación. Dijo que para él estaba bien como le entregaron la casilla porque en ese momento la necesitaba y no realizó reclamos.
También declaró el vecino Ernesto Waldo Aguirre, un albañil de 34 años. La fiscala le pidió que reconociera un cheque a su nombre, pero él dijo que la firma registrada no era la suya. También negó, ante preguntas de la funcionaria, haber realizado algún trabajo para la municipalidad.
Aguirre dijo que fue adjudicatario de una casilla entre 2010-2011 y que él la había solicitado porque en ese tiempo vivían con madre "amontonados". También aseguró que pidió que no le hicieran el baño porque le quitaba espacio.
Otra adjudicataria, la vecina Virginia Bortoni, detalló que recibió una casilla de "madera finita", "no dura mucho (...) siempre se ha llovido". Sostuvo que nunca hizo un reclamo porque consideró que era "un regalo del intendente" y no sabía que era un plan provincial de viviendas,
"No tenía las maderas bien clavadas", tampoco le hicieron el baño, contó, y al igual que los demás testigos, dijo que ella pidió que no lo construyeran para tener más espacio. Dio cuenta de que el techo "es muy alto, entra el frío y la lluvia". Respecto a la instalación eléctrica indicó que sí se la realizaron.
"¿Qué reclamos podemos hacer si viene de regalo?", insistió la mujer. Dijo que ella tenía 6 hijos en ese momento, y vivían todos en una vivienda de una habitación adjudicada por el Instituto Provincial de la Vivienda. "Uno es pobre y el intendente te va a regalar una casilla, uno es feliz, más cuando tiene tantos hijos", expresó.
Gonza tiene como abogado defensor a Fernando Teseyra. Mientras que Armando está siendo defendido por Carlos Anagnostopulos. En el marco de este juicio, Teseyra solicitó que se realice un peritaje con profesionales del Colegio Profesional de Ingenieros, Agrimensores y Profesionales Afines (Copaipa), el cual está en trámite.