En el marco de la prueba Aprender, 594 mil alumnos de quinto y sexto año de los secundarios de todo el país serán evaluados en sus conocimientos en Lengua y Matemática con exámenes de una duración de dos horas y cuarenta minutos. El operativo se realizará en 12.067 escuelas de todo el territorio argentino en el horario habitual de clases y los resultados se publicarán a mediados del año próximo.
En ellas participará una gran cantidad de personal especializado: 25.325 docentes que tomarán las evaluaciones estandarizadas de carácter censal, 1.000 coordinadores y 12.067 directores o veedores, uno por cada establecimiento educativo. Además, habrá cuestionarios complementarios, tanto para estudiantes como para los directivos de las instituciones.
Aprender es un “dispositivo nacional” implementado por el Ministerio de Educación, mediante la Secretaría de Evaluación e Información Educativa, y en coordinación con el Consejo Federal de Educación y equipos técnicos jurisdiccionales. En la web oficial de la cartera educativa que dirige Jaime Perczyk se pueden visualizar los datos de las ediciones anteriores. La última fue en 2021 que, a diferencia de la que se desarrolla este miércoles, estuvo orientada a estudiantes de nivel primario.
Los resultados de los exámenes a más de medio millar de jóvenes se conocerán recién en junio de 2023. Primero, a partir del Informe Nacional y los informes jurisdiccionales donde se comunicarán los Logros de Aprendizaje y sus factores asociados. Más tarde, llegarán distintos informes temáticos a partir de ejes específicos como Educación Sexual Integral (ESI), Educación Intercultural Bilingüe y Rural, Clima escolar, o trayectorias de las y los estudiantes.
¿Cómo son las pruebas Aprender?
La evaluación se estructura a partir de dos asignaturas: Lengua y Matemática. En la primera, se tiene en cuenta el nivel de comprensión lectora de diversos tipos de textos literarios y no literarios y se indaga en la capacidad de extraer, interpretar, reflexionar y evaluar. Para ello, se presentan tanto cuentos breves como escritos de divulgación científica, artículos de diarios de circulación masiva o infografías producidas por ONGs u organismos internacionales.
Después, las preguntas, que se responden en formato multiple-choice, pueden ir desde “¿Qué propone la introducción del texto en el primer párrafo?” hasta “¿Qué tipo de narrador tiene este relato?”, así como “¿Cuál es la idea principal del texto?” o “¿Qué es lo que pretende mostrar el autor?”.
En Matemática, lo que se evalúa es la capacidad cognitiva general de resolución de problemas. Allí se pondrán a prueba operaciones tales como el reconocimiento de conceptos y propiedades, la resolución de situaciones en contextos intramatemáticos o de la realidad y comunicación en matemática. Funciones, ecuaciones e inecuaciones, geometría, estadística y probabilidades: los distintos elementos a examinar.
Hay distintos tipos de problemas a resolver, como “Juan tiene 3 remeras y 2 pantalones. ¿Cuántos conjuntos distintos puede formar seleccionando una remera y un pantalón?” o “Con un descuento del 20% el precio de liquidación de un artículo de cuero es de $220. ¿Cuál es el precio original del artículo?”. También otros más avanzados como “Tenemos 15 sacos blancos y 7 negros en una caja. Se extrae uno al azar, ¿cuál es la probabilidad de extraer un saco negro?”.
En cuanto a los cuestionarios complementarios, el Ministerio de Educación se propone tener un registro de la situación sociodemográfica de las escuelas y los estudiantes. Por eso, también coexisten preguntas sobre las características del hogar de los alumnos, acceso a la tecnología, conocimientos vinculados a la ESI, trayectoria escolar, clima y experiencia escolar durante la pandemia. El objetivo es detectar los factores que inciden sobre el aprendizaje.de manera estructural y contextual.