“Las callecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste?”, dice el ya icónico tango de Astor Piazzolla con letra de Horacio Ferrer. La ciudad se abre en cientos de recovecos. Muestra su belleza en paisajes urbanos inesperados. Acumula miles de historias detrás de viejas puertas de madera gastada.
Lo cierto es que hay ciertas historias a las que se puede acceder. Mansiones que dejan ver un poco de su belleza interior. En la actualidad hay un puñado de casas con una gran historia a cuestas, obras de diseño ocultas en las calles porteñas, mansiones de viejos próceres nacionales que están a la venta y se muestran para amantes de la arquitectura y, por supuesto, potenciales compradores.
Ese es el caso, por ejemplo, de la casa donde Bioy Casares y Silvina Ocampo compartieron su extenso matrimonio, y donde compartían con Jorge Luis Borges sus charlas sobre la vanguardia literaria. Pero también las hay de otro tipo, como Mansión Estrugamou, ubicada en Retiro, que es la más cara de Buenos Aires. O aquella donde vivió el dos veces gobernador del entonces Estado de Buenos Aires, Valentín Alsina, la más antigua de toda la ciudad.
Mansión Estrugamou, la más costosa
Si se habla de mansiones emblemáticas en Buenos Aires, no se puede obviar la prestigiosa Mansión Estrugamou, la más cara de la ciudad. ¿Por qué? Porque el edificio levanta, en el corazón de Recoleta, 12 ambientes, extensos pisos de madera de robles de Eslovenia, lugar para 10 autos y techos de más de seis metros de altura, entre otras cosas.
También conocida como la Casa Basavilbaso, el hogar está en venta desde hace al menos tres años por un valor de 10 millones de dólares. Con un diseño en estilo de Art Nouveau, la millonaria casa se construyó en 1905 a pedido de la familia Estrugamou.
Uno de los datos curiosos y misterios que rondan sobre la casa es el que señala que habría tenido un túnel que la conectaba con el palacio de Arroyo y Esmeralda, que pertenecía a la misma familia.
La propiedad está situada en el corazón de la Ciudad de Buenos Aires, en Basavilbaso 1251, entre la calle Juncal y Arenales, a pocos metros del Palacio San Martín y Cancillería.
Una mansión con 43 baños
Sí, una mansión con 43 baños. Eso da una idea del tamaño de la casa de la que se está hablando. En realidad, da cuenta en parte. Porque James Edition comercializa una vivienda con una particularidad, se trata de una antigua casa de 5 pisos que fue restaurada en su totalidad y donde funciona un hotel boutique.
La mansión queda en pleno centro porteño, a metros de las avenidas Independencia y 9 de Julio. Tiene 7 suites, 24 habitaciones y un comedor diario para 100 comensales. Como si fuera poco, tiene tres ascensores, tres salones de baile, dos escenarios, pileta y gimnasio. Un increíble diamante camuflado entre las fachadas de las calles de la ciudad.
Una mansión de la cultura
Se trata de un departamento, pero en términos de su importancia literaria es más bien una mansión. Es que en las últimas semanas se puso a la venta la casa donde pasaron sus largos años de matrimonio los escritores Bioy Casares y Silvina Ocampo, y donde era habitual que reciban a Jorge Luis Borges para tener sus intensas charlas literarias que marcaron el camino de la vanguardia de la escritura.
La vivienda forma parte de un edificio diseñado y construido por uno de los arquitectos de mayor renombre del país, Alejandro Bustillo. Fue creado en 1926 por la familia Ocampo como residencia de sus cinco hijas. El arquitecto además estuvo a cargo del diseño de la sede principal del Banco Nación y el coqueto Hotel Llao Llao, en la ciudad de San Carlos de Bariloche, por mencionar solo algunas de sus más de 400 obras.
La mansión más antigua y llena de historia
Hay una zona de Barrancas de Belgrano donde las casas bajas empiezan a tomar protagonismo y se respira un aire antiguo, que mezcla los nuevos chalets modernos con líneas rectas y grandes ventanales en el frente con otras casas antiguas, con más de 100 años, pero en perfecto estado de conservación.
Tal es el caso de la vivienda más antigua en venta de la ciudad, construida hace más de 166 años. Tiene un valor de patrimonio particular, ya que fue la casa del dos veces gobernador del entonces Estado de Buenos Aires, que vivió entre 1802 y 1869, Valentín Alsina.
La vivienda tiene 773 metros cuadrados. Está en la calle 11 de Septiembre al 1900 frente a la Plaza Barrancas de Belgrano con una valuación de casi dos millones y medio de dólares. Es de estilo italiano, desarrollada en una planta prácticamente y fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1977.
La mansión, que hasta hace un par de años funcionó como sede de la Fundación BBVA, posee 8 dormitorios y tres baños. Es ideal para fundaciones, empresas, polo gastronómico o salones de eventos. Además, dispone de espacio para guardar 4 autos.
Puro lujo en el corazón de Recoleta
“Ideal para embajadas, edificios corporativos y proyectos arquitectónicos”, dice la publicación de esta lujosa mansión de más de 100 años en el corazón de Recoleta, uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de Buenos Aires. Es que su tamaño es abrumador, son casi 2 mil metros cuadrados, distribuidos en 2 pisos, con 9 dormitorios, 5 de ellos en suit.
La mansión más codiciada
Si se habla de mansiones en la ciudad, no se pueden dejar de lado las embajadas más imponentes en cuatro a su arquitectura. Si bien no están a la venta, ubicadas en las zonas más caras del centro porteño, las sedes diplomáticas suelen asentarse en históricos edificios con muchísimo valor patrimonial.
Tal es el caso de la embajada británica, ubicada en lo que fue el palacio Madero Unzué. Se la considera la residencia más lujosa que los británicos tienen en el mundo fuera del Reino Unido. Su construcción fue entre los años 1914 y 1917. Allí habitó Carlos María Moreno junto a su esposa Sara Unzué y sus hijos.
“Para mí es un verdadero placer ser el inquilino de turno de una de las joyas arquitectónicas de Buenos Aires. Pero es también una gran responsabilidad. Vivo en un edificio que está catalogado como Monumento Histórico Nacional de la Argentina. Todo el equipo de la Embajada Británica es muy consciente de eso”, dijo hace unos años el por entonces embajador británico en Argentina, Mark Kent.
La Embajada de Francia es otro caso importante a mencionar. Antiguamente, se la conocía como el Palacio Ortiz-Basualdo. En 1925 sirvió de residencia oficial al príncipe de Gales. En 1939 se vendió la residencia al gobierno francés, que tomaría posesión definitiva del palacio al transformarlo en sede de su embajada en Buenos Aires.