Una serie de circunstancias desafortunadas en la vida de Soraya la llevaron a conectarse con la planta de cannabis en búsqueda de una sanación no solo corporal sino también emocional. En 2002 la estigmatización hacia la cannabis era descomunal, la persecución a quienes la cultivaban era extrema y Soraya se resguardó. Continuó su tratamiento cannábico en solitario y su vida comenzó a mejorar notablemente.
De a poco se fue asomando al mundo exterior que la conectaba con otres que al igual que ella experimentaban con cannabis. Presenció congresos y exposiciones en España, Uruguay y Chile donde conoció el lado medicinal de la planta. Aprendió de les referentes de la Fundación Ciencias para la cannabis y presenció exposiciones de médicxs pionerxs en la temática como Marcelo Morante. Comenzó como autodidacta y luego se formó, primero como terapeuta en decodificación bioemocional y luego se adentró en el camino de la mujer medicina que abarca la tierra, el temazcal y rituales como buscadora de visión y danzante del Sol.
Ya en el mundo del cannabis entendió que esta noble planta podría ayudar a las mujeres a transitar de una mejor manera las afecciones físicas y emocionales que les genera vivir en una sociedad patriarcal, que las desvaloriza y que no reconoce las tareas de crianza y del cuidado de otres, como lo que realmente es, un trabajo que sostiene todo el entramado familiar, la doble jornada laboral de las madres y la enorme carga que soportan las mujeres jefas de familia. “Por un lado, tenía conexión con la planta como medicina, cultivadora y elaboradora del aceite y por otro lado, tenía contacto con las personas empáticamente, con su enfermedad y con los médicos. Soy acompañante de los médicos en la medicina cannábica. Es un rol donde tengo todo a mi disposición para poder colaborar con la persona e ir acompañándola en cuanto a las características genéticas que necesita y ver qué les hace bien. Podía ver cuál es el movimiento social en verdad y acompañar a muchas mujeres a sanar realmente, porque el cannabis sumado a un trabajo en sus emociones y en su vida, genera grandes cambios.”
Soraya encontró un combo perfecto multidisciplinario: logró combinar el acompañamiento terapéutico de la decodificación bioemocional con el acompañamiento médico de la medicina cannabica. Hoy es fitoterapeuta cannabica. Hoy es estudiante en la diplomatura de cannabis medicinal de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, un titulo importante que esperaba alcanzar con ansias para obtener un reconocimiento a su trabajo y sentirse segura al momento de informar. Les fitoterapeutas utilizan remedios a base de plantas medicinales para el tratamiento de distintos tipos de dolencias con el objetivo de tratar los síntomas y especialmente la causa subyacente de esa dolencia. Tiene un grow shop y además dicta talleres gratuitos de cultivo, de extracción de aceite de cannabis y de las distintas terapias que pueden implementarse, con información segura, junto a médicas especializadas en la temática. Desde el 2017 junto a médicxs y psicólogxs integra CannaRadix, una organización formada por profesionales en cannabis medicinal que brinda tratamientos y consultoría médico-terapéutica personaliza.
¿Qué es la decodificación bioemocional?
--Es una apertura de conciencia de nuestra vida y existencia, pueden ver a Pablo Almazan que es el creador del Instituto Humano Puente para conocer más sobre esta nueva mirada sobre la enfermedad como respuesta biológica ante situaciones emocionales que no estamos atendiendo y que no podemos ver porque así lo aprendimos. Es muy importante el linaje femenino, lo que aprendemos de nuestras madres y padres y lo que estamos creando nosotros para nuestra vida. En mi espacio para las mujeres armé una charla especial decodificando la biología emocional del útero en donde vemos qué enfermedades se generan en el útero que nos pueden hacer conscientes de esas emociones que están ocultando. El útero significa nuestra primera casa así que todo lo que pasó en nuestra infancia que no pudimos comprender con nuestra inmadurez o inocencia, nos deja en un estado. El trabajo es hacer una apertura de conciencia sobre eso y poder transformar y reparar todo eso para crear una vida mejor. El útero simboliza muchas cosas, es nuestro nido, como anidamos a nuestros hijos, cómo nos sentimos apoyadas por nuestra madre y padre, tiene muchísimos significados. Las memorias de dolor, los duelos no hechos, todo eso tiene que tener un trabajo de escucha y conciencia. Ese es el espacio que propongo para todas las mujeres, poder ser escuchadas y que se escuchen a sí mismas, que puedan decir y expresar los dolores que tienen y través de mi experiencia personal poder contarles también como fue y sigue siendo mi reparación, eso es lo más sanador, tener un espacio para escuchar y conversar e ir construyendo una deconstrucción que nos atraviesa como mujeres. Es un trabajo interior para reparar traumas, heridas y momentos que no son felices en nuestras memoria, soltarlos y poner nuestra energía en lo que podemos crear hoy. El cannabis ayuda un montón a transitar los ciclos, la menstruación, los dolores, en la menopausia y también en la vejez, se puede usar en varias etapas de la mujer y por eso tan importante.
¿Qué mejoras observaste en tus pacientes?
--Yo trabajo específicamente con mujeres, lo primero que trabajé fue con fibromialgia. Hubo muchísimas mujeres con esta afección que empezaron con cannabis porque era un grito de dolor, tenían un tratamiento alopático con un medicamento llamado pregabalina que les hacía peor, ningún tratamiento alopático les daba resultado, de hecho las empeoraba. Arrancaron con cannabis, mejoraron y ahí se las invitó a hacer un trabajo emocional con respecto a la fibromialgia que tiene que ver con una desvalorización y una preocupación de las fibras familiares. Me interesó ese tema también porque acompañamos a muchas mamás con niños autistas que se acercaban al cannabis y tienen fibromialgia también. Descubriendo el significado de esta enfermedad es ‘te cuido pero me duele’, a muchas cuidadoras, madres con hijos enfermos o mujeres que tienen un familiar enfermo, o son hijas que sostienen a la familia, les aparece esta enfermedad. El cannabis las ayuda notoriamente porque no hay algo alopático que mejore su estado y justo con esta enfermedad son muy bastardeadas también porque nadie les cree, no hay empatía. Cuando se acercaron al cannabis, les mejoró muchísimo todo el sistema y cuando emprendieron el camino de ver porque tenían esta enfermedad con la decodificacion bioemocional o de existencia consciente -que también se llama así- pudieron cambiar sus vidas radicalmente, desde cambiar de trabajo hasta decir que no y poner límites a situaciones que eran muy dolorosas, incluso a familiares. Tomaron las riendas de su vida y hoy están muchísimo mejor. Obviamente que siempre tienen que cuidarse, cambiar su alimentación, hacer ejercicio, es un combo de cosas pero en esa enfermedad puntual, el cannabis es fundamental porque mejora sus vidas.
¿Cuál es el rol de la fitoterapeuta cannábica?
Somos mujeres con una gran empatía con la naturaleza y con la planta de cannabis, aprendimos con el tiempo a conocerle todos sus beneficios, sabemos todos sus secretos, la conocemos bien y sabemos cuál es la calidad de la planta. Hoy hay un boom del cultivo como mero comercio, recibo mucha gente que se pone a cultivar o a hacer aceite para vender pero les falta información para brindar asesoramiento. Por esta razón es tan importante informar y ese es mi rol, luego de la implementación de la ley 27350 podemos informar sin problema. Hay que ser muy cuidadosos. Está bueno que la gente pueda acercarse a un cultivador solidario inscripto al REPROCANN o a las ONG más cercanas que hay muchas para que los pueda asesorar. Lo que es legal hoy es autocultivar para sí mismo y hacer medicina. Aún no está reglamentado el acceso a la medicina, al parecer pronto va a estar en las farmacias. Yo brindo información sobre cómo cultivar y tener buenas prácticas de cultivo, hacer un buen aceite para sí mismo y les doy derivaciones con el médico indicado para que le indique la dosis y qué cannabinoides necesita para su tratamiento autogestivo. Doy herramientas a la persona para que pueda llevar su propio tratamiento adelante acompañado por un profesional en la materia.
¿Qué sucede en los talleres que brindas?
Hacemos talleres presenciales gratuitos sobre salud femenina y cannabis para informar y dar a conocer cómo son estas terapias que hoy son legales para las personas con la debida inscripción al REPROCANN. Hablamos de cultivo, cómo hacer la extracción de los cannabinoides. Siempre me acompaña alguna médica para hablar sobre dosificación porque, si bien, nosotras la sabemos, está bueno que esa información la de un médico especialista para que el paciente se empodere también en su propio tratamiento. Es fácil de hacer y se pueden generar varias cosas con la medicina, podés usarlo únicamente en microdosis por un dolor físico, por dolores menstruales, en la menopausia y también de manera más recreativa para abrir la creatividad o hacer algún vuelo espiritual. Siempre con un uso responsable y con conciencia.
Un tema con una gran escasez de estudios e investigaciones es la lactancia y el cannabis ¿Cuál es tu opinión al respecto?
--Hay muy poca información y la única información que hay es errónea. Los estudios que hay mezclan la cannabis con las drogas duras, entonces ya de por sí, no hay una investigación solamente de cannabis. Esas investigaciones no sirven porque las drogas duras tienen otra tendencia completamente diferente al cannabis. No hay nada que indique cannabis, únicamente. La Fundación Ciencia para la Cannabis, son científicas de diferentes especialidades, nutricionistas, ginecólogas, psicólogas junto con otras mujeres que estamos investigando a nivel observacional, decimos: primero que consulten a una médica especializada en el tema para ver pros y contras; segundo hay que ver cuál es el contexto y qué es lo que necesitamos de la planta. Hay muchas partes de la planta que se pueden consumir sin tener que rozar con la psicoactividad, el cbd, la planta en crudo tiene thc ácido que es como un super alimento, ninguno de estos dos fitocannabinoides tiene psicoactividad, son totalmente naturales, por ejemplo, hay mujeres embarazadas que están con mucho dolor de ciático, de cintura o que ya vienen tomando aceitito y justamente están en pleno embarazo. Tendrían que acercarse a una médica, pero en el caso del aceitito es una microdosis, los fitocannabinoides están para nuestro favor, generan homeostasis (equilibrio) corporal. En un consumo responsable, con acompañamiento médico y muchísima responsabilidad hay muchas mujeres que lo usan y a los bebés se los ve muy bien. por eso es imperioso que sigamos con las investigaciones que respecten al cannabis solamente.
¿Hay alguna información sobre el tema que puedas recomendar?
Si, estan subidas a youtube las charlas sobre “Embarazo, lactancia y cannabinoides” donde con información segura y donde se muestra que las investigaciones que hay sobre gestación o maternidad y cannabis carecen de fundamento, son erróneas y falsas, solo estigmatizan a la planta y generan más desinformación.
_ ¿Qué representa el cannabis para las mujeres que recurren a vos?
El cannabis es una medicina y una oportunidad que nos da a las mujeres de hoy que somos mujeres que cuidadoras, jefas de familia, sostenedoras de familia, que somos multifunción porque no sólo trabajamos, sino que también hacemos los quehaceres domésticos y tenemos doble o triple trabajo a veces. El cannabis nos puede acompañar en todas las etapas de nuestra vida, desde nuestro ciclo menstrual diario, hasta la ancianidad. Para qué restringir si podemos tener una medicina que nos pueda acompañar. Yo abro un espacio de escucha donde cada mujer llega con su experiencia donde le pongo un poco de luz a lo que le pasa, siempre escuchamos las mismas historias y vemos cómo con información les resulta muy amorosa la medicina. Todas llegan porque buscan una alternativa saludable a sus dolencias.