“Una obra necesaria”. Así describen sus protagonistas a Regreso en Patagonia, la propuesta musical más reciente del circuito comercial. Ellos son Fernando Dente, Franco Masini y Nahuel Pennisi, el equipo actoral que se pone al frente del ambicioso proyecto teatral que reúne a 40 artistas en escena, una orquesta en vivo y una superproducción técnica que no deja nada librado al azar. Con la dirección de Sebastián Irigo, el elenco se completa con Laura Esquivel, Cande Molfese, Iñaki Aldao, Karina Hernández y Roberto Peloni.
Pensada para toda la familia, la puesta está basada en la novela El regreso del joven príncipe, de Alejandro G. Roemmers, una ficción que a su vez se inspiró en El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, y que además se transformó en el único libro autorizado por los descendientes del autor. La historia gira en torno a Guillermo Prado (Dente), un periodista y aspirante a novelista al que no le publican su primer libro por no tener suficientes seguidores en las redes sociales. En medio de esa desilusión, aparece el llamado inesperado de Rafael (Pennisi), su íntimo amigo que vive en la Patagonia y lo invita a visitarlo. Allí, precisamente en ese viaje, Guillermo conoce a un joven particular llamado Príncipe (Masini) y el encuentro los modificará a ambos.
“El proyecto me cerró por todos lados”, confiesa Fer Dente. “Es una obra que habla de temas que tienen que ver con lo intrínseco del ser humano, con la idea de evolucionar y repensarse, y yo estoy muy sorprendido porque es hermoso que este trabajo sea tan bien recibido por la gente. Vivimos muy rápido, en un mundo que nos pasa por encima. Hay una guerra en otro continente, y acabamos de salir de una pandemia. Estamos movilizados, y entonces nuestra sensación es que estábamos necesitando esto: conectarnos con nosotros mismos”, agrega el cantante y actor que viene de cerrar una exitosa temporada, también en formato musical, con Kinky Boots.
Pennisi, por su lado, celebra lo que significa sus primeros pasos en la actuación. “Estaba girando bastante, y venía un poco cansado de viajar tanto. Y cuando me llegó la invitación para formar parte del elenco, me sorprendí mucho, porque no pensé que me podían llegar a convocar para un evento de estas características. Es un desafío estar acá, porque implica salir de mi zona de confort y experimentar algo distinto. Estoy muy agradecido y feliz por este proceso. Para mí es un debut, y espero que no sea despedida (risas)”.
Para Masini, en cambio, su participación implica un regreso a la escena local, luego de una estadía en España donde filmó la serie Todas las veces que nos enamoramos, próxima producción de Netflix. “Hace tiempo que estaba trabajando afuera, y me tentó la idea de volver. Siempre es lindo trabajar con gente a la que admiro mucho, y además quería reencontrarme con el público argentino. Los espectadores quedan muy conmovidos, reflexivos y agradecen que exista esta opción en la calle Corrientes”.
-La obra pone un especial foco en reflexionar acerca del uso de las redes sociales, y de cómo eso influye en nuestra identidad y en el vínculo con otros. ¿Cómo es su relación con esta presión de tener éxito y aceptación en la virtualidad?
Fernando Dente: -La presión existe, y no soy indiferente. Me pesa esta cuestión, como le debe pesar a un conductor el rating de su programa. Pero hago el trabajo de que no se me vaya la vida, ni el humor del día, en eso. Nosotros tenemos la particularidad de que tenemos una red social por lo que hacemos y por quienes somos, y en ese sentido tenemos una tarea ganada y no es que tenemos que hacer un personaje. Tampoco ofrecemos un servicio ni vendemos un producto, sino que compartimos un poco lo que somos. Y partes de lo que mostramos generan más engagement que otras.
Nahuel Pennisi: -Creo que lo que importa es ser natural en cualquier aspecto de la vida, en lo superfluo y en lo profundo. Una de las cosas que me preguntaba con este proyecto, antes de arrancar los ensayos, es cómo tenía que hacer para poder transmitir desde la actuación, y me di cuenta que tenía que ser el mismo de siempre. Y eso también hay que reflejarlo al momento de compartir algo con la gente. Las redes sociales son un vehículo que se mueve muy rápido y que mueve masas que uno nunca pensó que podía mover. Eso es increíble, pero no deja de ser un juego. La gente se anima a decir por las redes cosas que no se animan a decir en persona.
Franco Masini: -Creo que uno tiene que ser muy respetuoso y cuidadoso con uno mismo, tanto frente a los comentarios positivos como a los negativos. Porque si nos agarramos de todo que dicen los haters es raro, y si nos agarramos de todo lo positivo también es raro. Entonces hay que entender cómo funciona este mundo y surfear la ola. Creo que las críticas constructivas son valorables y pueden servir, pero también pasa en las redes que hay mucho odio, y hay que dejar que eso pase y concentrarse en la esencia de uno.
-Además de esta problemática, ¿qué reflexiones les generó esta historia?
N. P.: -A mí me llamaron la atención dos cosas. En primer lugar, que es muy difícil que una obra de teatro reúna espectacularidad en el despliegue escénico y al mismo tiempo profundidad en el mensaje. Y eso es lo que ocurre acá, y el público se queda con las dos cosas. Por otro lado, mi personaje me hizo pensar también en lo valiosa que es la amistad. Porque cuando necesitamos un sacudón o una palabra de aliento, acudimos a nuestros amigos. Y mi misión en la ficción, pero también en la vida, es la de ser un buen amigo.
F. M.: -Cada obra en la que actúo me enseña algo y me genera una búsqueda. En este caso, la historia y mi personaje me conectan con el niño que fui, y con la inocencia y la magia de la infancia, porque a este príncipe todo le sorprende. Para él todo es nuevo, y todo le provoca una sonrisa.
F. D.: -Yo siento que todavía estoy descubriendo de qué se trata esta puesta, aunque tengo una intuición. Es una historia que tiene que ver con la idea de volver a foja cero, pero para mí, antes que nada, el teatro es una pantalla en blanco donde cada uno proyecta lo que necesita. Y una buena obra es la que te permite hacer eso.
-Regreso en Patagonia reivindica la búsqueda del propio deseo. ¿Qué desean con este proyecto?
F. D.: -Esta apuesta tiene algo muy mágico, porque ante todo es algo nacional. Hacer una obra así fue una patriada para todo el equipo. Yo deseo para este trabajo un recorrido internacional. Sería hermoso poder representar a nuestro teatro en otros lados con esta experiencia, y también hacer gira por el interior del país.
F. M.: -Nuestra intención es que llegue el mensaje. Que podamos conectarnos y unirnos. Es un trabajo que estamos haciendo con pasión, alegría y mucha energía. Y quienes vienen a vernos se dan cuenta de eso.
N. P.: -A esta obra la sostiene el amor, y nuestro deseo es que ese amor la lleve donde tenga que ir.
* Regreso
en Patagonia puede verse en el Metropolitan Sura (Corrientes 1343), de jueves a sábados a las 20.30 y
los domingos a las 19.30.