Con la votación de jueces y abogados, empezó a mostrarse cómo será el diseño de poder en el Consejo de la Magistratura, que tendrá una nueva composición a partir de finales del mes próximo. Si bien en los dos estamentos ganaron fórmulas alineadas con la oposición, el Frente de Todos logró, de la mano de Héctor Recalde, conseguir una banca que estaba en poder de un abogado alineado con Juntos por el Cambio.
“El bloque de consejeros que avaló el lawfare, la persecución y el espionaje perdió una banca”, festejó Recalde. El desafío del órgano que se encarga de la selección y remoción de los jueces será salir de la parálisis y lograr cubrir las vacantes que hay en el Poder Judicial, especialmente en lugares claves como la Cámara Federal porteña —donde aún permanecen dos de los jueces designados por Mauricio Macri sin mediar concurso—.
El Consejo de la Magistratura es un ámbito de tensión desde diciembre del año pasado. En ese momento, la Corte Suprema desempolvó una denuncia del Colegio de la calle Montevideo y dijo que la conformación del cuerpo no era equitativa entre los distintos estamentos. En su afán restaurador, la Corte Suprema descalificó la ley que estaba vigente por inconstitucional y ordenó volver a la norma anterior, que no solo llevaba el número de miembros de trece a veinte sino que también le otorgaba la presidencia del Consejo al titular de la Corte Suprema. El fallo significó el desembarco en el Consejo de Horacio Rosatti.
El lunes, se votaron los cuatro representantes de los jueces y los cuatro representantes de la abogacía. La Lista Bordó de la Asociación de Magistrados —la más conservadora— se llevó dos bancas mientras que la Celeste —más progresista y afín al gobierno nacional— quedó en segundo lugar. En último puesto ingresó la lista de Compromiso Judicial.
Por la Bordó ingresará el juez de la Cámara Federal de Casación Penal Diego Barroetaveña, llegado al tribunal durante el macrismo y que tiene causas muy sensibles para resolver como Hotesur o Memorándum con Irán. Lo secundará la jueza civil Agustina Díaz Cordero, que fue nombrada jueza también durante el gobierno de Cambiemos. Díaz Cordero es la hija de María Lilia Gómez Alonso, una de las camaristas que tuvo a su cargo la causa de la deuda del Correo y expresidenta de la Asociación de Magistrados.
Por la Lista Celeste continuará Alberto Lugones, que resistió a los embates de Compromiso Judicial para sacarlo de la contienda electoral. Lugones, camarista de San Martín, suele votar con el bloque que representa al Frente de Todos. En último lugar, se incorporará la jueza penal María Alejandra Provítola, que fue secretaria en la fiscalía de Carlos Stornelli y lo acompañó durante su paso por el ministerio de Seguridad bonaerense.
A nivel del estamento de los jueces no habrá cambios con respecto al reparto actual, ya que la Bordó tiene dos representantes (Ricardo Recondo y Díaz Cordero), la Celeste conserva uno (Lugones) y Compromiso Judicial tiene la banca restante (Juan Manuel Culotta).
En donde sí se alteraron los números es en la representación de la abogacía. La oposición tenía tres representantes propios (Carlos Matterson, Diego Marías y Jimena de la Torre), pero perdió uno con la buena elección que hizo el abogado laboralista Recalde, que volverá a desembarcar en el Consejo de la Magistratura. También volverá Miguel Piedecasas —que llega con el apoyo de la Unión Cívica Radical (UCR)— y seguirá De la Torre, que fue la número dos de la AFIP macrista. También permanecerá la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ), María Fernanda Vázquez.
La abogada Vázquez pertenece a un polo de poder que diseñó Diego Molea, actual representante de las universidades en el Consejo de la Magistratura. Molea supo acompañar al oficialismo, tiene relación con Rosatti y se presenta como una tercera posición en el Consejo de la Magistratura.
Si bien Molea dejará el organismo el mes próximo, es posible que continúe con su influencia de la mano de Vázquez pero también de los dos representantes de la academia que ya fueron elegidos: Hugo Galderisi y Guillermo Tamarit. El dato es que Galderisi también viene de la UNLZ, el bastión de Molea en el conurbano.
Rosatti seguirá presidiendo el Consejo y Gerónimo Ustarroz continuará como el representante del Poder Ejecutivo. Resta saber quiénes serán los enviados de la Cámara de Diputados y del Senado al organismo. La nueva composición debería estrenarse en la semana del 20 de noviembre, estimaron fuentes del Consejo.
El verdadero desafío pasa por hacer que el Consejo de la Magistratura salga del letargo. Ése fue el reclamo que hizo Lugones después de las elecciones. “Desde que llegó Rosatti a la presidencia del Consejo, solo se aprobaron seis concursos; los demás siguen durmiendo el sueño de los justos”, dijo en diálogo con El Destape Radio.
Lugones hizo una especial referencia al concurso por las dos vacantes en la Cámara Federal. Es el que se activó para cubrir los dos lugares que ocupan Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, movidos sin concurso desde el Tribunal Oral Federal (TOF) 4. “Desde agosto de 2021 está listo, pero no logramos que avance”, señaló. “Rosatti no pudo convencer a los opositores de aprobar las ternas para Comodoro Py”, disparó.
Recalde, por su lado, reclamó que el Consejo adopte una postura distinta frente a los temas del Poder Judicial. “El Consejo tiene que pronunciarse sobre muchas cosas, como el lawfare, por ejemplo. No se ha pronunciado sobre el armado de causas”, remarcó.