Como un mantra, la frase se repite en buena parte de los análisis sobre la cumbre peronista del 19 de octubre encabezada por Axel Kicillof y Máximo Kirchner: “El objetivo es blindar el Gran Buenos Aires”. Lo dicen quienes observaron la reunión desde afuera y quienes participaron de las cinco horas de deliberaciones en la Casa de Gobierno platense. Sin embargo la reconstrucción de Buenos Aires/12 suma un matiz decisivo: el objetivo no es solamente el GBA sino garantizar la mayor cantidad de votos en toda la provincia de Buenos Aires para el 2023.
Además de Kicillof y Máximo, gobernador y presidente del Partido Justicialista del distrito, entre otras figuras de la dirigencia participaron varios intendentes con licencia, como el actual jefe de Gabinete del gobierno provincial Martín Insaurralde y el ministro de Obras Públicas Leo Nardini, de Lomas y Malvinas Argentinas, e intendentes en ejercicio como Alberto Descalzo de Ituzaingó. También fue de la partida la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez.
No había novatas ni novatos en ese cónclave que pareció la confirmación de algo que Kicillof señaló a Página/12 el último domingo: en la provincia de Buenos Aires el peronismo y el Frente de Todos están ordenados. Una afirmación que podría traducirse por comparación con lo que sucede a nivel nacional. A escala del país el mayor de los liderazgos relativos, que sin duda es, por lejos, el de Cristina Fernández de Kirchner, diverge con el jefe de la administración, el Presidente Alberto Fernández. La divergencia es política y, como queda claro por expresiones de la propia CFK y de Máximo, de políticas. En el plano bonaerense el jefe de la gestión, Kicillof, o coordina o administra en privado sus diferencias con el presidente del PJ, Máximo, que a su vez teje con los intendentes, y se referencia abiertamente en el liderazgo de Cristina. Sergio Massa tiene interlocución permanente con todos y toda y el massismo juega integrado dentro del FdT provincial, lo mismo que el Frente Grande de Eduardo Sigal y Mario Secco y el resto de las fuerzas.
En términos de convivencia la situación se asemeja a la del 2019, cuando el peronismo se unió para ganarle a Mauricio Macri y sumó partidos afines al FdT.
El problema son los números de entonces y los más recientes. En 2019 Kicillof fue elegido gobernador por el 52 por ciento de los votos. En la renovación legislativa parcial de 2021 esa cifra bajó a 38,53 por ciento, un 1,3 por ciento menos que el 39,81 por ciento de Juntos por el Cambio. Otras fuerzas opositores, como la Alianza Libertad de José Luis Espert, llegó al 7,5 por ciento de los votos. Y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores consiguió el 6,82 por ciento.
Juntos ganó en 109 de los 135 distritos, en buena medida gracias al resurgimiento de la Unión Cívica Radical del interior de la provincia. La diferencia es significativa si se tiene en cuenta que las intendencias se reparten, desde 2019, entre 71 del Frente de Todos, 59 de Juntos y cinco de partidos locales.
La cumbre del miércoles 19 apuntó a complementar gestión de gobierno con mayor presencia política en las zonas de la provincia que son extra-GBA y a dos objetivos más:
*El primero, mejorar los números en la poderosa Tercera Sección Electoral, unos cinco millones de electores distribuidos entre 19 distritos: Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Berisso, Brandsen, Cañuelas, Ensenada, Esteban Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza, Lanús, Lobos, Lomas de Zamora, Magdalena, Presidente Perón, Punta Indio, Quilmes y San Vicente.
*El segundo, trabajar para que no se repita en la Primera Sección Electoral el escenario de 2019, donde el Frente de Todos perdió en varios distritos donde gobierna. Los 24 partidos de la Primera también reúnen alrededor de cinco millones de electores. Son éstos: Campana, Escobar, San Martín, José C. Paz, Malvinas Argentinas, San Miguel, Tres de Febrero, San Fernando, San Isidro, Pilar, Tigre, Vicente López, Morón, Hurlingham, Ituzaingó, Merlo, General Las Heras, Luján, Marcos Paz, Mercedes, Navarro, Suipacha, Moreno y General Rodríguez.
“No es lo mismo ganar La Matanza por 25 puntos que por 40”, dijo uno de los participantes que, quizás para respetar el acuerdo de discreción, pidió reserva de su nombre. “No es lo mismo perder en Bahía Blanca por 27 puntos que por 10”, completó otro. Bahía Blanca, La Plata y General Pueyrredón (Mar del Plata) son los otros grandes centros urbanos que no forman parte ni de la Tercera ni de la Primera. En Mar del Plata en 2021 Juntos superó por 21 puntos al Frente de Todos.
“Ya que la macro no depende de nosotros, necesitamos rigor en el día a día y en lo que dependa de la gestión y de la presencia política”, fue el resumen/programa expresado por una de las participantes.