Una investigación del Fiscal Federal de Venado Tuerto Javier Arzubi Calvo terminó ayer por develar una nueva sociedad narco encabezada por Mauro Nahuel Novelino, procesado tres veces por narcotráfico, con base de operaciones en aquella ciudad y Lucía Uberti, una joven ligada a Los Monos que ganó notoriedad por haber sido juzgada y condenada a 20 años por su participación en la saga de atentados a sedes judiciales de 2018. Ayer el juez Aurelio Cuello Murúa ordenó más de 30 allanamientos, que incluyeron requisas en siete cárceles de todo el país, para desbaratar a la banda que entre sus emprendimientos comunes tenía dos pilcherías, una en barrio La Lata de Rosario, en Paraguay al 2600 y otra en Venado Tuerto, local que lleva el nombre de “Mambo Black”. Tras los allanamientos, la Justicia Federal imputó a 31 personas.

La causa comenzó en 2021 en el marco de una investigación a Novelino, quien junto a su novia Uberti —desde la prisión federal de Salta y desde la Unidad de Detención N°5 de Rosario— se dedicaban al comercio de estupefacientes, fundamentalmente en Venado Tuerto. Fue una conversación por Snapchat la que permitió desbaratar una asociación ilícita dedicada al comercio de estupefacientes en el sur santafesino. Los organizadores operaban a través de sus teléfonos celulares. 

Mientras fueron pareja, Novelino y Uberti se mantenían desde sus lugares de alojamiento en contacto permanente. Es más, los pesquisas revelaron que todos los días preparaban la cena y luego se unían a través de videoconferencias para compartir ese momento". 

"Además de las conductas referidas al comercio de material estupefaciente, los mismos explotaron un negocio de indumentaria en la ciudad de Rosario en Paraguay al 2600, denominado Para 24/7, donde por temor a la inseguridad y los robos habían instalado en el mismo varias cámaras de vigilancia que controlaban desde sus teléfonos en las unidades de detención. Al mismo se acercaban las personas con el fin de abonar el material estupefaciente adquirido", revelaron los investigadores.

En todas esas conductas, Uberti contaba con la colaboración con de su madre, su hermana y su cuñado, quienes también prestaban sus datos para que los vehículos adquiridos fueran puestos a su nombre.

Tras los allanamientos, la Justicia Federal imputó a 31 personas, entre las que se encuentran familiares de ambos detenidos y personas cercanas a otros narcos que operaban en el sur santafesino, entre ellos Julio Rodríguez Granthon, alias "Perú". Según fuentes judiciales, los proveedores de armas y los precursores químicos provenían de la ciudad de Córdoba y luego se producían y distribuían en Rosario y la región. 

El fuero federal también constató que la organización delictiva adquiría los materiales principalmente en Córdoba, a través de una persona que se desempeñó como policía (actualmente jubilado) y de la mujer llamada Ingrid Florindo, quienes lo proveían de precursores químicos, cocaína de máxima pureza, armas de fuego y municiones, entre otros elementos.

El cruce de información llevado a cabo por la Fiscalía Federal a cargo de Javier Arzubi Calvo permitió determinar que una mujer llamada Ingrid Roxana Florindo había sido condenada por el Tribunal Oral Federal de Córdoba por el tráfico de 300 kilos de marihuana y que el Ministerio Público Fiscal había aportado fotografías de la misma correspondientes a las redes sociales donde se advertía que encontrándose en prisión domiciliaria había asistido a un recital sacándose y publicando fotos con el cantante.

"Esta mujer poseía una prisión domiciliaria por tener un hijo pequeño, pero perdió ese beneficio a partir de las publicaciones suyas en redes sociales tras presencial un recital de Cachumba (banda de renombre de cuarteto cordobés", apuntaron los investigadores.

A partir de ese momento, su hijo de 20 años recibió órdenes de su madre desde la cárcel cordobesa, y siguió a cargo de la provisión de materiales y armas de fuego. En ese lapso, le ofreció a Lucía y Nahuel mejorar los precios con respecto al policía jubilado que operaba para la banda.

Finalmente, para graficar la fluidez e intensidad de las comunicaciones, se detectaron unos 500 mensajes diarios de Novelino destinados a guiar a su banda. 

Por estos días, Novelino se encuentra en pareja con Carla R., quien lo visita semanalmente en Rawson, su último destino. “Ambos publican los mismos videos en sus cuentas de TikTok, donde exhiben los viajes en avión que ella realiza a Rawson y grandes cantidades de dinero”. Al igual que lo hizo con Lucía, Novelino instaló un negocio de ropa en pleno centro Venado Tuerto llamado “Mambo Black”. La encargada es Carla R., “donde comercializaban ropa presumiblemente de marca apócrifa”. Según destaca la imputación, la mayoría de las personas involucradas en la organización se encuentra en prisión.