La cumbre global de alcaldes del C40, que se celebra desde este miércoles en la Ciudad de Buenos Aires, tuvo su contracara en las calles con una serie de protestas de organizaciones socioambientales porteñas.

En dicho encuentro encabezado por el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, se discuten "medidas urgentes para enfrentar la crisis climática". Por otra parte, organizaciones se manifestaron para alertar que "las políticas públicas del GCBA muy lejos están de lo que se necesita para la adaptación al cambio climático".

En este marco, la legisladora porteña del Frente de Todos, Lucía Cámpora, denunció a través de Twitter el accionar de la policía de la Ciudad contra unos manifestantes que ayer llevaron una bandera en protesta por la política ambiental del gobierno porteño. 

"Estos pibes quisieron dejar una bandera sobre las deudas ambientales del GCBA. Los rodearon 20 policías, les dijeron que no se podían manifestar si era en contra de Larreta y les hablaron de subversión", manifestó la funcionaria en la red social.

En diálogo con AM750, Cámpora sostuvo que la policía de la Ciudad es una “policía política” que “impide” manifestaciones o expresiones contra alguna política del gobierno porteño.

"No son ni más ni menos que la fuerza de seguridad oficiando como una fuerza partidaria”, remarcó.

Asimismo, señaló que el accionar policial fue explícitamente "para invisibilizar un reclamo" el cuyal resaltaba que luego de 15 años de gobierno del mismo signo político en la Ciudad -primero con Mauricio Macri a la cabeza y luego con Horacio Rodríguez Larreta-, "las deudas ambientales en el territorio son enormes".

En el mismo sentido, expresó que, en medio de una cumbre ambiental como la del C40, el reclamo por estas "enormes deudas ambientales" del gobierno de Larreta se tienen que escuchar.

Por último, insistió en que cuando se habla de política ambiental, también se habla de "justicia social" ya que los que más padecen las problemáticas ambientales son los vecinos y vecinas de los barrios mas populares, mas humildes, como los que viven a la vera del riachuelo y hace 15 años que esperan la relocalización, o los que padecen la falta de espacios verdes porque las tierras públicas se rematan para especulación financiera.