La excanciller Susana Malcorra admitió hoy en “Toma y Daca” -El Mundo (AM 1070)- que “este ritmo de endeudamiento no es sostenible en el largo plazo” y sostuvo que el crecimiento de la deuda durante el gobierno de Cambiemos es un “puente” para resolver “los problemas estructurales de fondo". El problema es que la demora del crecimiento resultó ser más larga de lo que se creía”, argumentó.
La actual asesora de Asuntos Estratégicos del Ministerio de Relaciones Exteriores justificó el hecho de que el presidente Mauricio Macri no pudo concretar las reuniones bilaterales previstas con sus pares del Reino Unido, Theresa May, y de Francia, Emmanuel Macron durante el G20. Atribuyó las cancelaciones a los disturbios que hubo durante las reuniones del G20, que convirtieron a Hamburgo en una ciudad “sitiada”, lo cual “obligó a reprogramar la agenda”.
Ayer Macri repudió en el marco de una conferencia prensa las masivas protestas que llevaron adelante unas 12.000 personas en las calles de Hamburgo, Alemania. Advirtió además, en referencia a que la Argentina será sede de la cumbre de la Organización Mundial del Comercio 2018, que con el fin de cuidar “la imagen del país en el mundo, no podemos recibir a mandatarios de los principales países y tener episodios como los que se vivieron acá”. A esto mismo hizo alusión Malcorra al expresar que la celebración de la cumbre en Argentina representa “un desafío en términos de seguridad”, y que se ha armado un equipo liderado desde la jefatura de Gabinete en vistas de que esta “responsabilidad que tenemos por delante se lleve de la mejor manera posible”. Las fuerzas de seguridad argentinas recibirán “entrenamiento y equipamiento de países que están acostumbrados a manejar este tipo de eventos y manejar este tipo de manifestaciones masivas”.
Malcorra argumentó a favor de incentivar el vínculo con líderes como el turco Recep Erdogan, con quien Macri tuvo una reunión bilateral, a pesar de los señalamientos en su contra por su política de derechos humanos y libertad de prensa. “Debemos hacer equilibrio en un camino muy finito entre mantener los compromisos con los derechos humanos, como lo ha hecho históricamente la Argentina, pero también hay que reconocer que el mundo es imperfecto y que no se puede salir adelante económicamente sin entrar en el mundo. Y Turquía representa un mercado interesante”, alegó.