El CEO de YPF, Pablo luliano, destacó que la Argentina “representa menos del 1% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero”. Para ello “tenemos un programa de descarbonización (gracias al cual) desde 2017, hemos bajado un 14,5% nuestras emisiones”. Y resaltó que los hidrocarburos producidos offshore ya tienen una tasa de emisiones 40% menor que tierra adentro, y que operadores como Equinor han reducido esa cifra aun más.
Iuliano formuló dichas declaraciones durante su participación en la primera de las audiencias públicas virtuales convocadas por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Su objeto es debatir sobre el impacto económico, social y ambiental del pozo exploratorio Argerich en el Mar Argentino, en el área CAN-100 de la Cuenca Argentina Norte, localizada a 307 kilómetros de la ciudad de Mar del Plata.
Al justificar la factibilidad económica y ambiental del proyecto, Iuliano sostuvo que “este proyecto aporta al desarrollo económico y social del país poniendo en valor los recursos de Argentina y contribuye a la descarbonización de la matriz energética nacional y de otros países. Tenemos una oportunidad para desarrollarlo y una ventana de tiempo acotada, tenemos que aprovecharlo”, destacó, advirtiendo que “este es un proyecto estratégico para Argentina como lo fue en 2012 Vaca Muerta”.
Para Iuliano, la exploración offshore se enmarca dentro de la estrategia de transición de la compañía y para 2050 aún “habrá un 30% de la energía que deberá ser cubierta con combustibles fósiles”. “Hoy no podríamos dejar de producir hidrocarburos porque sería imposible abastecer la demanda de energía” . Y señaló que la Argentina “representa menos del 1% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero”.
En la segunda jornada de la audiencia pública, tomaron la palabra decenas de participantes a titulo individual, que expresaron su posición o sus conocimientos para pronunciarse a favor o en contra del proyecto. Los que lo hicieron en contra, tomaron como argumento más reiterado que toda defensa de la explotación de recursos naturales se justirfica en el "fabuloso negocio" que le reportaría al país, al tiempo que se niega el impacto ambiental que va a provocar. En general, se expresó en estas posiciones una alta desconfianza en las promesas de las empresas en la aplicación de condiciones técnicas que preservarían el ambiente, así como en las autoridades que deberían controlar que ello ocurra.
A favor del proyecto, se manifestaron muchas personas que se identificaron por títulos universitarios que acreditaban sus conocimientos en la materia. Y en general descalificaron las críticas al proyecto por considerarlas "faltas de fundamento".