San Lorenzo empató 0-0 ante Chapecoense, en Brasil, y fue eliminado de la Copa Sudamericana por el mismo equipo que había sido el verdugo de Independiente en las rondas iniciales del certamen.
La igualdad en uno en el partido jugado hace tres semanas en Boedo obligaba al conjunto argentino a ganar o empatar por dos o más goles, mientras que su rival tenía a favor el escaso margen de haber anotado un gol de visitante, algo que le daba la posibilidad de clasificar con un triunfo, obviamente, pero también con un empate en cero, y hasta definir en los penales si se repetía la igualdad en 1.
En el arranque, San Lorenzo mostraba la intención de manejar la pelota y avanzar en bloque, aunque la baja de Belluschi se notaba demasiado a la hora de clarificar acciones ofensivas. Era mejor lo del equipo local, que conseguía mayor profundidad en sus avances.
Pareció que el equipo argentino reaccionaba cuando a los 19 minutos Mas estuvo cerca de marcar con un zurdazo cruzado que Danilo tapó con mucho esfuerzo. Esa jugada fue un espejismo, porque Chapecoense siguió llevando más peligro hacia la valla de Torrico, a favor de la velocidad de Gil por la derecha y de la claridad de Ananías para jugar aprovechando todo el ancho de la cancha. Daba la sensación de que era cuestión de que el local acertara en la definición para sacar ventaja, ya que a lo que hacía en ataque se sumaba el buen trabajo de su mediocampo, que controlaba por despliegue y por mayor precisión en los pases. Sin embargo, los primeros cuarenta y cinco minutos se fueron con el marcador en blanco, una buena noticia para San Lorenzo, que jugó muy por debajo de lo que venía mostrando.
La anemia ofensiva de la etapa inicial sumada a la obligación de marcar hizo que Aguirre moviera la estructura de San Lorenzo. Ingresó Blandi y se fue Corujo. Otro delantero, mayor ambición, que casi dan resultado sobre los 50 minutos, cuando Blandi probó de muy lejos y Danilo mandó al corner una pelota que se le colaba por arriba. Fue una muestra de lo que podía hacer el equipo argentino después de haber sacado el freno de mano que tuvo puesto durante el primer tiempo. Otra fue a los 63, con un cabezazo de Mas que se estrelló en el poste derecho tras el centro enviado por Blanco. Mientras, Chapecoense retrasó sus líneas y se agazapó a la espera de un contragolpe. Así estuvo cerca de marcar a los 68 minutos, cuando Torrico sacó al corner el envío de Gomes.
El correr de los minutos transformó el partido en un ida y vuelta. Los de Boedo arriesgaban en busca del triunfo, que pudo estar en una entrada de Cauteruccio que Danilo frustró saliendo rápidamente. Y el arquero se transformó en héroe cuando en la jugada final salvó el remate de Angeleri. A San Lorenzo no le salió el tiro del final. Tal vez la eliminación no hubiera sido tal si los riesgos que tomó en el complemento los hubiera asumido también en la primera etapa.