Pasó varias veces en los últimos meses: un show saca entradas a la venta, que se agotan rápidamente, en dos o tres días o incluso en horas. Pero varias semanas después, cuando los fans ya se habían dado por vencidos, se reabre la venta de tickets para el mismo show, pero ahora cuestan tres o cuatro veces más.
¿Se trata de una estrategia para multiplicar ingresos? Empresarios del sector aseguran que no, que esta re-venta de entradas remanentes, –un excedente de localidades que se vuelve a ofrecer al mercado– siempre ocurrió.
Las entradas para campo general del show del cantante puertorriqueño Bad Bunny, que se presenta en noviembre en Vélez, por ejemplo, costaban en enero $4.500 y se agotaron en horas. Pero la semana pasada una nueva tanda de entradas salió a la venta, y ahora los tickets para la misma ubicación cuestan $25.000.
Lo mismo ocurrió con el recital de su coterráneo Daddy Yankee, que llenó el mismo estadio en octubre con su gira despedida. Las localidades de campo VIP que costaban $14.500 en abril y también se agotaron, salieron nuevamente a la venta en septiembre a $35.000. Coldplay, el grupo británico que batió el récord en el país por haber agotado 10 fechas para noviembre en River, ofrece un ejemplo similar: las entradas para disfrutar el show desde el campo delantero subieron de $19.500 a su precio actual: $23.000.
¿De dónde salen las entradas remanentes?
"Cada uno tiene su motivo. Depende del momento inflacionario del país. La libertad de precios permite que cada uno haga lo que quiera, para bien o para mal", dijo Carlos Rottenberg, presidente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (AADET), a Página/12.
Rottenberg descartó que se trate de una mera especulación y atribuyó la existencia de estas remanentes a entradas “que vuelven”. Tickets que se entregan a empresas, clientes, bancos, y otras entidades como parte de acuerdos comerciales y que, en varios casos, como no todas llegan a ubicarse, regresan a manos de los productores y se ponen a la venta como remanentes.
Desde otra de las grandes productoras de shows internacionales indicaron a este medio que es habitual que inicialmente se ponga a la venta una cantidad menor de entradas por cuestiones de seguridad, mientras se esperan todas las habilitaciones, y que luego se venda el resto hasta completar el cupo del lugar. “Nunca ponemos de más, siempre ponemos de menos”, resumió Rottenberg.
Este fenómeno no ocurre solamente en Argentina, y actores del rubro aseguran que la especulación con la venta de entradas se sostiene en una estrategia comercial propia de la lógica mercantil. Medios internacionales como Vice, Birmingham Mail, y Dallas Observer, entre otros, alertan sobre este "sistema de precios dinámicos" en varios países, que especula con la ilusión de los fans y el efecto sorpresa de los nuevos tickets en venta.
"Claro que hay un negocio. Salen los tickets a la venta y ya hay sectores agotados, no se lo cree nadie...", expresó por su parte el productor y mánager musical Jorge Gavilán. Para él no hay duda de que las empresas se guardan una cantidad de entradas para venderlas más adelante y con precios más elevados. “Las productoras grandes son dueñas de sus propias ticketeras y ahí les cierra todo el negocio”, apuntó.
Y si bien reconoció que siempre ocurrió que las productoras separaran una cantidad de entradas —“eso genera demanda y, en algún momento, la gente compra la entrada a cualquier precio”— remarcó que la lógica de las remanentes se perdió después de que dejaran de ofrecerlas impresas, es decir, en formato físico. "Antes te la podías llegar a creer porque se agotaban los tickets duros, pero hoy es todo por sistema, ¿de dónde salen?", cuestionó.
Gavilán criticó también la legislación que regula las ventas de entradas que, entre otras cosas, permite que se retiren los puntos de venta físicos y que solo se pueda adquirir localidades a través de internet, sin poder evitar el denominado costo por servicio. "Lo de acá ya es alevoso, vale todo y no podés decir nada. Pero qué vas a hacer, ¿te vas a perder de ver a la artista?", reclamó.
El rol del "dólar Coldplay"
A mediados de octubre, el Gobierno nacional acordó con la AADET que cobraría el impuesto PAIS a los servicios de recreación y actividades artísticas contratados en el exterior. La medida, que agrega un 30% al valor del dólar oficial, se conoció popularmente como "dólar Coldplay".
Este “encarecimiento” del dólar fue aceptado por las productoras que necesitan del Banco Central para poder acceder a las divisas para contratar a los artistas. Y también podría ser uno de los factores que influye a la hora de aumentar desmesuradamente los precios de los tickets remanentes.
El economista y director del CEPA, Hernán Letcher, advirtió en diálogo con Página/12 que este “dólar Coldplay” podría convertirse en "un método para vender más caras las entradas remanentes".
Para Lechter este dólar diferencial baja "considerablemente" la rentabilidad de las productoras, y eso se traduce en aumento de las entradas. "Todo está atravesado por la especulación, pero a mí me parece que es más una política de mercado", opinó.