La Noche de los Museos, evento en el que numerosos espacios culturales abren sus puertas de forma gratuita, se convirtió en una fiesta masiva que comenzó a las 19 y se extendió hasta la madrugada con más de 270 sedes que ofrecieron charlas, talleres, shows de música, proyecciones y visitas guiadas.
Pese a que la noche del sábado fue un poco fría y algo ventosa, quienes se animaron a visitar los distintos museos se dispusieron a hacer filas y encarar los recorridos desde temprano. A las 18 en el Museo de Bellas Artes, los faroles ya se encontraban encendidos y un cartel luminoso con fondo negro que decía Museos Nacionales le daba la bienvenida al público. Algunas bicicletas ya se encontraban estacionadas en la entrada. Aunque no había fila en la entrada, todas las salas tenían más de cinco espectadores apenas comenzada la edición 18 de esta cita cultural que ya es un clásico.
Al ingresar al museo, a la derecha, se podía recorrer un pasillo cuyo eje es la importancia de la imagen como herramienta de poder en el arte argentino.
Cuando Vanna y Ana llegan, suspiran con asombro. Son amigas que participan por primera vez de la Noche de Los Museos. "Hace dos semanas tenemos el itinerario armado. Este es el primer museo que recorremos. Después vamos al Jj Nahon en Facultad de Medicina y de ahí al Centro Ana Frank", cuenta Ana, oriunda del partido bonaerense de Tres de Febrero.
"Nos gustan los planes tranquilos, recorrer, a Medicina vamos porque Ana estudia medicina y al de Ana Frank porque nos encanta. Leímos el diario, vimos la película y nos interesa mucho la Segunda Guerra Mundial", contó con emoción Vanna.
En la sala que recorre los inicios del coleccionismo en Argentina, se encuentra la colección de Guerrico y la escena que se repitió es la de los visitantes tomando fotos a los cuadros o que posan con las obras a sus espaldas.
Iván, de Ecuador, es la segunda vez que visitaba el muro, también en el marco de La Noche de los Museos. "Es el único que voy a visitar esta noche. Me encanta. El área más llamativa para mí es la que se encuentra en el segundo piso, dónde hay un gran mural de piedra".
En el edificio de Avenida Libertador 1473, se desplegaron "Carmelo Arden Quin, en la trama del arte constructivo" ,"Últimos ingresos" y "Una celebración a Graciela Taquini", la artista en cuya obra confluyen dos registros de manera simultanea: una gran cantidad de teoría y un trabajo de fantasía.
A las 20, la institución propuso un recorrido para todas las edades a través de las obras de artistas como León Ferrari, Emilio Pettoruti y Jackson Pollock con "la noche" como protagonista. A esa hora las filas para entrar ya duraban una hora.
Como parte del ciclo "Detrás de la superficie", cada media hora hasta las 22.30, hubo visitas guiadas con perspectiva de género, dedicadas a retratar la historia de las mujeres que forman parte de la colección del museo. También, se ofreceían actividades en Lengua de Señas Argentina (LSA), destinadas a personas sordas e hipoacúsicas.
Quienes recorrían las instalaciones de las instituciones culturales podían llevarse una bolsita con lápiz y cuaderno de hojas blancas con los nombres de todos los museos nacionales en la contratapa.
Una familia con estos regalos del Bellas Artes en mano caminó por Avenida Libertador hasta el Museo de Arte Decorativo. Ya desde la esquina de la calle Tagle, se divisaba una larga fila formada desde la entrada hasta casi el final de la cuadra. Desde adentro llegaba la música de un blues que musicalizaba el ingreso.
"Acá vivía una familia, mirá", le dijo una madre a su hijo al ingresar al Gran Hall, señalando los muebles exhibidos. La sala enseña distintos tipos de sillas, lámparas y radios portátiles, busca enseñar "la democracia objetual y los fetiches de consumo". Un tapiz flamenco llamado "el combate de Tessino" viste una de las paredes del Gran Hall. "Eso es un tapiz", le explicó un padre a su hijo que miraba boquiabierto.
En el Salón de Baile, que evoca los años de la Regencia Francesa entre 1705-1713 y que significó un período de transición entre la solemnidad del Barroco y la armónica gracia del Rococó, dos amigas posaban con las paredes doradas detrás.
La alegría del salón, potenciado por el uso de colores claros y los dorados en las líneas curvas, encuentra su origen en el uso de nuevas costumbres y normas de protocolo de la época de Luis XV, más flexibles que las que predominaron bajo el reinado de Luis XIV.
Antes de abandonar la sala, que la organización del Museo no permitía revisitar una vez que se abandonaba, Irupé llamó a su hija, con quien todos los años recorre La Noche de Los Museos. "Vamos a recorrer el Fernández Blanco y el Bellas Artes", contó. Del Fernández Blanco, la mujer destaca las celebraciones que hacen por el Día de Muertos. "Decoran todo como lo hacen en México y hasta regalan pan de muerto", precisó.
"Ya habíamos venido con visita guiada al Decorativo. Nos llamó la atención que las mujeres hayan sido excluidas de los eventos que se realizaban en este salón. Ellas tenían que ir a otro, más pequeño y oscuro, a tejer. No compartían la fiesta. Con mi hija estábamos indignadísimas", recordó Irupé, que se definió como asidua visitante de museos.
El inventario actual del Museo Nacional de Arte Decorativo está conformado por más de 6 mil objetos, que abarcan desde esculturas romanas hasta creaciones artesanales de platería contemporánea.
Durante la noche, la institución recibió a los y las espectadores en el Gran Hall, el salón más amplio del edificio. Se trata del único que cuenta con doble altura y fue el eje alrededor del cual se desarrollaban las actividades de la casa que pertenecía a la familia Alvear.
Todo el salón está rodeado por un zócalo de roble con paneles hechos con talla de pergamino plegado y como parte del mobiliario del Gran Hall se destacan varios conjuntos de sillones, banquetas, mesas y arcones; pinturas góticas y renacentistas, obras de imaginería religiosa española, flamenca y alemana contribuyen a evocar los salones ingleses de época Tudor en el siglo XVI.
Las piezas de arte que más se destacan son las de arte decorativo europeo y oriental y las esculturas y pinturas de los siglos XVI a XIX.
El público pudo observar las miniaturas europeas de los siglos XVI al XX, un óleo sobre tela de El Greco, tapices del siglo XVI, una escultura de Auguste Rodin y un reloj de bronce que fue un regalo de boda para los reyes Luis XVI y María Antonieta.
En el Centro Cultural Recoleta, las propuestas atrajeron a los más jóvenes que, por ejemplo, coparon la sala 2, donde está instalación Codigolux, y un grupo de jóvenes bailó con auriculares en ese espacio blanco con luces que cambiaban de color.
Para ingresar, más de 40 personas hicieron fila alrededor de la fuente del patio del centro cultural. "Silent parties", a cargo de DJ Piwi, forma parte de la instalación y es una propuesta para reunirse a bailar en silencio. Eliana y Jacqueline, dos amigas de 19 años esperaban ansiosas. "Vimos tiktoks de la gente en silent parties y era la oportunidad de ver qué se trataba. Nos da mucha curiosidad porque es raro", coincidieron las adolescentes.
La fiesta de los niños y niñas, en cambio, estuvo en la sala de dibujo, donde las familias se sentaron a pintar, escribir y dibujar. En las paredes, cada dibujo se transformó en obra de arte al ser colgado de una tanza. Fueron quedando así dibujos de jirafas, arcoíris, caligramas con letras de canciones. Los creadores, como Martina, le tomaron foto para conversar el recuerdo. La maratón de dibujo estuvo coordinada por Pupé Ilustra y Daniel Roldán y la competencia de Cultura Rap y un karaoke para toda la familia tuvo a Diego Cánepa como anfitrión.
La Noche de los Museos tuvo una asistencia sostenida que se volcó a las recorridas a pesar del frío y el viento que convirtieron la jornada en un paréntesis invernal para la primavera porteña.
Mientras seguían las filas para entrar, por ejemplo, a la restaurada confitería El Molino en Congreso, todas las líneas de subte y premetro seguían funcionando de manera gratuita hasta las 23.30. Además, en los colectivos que estaban señalizados, mostrando el "pase libre" (disponible para descargar de BOTI), también se podía viajar gratis.
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