“La Medicina sirve para prevenir las enfermedades, para curarlas, para aliviar el sufrimiento pero además, hoy tiene que ayudar a morir”, dice a Página/12 el médico Mario Sebastiani, profesor universitario e integrante del Comité de Bioética del Hospital Italiano. Acaba de publicar el libro que desde el título pregunta: “Si pudieras elegir de qué manera morir … ¿Qué harías?”, donde argumenta a favor de la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido. El libro llega cuando ya hay en la Cámara de Diputados cinco proyectos para legislar sobre ambas prácticas en casos de enfermedad grave e incurable o padecimientos graves, crónicos e imposibilitantes, que presentaron legisladorxs del oficialismo y la oposición entre fines de 2021 y lo que va de este año.
“Soy consciente de que es un tema muy complejo y difícil de hablar para todos. Pero hay que pensar que calidad de vida es también darle el derecho al que sufre de que pueda decidir cuándo y cómo morir. Hay legislaciones de este tipo en varios países del mundo. Así que entiendo que es un debate que los argentinos nos debemos como sociedad”, señaló a este diario la diputada del Frente de Todos Mara Brawer, autora del último proyecto que ingresó en la Cámara baja para regular la eutanasia y el suicidio asistido.
Hay otras cuatro iniciativas:
· El 25 de noviembre de 2021 ingresó el proyecto “Ley de buena muerte. Regulación de la eutanasia” (el expte. 4597-D-2021), firmado por el exdiputado y actual senador radical Alfredo Cornejo, y los diputadxs Jimena Latorre (UCR) y Alejandro Cacace (Evolución Radical).
· El 6 de diciembre de 2021 la diputada del Frente de Todos Gabriela Estévez acompañada por las legisladoras de su bancada Brawer, Carolina Gaillard, Mónica Macha, Cecilia Moreau, Florencia Lampreabe, Jimena López, y Carla Carrizo (Evolución Radical) presentó el proyecto “Derecho a la prestación de ayuda para morir dignamente - Ley Alfonso” ( expte. 4734-D-2021).
· El 8 de agosto de 2022 se presentó el proyecto de ley de “Regulación de la eutanasia y la muerte asistida” (Expte. 3956-D-2022) firmado por los diputadxs radicales Julio Cobos y Pamela Verasay.
· El 11 de agosto de 2022 la diputada Carolina Moisés del FdT presentó el proyecto de ley “Derecho a la prestación de ayuda para morir dignamente” (Expte. 4092-D-2022).
¿En qué se diferencian?
Los proyectos tienen algunas diferencias pero en lo sustancial regulan el derecho a la eutanasia, que consiste en que personal médico ayude al paciente a morir cumpliendo con rigurosos procedimientos. El de Brawer también habla de suicidio asistido, que es básicamente cuando el paciente –asesorado por un o una médica-- se autoadministra una droga para poder terminar con su vida sin sufrimiento.
En los países que llevan décadas con la eutanasia legalizada, de cien personas que mueren, diez pidieron hacerlo a través de ese procedimiento o un suicidio asistido pero solo el 2 o 3 por ciento finalmente recurrieron a ese derecho, señaló Sebastiani. Es decir, es una opción, una alternativa, pero no una práctica tan extendida.
En el proyecto de Brawer, la persona solicitante debe padecer una enfermedad grave e incurable, una lesión, o un padecimiento crónico grave, progresivo e imposibilitante, que le provoque sufrimientos intensos, dolores o padecimientos psíquicos, o una condición de gran dependencia y disminución de su integridad, que a su juicio le resulten indignos o intolerables. Es más amplio en su redacción que las demás iniciativas y hace explícito que los padecimientos pueden ser psíquicos además de físicos, y remarca que es la persona solicitante la que determina si son tolerables o no. Los otros proyectos (Estévez, Moisés, Cornejo y Cobos) hablan de “sufrir una enfermedad grave o incurable, o un padecimiento grave, crónico o imposibilitante” o no terminan de explicitar el origen físico o psíquico de los mismos y a juicio de quién resultan intolerables.
En el proyecto de Estévez como en el de Brawer es requisito tener más de 18 años, mientras que en propuestas como las de Cornejo y Moisés, se habilita para el ejercicio de este derecho a las personas mayores de 16 años.
Todos los proyectos remarcan que la decisión de la persona solicitante es voluntaria, en pleno uso de sus facultades y no está condicionada por terceros o por una situación reversible (por ejemplo, si el paciente no pudo acceder a tratamientos curativos o paliativos, los cuales deben ser garantizados si la persona así lo desea). En el caso de que la persona no esté en condiciones de solicitar por sí misma el procedimiento, porque la gravedad de su padecimiento así se lo impone, se realizará la práctica sólo si ha dejado con anterioridad directivas anticipadas según lo establece el art 11 de la Ley de Derechos del Paciente, detallando la voluntad de acceder a este derecho.
Algunos proyectos como el de Estévez contemplan consejerías para les pacientes.
“El proyecto de prestación de ayuda para morir dignamente o Ley Alfonso lo empezamos a trabajar en el año 2018 luego de conocer a Alfonso Oliva, un joven cordobés que padecía ELA y que fue el primer paciente en plantear públicamente la necesidad de que nuestro país regule la práctica eutanásica. Para construir este proyecto estudiamos las experiencias de otros países del mundo que ya habían avanzado en el reconocimiento y la regulación de este derecho, como Colombia y España, y nos apoyamos en las experiencias de los pacientes y familiares, así como en los conocimientos de los especialistas”, contó a Página/12 la diputada Estévez.
¿Dónde es legal?
La eutanasia es legal en siete países: Holanda (el pionero), Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia, Nueva Zelanda y España. Días atrás, Uruguay le dio media sanción a un proyecto que legaliza esa práctica y ahora debe ser debatido en el Senado. “Varios estados de Estados Unidos tienen regulado el suicidio asistido”, apuntó a este diario Sebastiani, que fue consultado por algunos legisladores para la redacción de sus proyectos.
“En estos casi 40 años de democracia se sancionaron distintas leyes que refieren a la autonomía sobre el propio cuerpo y la propia vida sin afectar a terceros. Abrir el debate en relación a una ley de eutanasia va en esa línea”, destacó Brawer.
--¿Por qué ahora este libro? –le preguntó Página/12 a Sebastiani, médico conocido por la defensa del derecho al aborto.
--Claramente en nuestra cultura no nos gusta hablar de la muerte, nos da miedo, tenemos un pensamiento supersticioso: si hablamos de la muerte pensamos que la podemos estar llamando. El sentido del libro, del título del libro, es poner en el tapete sin dramatizar: finalmente nos vamos a morir todos. Es muy probable que el Congreso avance con el tratamiento de este tema. Entonces, te pregunto, ¿qué harías…? Es muy frecuente que muchos elijan como forma de morir no levantarse de la siesta o tener un paro cardiaco, sin sufrimiento porque efectivamente asociamos que cuando no es así, una muerte súbita, vamos a tener dolor, sufrimiento, indignidad. Cuando haya ley de eutanasia y suicidio asistido se va a poder elegir. Yo no quiero morir repentinamente. Lo que quiero es que la Medicina me diga más o menos cuanto tiempo tengo de vida y de esa manera, tendré que hacer unos saludos, leer algunas páginas que no he leído, tomarme unas botellas de vino que no tomo nunca y despedirme, quiero estar acompañado, y quiero que la ley me permita que cuando no doy más, la Medicina me ayude. Si la vida es nuestra también tenemos que tener el derecho a decidir nuestro proceso de muerte.