En boca de cualquiera sería cualquiera. Pero en palabas del presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires la definición suena más fuerte: “Axel, supongo, en la provincia”. Así definió esta mañana Máximo Kirchner las chances de que el gobernador Axel Kicillof sea el candidato a la reelección para 2023.

Al hablar con El Destape, cuando fue consultado sobre quién le gustaría para candidato a Presidente dijo dos cosas. Una, textualmente, ésta: “(El peronismo) no tiene. Creo que Alberto ha dicho que sí. Por lo que he leído Massa ha dicho que no. Creo que Cristina tampoco va a ser, así que habría que ver”. Y la segunda respuesta fue la que sigue: “Después de la derrota de ayer estoy muy golpeado para hacer aseveraciones”. El presidente del PJ bonaerense es de Racing, que anoche regaló la posibilidad de salir campeón cuando estaba por terminar el partido con River cuando no convirtió un penal que podría haberle dado la victoria.

El tono general, como se ve, no es taxativo. Hay “creo”, “por lo que he leído” y “supongo”. Pero incluso en el último caso, el de “supongo”, sí aparece el nombre de Axel Kicillof de manera explícita. Una lectura posible es que falta mucho tiempo para las elecciones de octubre de 2023, o para las PASO de agosto en caso de que se confirmen, pero que en las condiciones de hoy en principio estaría definida la intención del kirchnerismo de que Kicillof sea el candidato.

Kicillof le dijo a este diario en una entrevista publicada el domingo 16 que estaba entusiasmado con el trabajo de la gobernación pero aclaró que formaba parte de un espacio colectivo y que ese espacio tenía una conducción. Era una referencia obvia al kirchnerismo y a la propia Cristina Fernández de Kirchner.

Una especulación en danza es que CFK ya dio por perdida la pelea electoral a nivel de todo el país y que se atrincherará en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, un paneo de este diario no encontró otra cosa que elucubraciones. Ese plan, al menos hoy, no existe. 

“El peronismo nunca fue un partido vecinalista sino nacional”, dijo una de las personas consultadas. “Así el distrito sea el de la provincia de Buenos Aires, no deja de ser un distrito de proyección nacional y con influencia desde una candidatura nacional.” 

Ni siquiera la vuelta de algunos intendentes a su pago, como Juan Zabaleta a Hurlingham y ahora Jorge Ferraresi a Avellaneda, estaría relacionada con un supuesto blindaje sino, en todo caso, con algo que ya fue revelado aquí: el proyecto no es el encierro en un castillo sino aumentar las diferencias en los distritos populosos de voto peronista (Matanza, Lomas de Zamora, Moreno, Merlo, Malvinas, entre otros) y reducir el daño en los distritos hasta ahora reacios como Bahía Blanca. El peso de esas diferencias es tanto bonaerense como nacional.