Desde Río de Janeiro
En la recta final hacia las elecciones en Brasil, las cosas se mueven, pero no en la dirección esperada por Jair Bolsonaro. Roberto Jefferson, político vinculado a Bolsonaro hace tiempo, estaba en prisión domiciliaria, promoviendo todo tipo de provocaciones – incluso llamó prostituta a una ministra del Supremo Tribunal Federal-, hasta que la justicia decidió que vaya a la cárcel.
Cuando la policia lo fue a buscar, Jefferson reaccionó disparando docenas de balas contra los patrulleros, lanzando también dos granadas, que hirieron a tres policías. Se resistió varias horas, hasta que terminó entregándose. Bolsonaro dijo que nunca se había sacado fotos con Jefferson, que no era su amigo. Hasta que se publicaron docenas de fotos de Jefferson, muy amistosamente, con Bolsonaro.
El ministro de interior fue enviado por Bolsonaro para hacer algún tipo de mediación, haciendo de ese episodio un caso de Estado. Un periodista de Globo fue gravemente agredido por un bolsonarista.
Este lunes, después del movido fin de semana, se conoció la encuesta para la elección presidencial de una de las dos encuestadoras confiables, IPEC, con el mejor resultado para Lula desde la primera vuelta, cuando Lula tuvo ventajas de 5 puntos -que luego bajó a 4-.
En el nuevo sondeo, contando los votos válidos y todavía sin medir las consecuencias negativas para Bolsonaro de este último incidente, Lula tiene 54 % de los votos, Bolsonaro 46, una diferencia de 8 puntos. Así, Lula recupera una tendencia ascendente, a menos de una semana de la votación.