En la despedida de Martín Galmarini y ante una multitud en Victoria, Tigre fue goleado 4-1 este lunes por Arsenal, en la continuidad de la última fecha de la Liga Profesional, que ya consagró campeón a Boca Juniors.
Julián Navas, Mauro Pittón y Francisco Apaolaza, en la primera etapa, y Facundo Kruspzky, en el complemento, marcaron para el equipo del Viaducto conducido por Leonardo Madelón, que no continuará en el cargo.
Descontó el paraguayo Blas Armoa para el Matador, que con esta derrota cedió a Huracán la posibilidad de disputar la Copa Libertadores 2023 y deberá conformarse con jugar la Copa Sudamericana.
Lo dicho: el Matador tenía como consigna ganar para asegurar su plaza a la próxima edición de la Libertadores. Pero en el inicio, el hecho más relevante ocurrió en el octavo minuto, instancia en la que el "Pato" Galmarini, el número 8 e histórico capitán de Tigre, se retiraba de la actividad profesional a los 40 años, saludado por todos sus compañeros y recibiendo un baño de cariño que bajaba desde los cuatro costados del estadio José Dellagiovanna.
Enseguida, su reemplazante Armoa habilitó para la entrada de Alexis Castro, cuyo remate salió muy cerca de un poste. En la jugada siguiente, se juntaron Armoa, Menossi y Colidio de media vuelta volvió a encender la alarma en el arco defendido por Alejandro Medina.
Aun con Retegui -el artillero del certamen con 19 goles- bien tomado por los defensores de Arsenal, el local era dominador. Sin embargo, la visita avisó tras una recuperación en mitad de cancha de Miloc, quien dejó a Damián Pérez en buena posición para definir frente a Martinelli, aunque el capitán no pudo capitalizar la ocasión. Al rato, un cabezazo de Colidio tras centro de Menossi encontró bien parado al seguro arquero de Arsenal.
Pasada ya la media hora, el picante Armoa fusilaba al gigante Martínez, quien logró despejar el remate a puro reflejo. A los del Viaducto no les alcanzaba con las insinuaciones de Apaolaza ante el hostigamiento de su anfitrión. Entonces vinieron seis minutos fatídicos para Tigre.
Primero, el defensor Luciatti se llevó puesto el balón de atropellada en la puerta del área y no hizo más que servírsela a Navas para la apertura del marcador.
Por si faltaba algo a semejante mazazo y con la última línea local totalmente desarticulada, la recuperó el inteligente Kruspzky, quien cedió para Pittón y éste de emboquillada definió ante la floja frespuesta de Marinelli.
El estupor fue generalizado cuando el propio Kruspzky volvió a escapar por izquierda y abrió para Apaolaza, quien en plena zona caliente sacudió otra vez la valla de Marinelli. El Matador debía ganar, pero al cabo de los primeros 45 minutos era goleado en su propia casa.
En el arranque del complemento, el endiablado Kruspzky se llevó la marca y entre dos defensores locales sentenció el cuarto del Arse, un resultado que a esa altura pintaba irremontable.
El desconcierto era total, pero el aliento igual bajaba de las gradas. Armoa descontó para Tigre, cuya segunda participación en el máximo torneo continental -en la primera, el Matador compitió pese a haber descendido de categoría- se le escurría de las manos. El duelo ya estaba prácticamente definido hacía rato.
Con el 4-1 en el buche, Arsenal se dio el gusto de volver a ganar en Victoria y de engrosar su flaco promedio de cara a la próxima temporada.