¿A quién vas a llamar al 911? Le decía el policía Felipe Manuel Varela a su ex esposa cuando la asediaba y la golpeaba. El numerario, que aún sigue en funciones y fue Jefe del Servicio de Emergencias 911 de Catamarca, fue imputado por violencia de género a dos años de radicada la denuncia.
En julio, ante la Cámara de Apelaciones s y Exhortos el abogado defensor de Varela había argumentado que ante la inacción del entonces fiscal de Cuarta Nominación, Ezequiel Walther (hoy imputado por hurto), la causa debía ser archivada. Sin embargo, la jueza Elena Berrondo Isí resolvió no hacer lugar a este pedido y determinó que la Fiscalía, esta vez a cargo de Antonella Kranevitter, debía continuar con la investigación e imputarlo.
El abogado de la sobreviviente, Sebastián Ibáñez, confirmó que finalmente y a más de dos años de denunciado el policía fue imputado. No obstante, las imputaciones actuales (amenazas agravadas) no reconocen los años de tormentos que debió pasar su ex esposa quien no se animó a denunciarlo antes justamente porque él era el Jefe del Servicio 911 y le decía que sus compañeros policías nunca la escucharían.
En este marco se solicitaron nuevas pericias, entre ellas exámenes psicológicos para la sobreviviente y para el mismo Varela.
La sobreviviente, había relatado que la violencia al lado de Varela la vivió durante casi todo su matrimonio. “Me golpeaba la cabeza contra la guantera del auto. No había freno. Llegue a hacerme la desmayada o la muerta para que me deje de pegar”, contó en su momento a Catamarca/12.
Policía Violento: Aún la fiscalía no se decide a imputar
Además, Varela le apuntó repetidas veces con su arma reglamentaria, la cual le quitaron solamente por pedidos públicos y otros realizados por asociaciones feministas al Ministerio de Seguridad. No obstante, hasta hoy el numerario continúa en funciones.
En tanto, y ante la inacción de la Justicia y la desprotección del Estado, debió irse con su hijo a vivir y trabajar en otra provincia. Hasta ahí y con diferentes estrategias, el Policía la continuó hostigando aduciendo que nunca lo imputarían porque nadie le creería. Esas amenazas también fueron denunciadas y desde entonces, habría bajado un poco el grado de violencia aunque no las secuelas y el miedo que dejaron en ellas los años de tormentos.