En la narrativa de Abdulrazak Gurnah (Zanzíbar, 1948), conviven la Historia con mayúsculas y la pequeña historia. Sus historias dan cuenta del universo -histórico, político, cultural, económico, social- en el que están inscriptas, a la vez que reflejan las vidas de ese tipo de personas que no suelen salir en los diarios. Con esa doble mirada el escritor tanzano radicado en Inglaterra construyó su camino literario, que el año pasado lo llevó hasta el Premio Nobel de Literatura.
El galardón habilitó que su obra empezara a conocerse en español. A la edición de Paraíso y A orillas del mar, se suma ahora La vida, después, el último título de su producción, publicado por el sello Penguin Random House.
Esta ficción ubica a los personajes en el contexto del colonialismo en el África oriental a comienzos del siglo XX. Los acontecimientos recorren la derrota del imperialismo alemán, la colonización por parte de los británicos y la independencia de Tanzania. Pero el foco está puesto siempre en el impacto que estas convulsiones políticas provocan en los individuos.
Cuando le concedieron a Gurnah el más alto galardón literario, el jurado destaco su "conmovedora descripción de los efectos del colonialismo en África y de la suerte de los refugiados, en el abismo entre diferentes culturas y continentes”.
Gurnah llegó al Reino Unido en los años 60, huyendo de la represión política en Zanzíbar. Como exiliado, vivió en carne propia los temas que luego plasmó en su literatura: las elecciones de vida impuestas por las circunstancias, el sentimiento de dislocación, la búsqueda de la memoria histórica. Su obra, en definitiva, refleja con elegancia, la complejidad de su propia existencia.