El presidente Alberto Fernández quiere ser candidato en las PASO de 2023. Así lo asegura a su círculo más íntimo. Él está convencido de que las primarias son una herramienta fundamental y que no deben ser suspendidas. "Ya lo dijo el 17 de noviembre del año pasado frente a toda Plaza de Mayo. ¿Por qué va a cambiar de opinión?", dicen en su entorno. Además, según analizan en Casa Rosada, en caso de que algún sector del oficialismo quiera avanzar y eliminarlas, no conseguirían los votos necesarios en el Congreso. Cerca de Fernández hicieron la cuenta y llegaron a la conclusión de que "hay más de doce diputados del bloque propio que votarían en contra". En el Gobierno, sin embargo, consideran que, tal como adelantó el diputado Máximo Kirchner, sería bueno acortar el período entre las primarias y las generales. “Hoy la disputa, más que por las candidaturas, es por ver quién tiene la decisión. Y el Presidente quiere que la decisión la tome la gente a través de las PASO”, explican.
La definición del candidato
En Balcarce 50 consideran que el proceso que se dio en 2019, es decir, la selección del candidato por parte de Cristina Kirchner --líder del sector mayoritario de la alianza--, fue una "excepción" y que ese mecanismo no debería ser la regla, ni lo que suceda en 2023. Se imaginan para el año que viene algo similar a lo que transitó el peronismo en las elecciones de 1988, donde hubo una gran interna entre Carlos Menem y Antonio Cafiero. Fernández, según comentan desde su entorno, "desprecia el personalismo" y considera necesario "construir un proceso colectivo para conseguir el mejor resultado".
"La elección a dedo puede ocurrir en un momento excepcional, pero no puede ser la regla. La democracia interna de los partidos es igual de importante que la democracia general", resaltan. Para ellos, dentro del FdT hay expresiones muy diversas que deben ser escuchadas. Los que están peleando por lugares en las listas, en muchos casos, son "los gordos" de la CGT y los movimientos sociales. Todos espacios por el momento cercanos al Presidente. "El que gana gana y el que pierde acompaña", aclaran en Casa Rosada y subrayan que esa es la única posibilidad de que la alianza del FdT funcione a futuro.
Abreviar el lapso entre elecciones
Desde el kirchnerismo opinan que Alberto Fernández se vería muy expuesto si decidiera presentarse en las PASO. Lo ven como algo peligroso porque, en caso de perder en agosto, su imagen quedaría afectada y también la gobernabilidad. Hay cuatro meses entre las primarias y el fin de mandato. En el Gobierno no lo analizan como un problema y cuestionan que desde otros sectores de la alianza "nunca estuvieron preocupados por cuidar la autoridad del Presidente". Más allá de eso, dicen que sí les parece una buena idea abreviar ese lapso entre las PASO y las generales. Algo que deberá debatir el Congreso.
El acuerdo para acortar el plazo entre las elecciones no sería solo al interior del oficialismo sino también con la oposición. Esa modificación, que se discutiría luego del tratamiento del Presupuesto --y una vez que comience el Mundial--, también le daría al Gobierno unos meses de tregua para mejorar los números de la economía y llegar de otro modo a las elecciones. En el Ejecutivo, además, barajan la posibilidad de avanzar en otras cuestiones vinculadas a la ley electoral: por ejemplo, habilitar a que, en lugar de fórmulas, en las PASO se voten candidatos. De ese modo, el ganador de las primarias podría elegir como vicepresidente al que salga segundo en las primarias.
El diálogo al interior del FdT
Según supo este diario, Fernández habló por última vez con la vicepresidenta el domingo. Lo hicieron tras el anuncio de la salida del ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. El Presidente y la vice suelen comunicarse por Telegram y, en contraste con los rumores que dicen que el diálogo entre ellos está cortado, en Casa Rosada afirman que no. Que Fernández nunca se alejó de ella.
La situación no es igual con el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. El lunes, el hijo de la vicepresidenta aseguró que hace mucho tiempo no habla con el Presidente ni con nadie de su entorno. "Máximo tendrá la doble tarea de enojarse y desenojarse", dicen cerca de Fernández y aclaran que el Presidente nunca hizo nada para romper el diálogo. "Lo que tenemos que hacer es apuntar todos los cañones contra nuestros adversarios y dar un debate público sobre las dos miradas de país tan distintas que tenemos. Macri dijo que hay que terminar con todos los derechos sociales y sindicales en la Argentina. Eso es lo que nos tiene que preocupar", reflexionan.
Más allá del mensaje conciliador, en Casa Rosada dijeron no haber comprendido "el motivo" o el mensaje que Kirchner quiso dar el lunes y opinaron que su intervención "generó confusión en un momento en el que no necesitamos eso". Con respecto a la oposición, según los números que manejan en Casa de Gobierno, en este momento tanto JxC como el FdT tienen cerca de 35 puntos de intención de voto.
La candidatura de Alberto Fernández
Durante los últimos días varios dirigentes del FdT, tanto bonaerenses como nacionales, hablaron de posibles candidaturas. Más allá de lo que dijo Kirchner --consideró que CFK no se presentaría como candidata ni tampoco Massa, diagnóstico que comparten en la Rosada--, el gobernador Axel Kicillof planteó que “Cristina es quien conduce el movimiento político más importante del país y tiene todas las condiciones para ser presidenta” (ver aparte).
El que sí asegura que se anota como competidor es Alberto Fernández. Este martes el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, dijo que apoyaría una posible candidatura suya, mientras que Teresa García, presidenta del bloque de senadores del FdT bonaerense, opinó que "si Alberto Fernández quiere ir a una PASO está bien, pero la sociedad ya le dijo que no".
El Presidente está convencido. En Casa de Gobierno dicen --según las encuestas a las que tienen acceso-- que Fernández es una de las figuras que "mejor mide fuera del Frente de Todos". Adentro del espacio aclaran que los números dan "2 a 1", 2 para CFK y 1 para los espacios de Massa y Fernández. Ellos entienden que su espacio es importante para conseguir votos que no comulgan con el kirchnerismo, imprescindibles en un ballottage. "Llegamos a más gente por fuera", confían.
Recuerdan que en 2019 CFK tenía un 32 por ciento de los votos y cuando el peronismo se unió llegaron al 48. El Presidente cree que tiene "la misma chance que cualquiera", o incluso "más chances". Cerca de él lanzan que la vicepresidenta "cuenta con un rechazo muy fuerte". Ella --analizan-- "no quiere volver a ser candidata porque no le gustaría perder". También descartan a Massa como candidato porque su estrategia sería dejar pasar un tiempo y presentarse en 2027.