Otro defensor dejó a los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola en un asombroso offside. Es que los acusadores sostuvieron en su alegato que los expresidentes de la Agencia General de Vialidad Provincial (AGVP) de Santa Cruz esquivaron los controles evitando designar un síndico que verifique todo lo realizado por el organismo vial santacruceño. Supuestamente así se liberaban las manos para beneficiar a Lázaro Báez. Pero la defensa de dos de esos expresidentes de la AGVP los dejó literalmente pagando. 

El abogado Miguel Angel Arce Aggeo exhibió este martes en el juicio una ley de 1991, de la legislatura de Santa Cruz, que eliminó el cargo de síndico de la AGVP y les derivó el control a otros tres organismos, en especial al Tribunal de Cuentas provincial. Además, intervienen también la Contaduría General y la Fiscalía General, responsables de revisar todas las operaciones. 

La cuestión es de máxima importancia porque el Ministerio de Economía de la Nación mandaba los fondos a la tesorería general santacruceña, que recibía los certificados de obra de cada tramo y les hacía la transferencia a las contratistas. Esta última parte del proceso, entonces, no estaba exento de controles sino sujeto a tres distintos: Tribunal de Cuentas, Contaduría y Fiscalía. Lo contrario de lo que dijeron Luciani-Mola.

Difícil sumar más argumentos

La defensa de Juan Carlos Villafañe y Raúl Santibañez, ambos expresidentes de la AGVP, arrancó con una frase que se cae de madura en este juicio: “Ya es muy difícil sumar argumentos contra el armado de los señores fiscales. Un armado totalmente falso. Sucede que el resto de las defensas ya no dejó nada en pie”.

El abogado Arce Aggeo inició su alegato refiriéndose a Villafañe, que encabezó el organismo vial entre marzo de 2006 y diciembre de 2007. En ese período se pusieron en marcha un total de 26 obras de las cuales se hizo una pericia sobre una sola.

Arce Aggeo lo ejemplificó así: “Es como si hubiera un homicidio y se hace la autopsia sólo sobre un dedo”. Antes que el letrado, una evaluación parecida la hizo Federico Paruolo, defensor de Nelson Periotti, extitular de Vialidad Nacional: “Es como si tuviéramos 51 homicidios (las obras que ganaron las empresas de Lázaro Báez en Santa Cruz) y se hicieran sólo cinco autopsias”.

El grotesco corresponde, de entrada, al juez que instruyó la causa, Julián Ercolini, que nunca hizo ninguna pericia para ver si las 51 obras estaban mal o bien hechas, si hubo sobreprecios, si se terminaron o no, si las licitaciones fueron correctas o no. Fue la estrategia típica de Comodoro Py, orientada a perseguir opositores: acusaban sin hacer las pruebas esenciales, como las pericias. Lo urgente era hacer la denuncia y llenar la tapa de los diarios alineados con el macrismo.

El Tribunal Oral Federal 2 se encontró entonces con un juicio en el que se acusaba a 13 personas por 51 obras de las que no había ninguna pericia. Los jueces Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Gorini y Andrés Basso resolvieron entonces peritar sólo cinco de las obras, por falta de tiempo y economía procesal. Es decir, que Villafañe, a quien le adjudican haber puesto en marcha 26 obras, podría ser condenado —sería extrañísimo— por las conclusiones sacadas en una única obra, una única pericia de los 26 tramos de rutas en los que tuvo alguna actuación.

Las insólitas pericias de las rutas

El problema, además, es que ni siquiera se pueden tener en cuentas las pericias que se mandaron a hacer sobre apenas cinco obras de las 51 cuestionadas. Sucede que el perito oficial, Eloy Bona, que tweeteaba contra Cristina Kirchner, decidió hacer dos estudios por separado: uno, realizado por tres contadores y el otro por tres ingenieros.

Los tres contadores —en representación del tribunal, la fiscalía y las defensas— llegaron a un acuerdo y sostuvieron que no hubo irregularidades. Pero los tres ingenieros protagonizaron una feroz polémica en la cual discreparon totalmente y utilizaron métodos distintos. 

“El haber separado las pericias —explicó Arce Aggeo— terminó con los ingenieros discutiendo si hubo o no sobreprecios, algo para lo que no están preparados. Los especialistas serían más bien los contadores. Y los ingenieros usaron cada uno su método y aparecimos los defensores debatiendo sobre cuestiones de ingeniería, algo de lo que no sabemos y nunca se vio en la historia judicial. Así son las cosas en este juicio extraño”.

Las audiencias continuarán el lunes próximo y Arce Aggeo ya adelantó que usará esa jornada y la del martes 1 de noviembre para completar el alegato.

Después podría llegar el turno de los fiscales que tal vez le contesten a las defensas. En ese caso habrá una nueva ronda de respuestas de los abogados de los imputados. 

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