La Mesa del Aya Mark'ay Quilla exigió que este 2 de noviembre se respeten las ceremonias tradicionales de comunidades indígenas y migrantes que todos los años se realizan en el cementerio de Flores para despedir a las almas de sus difuntos. La tradición que incluye actuación de músicos, y momentos de compartir comidas y bebidas, lo que cada año suele motivar el despliegue de un operativo de seguridad en el lugar.

La "práctica es fundamental y es pilar de nuestra esencia, de nuestra identidad. Coartar esta práctica es aniquilar la identidad ancestral, indígena", advirtió la activista quechua María Urquizo, representante de la Mesa del Aya Mark'ay Quilla.

Cada 1 y 2 de noviembre, las comunidades quechua, kolla, aymara, andinas y bolivianas celebran el Aya Mark'ay Quilla, expresión quechua para "Día de los Difuntos". "Los ajaius (espíritus de nuestros antepasados) llegan desde el tiempo eterno y los esperamos con mucho amor para reencontrarnos tanto con la familia como con el entorno comunitario. A las 12 se los espera y la estadía termina en la misma hora del 2", detalló Urquizo.

En qué consiste la celebración

La celebración comienza el 1 de noviembre, en el interior de los hogares. Allí se preparan ofrendas con comidas, como los tantawawas (panes con formas de niños), bebidas, flores, golosinas, hojas de coca y cigarrillos para "sentir la convivencia de ambos planos", vivos y muertos.

Al día siguiente, los deudos concurren a los cementerios, adonde trasladan una mesa con ofrendas "para despedir a los ajaius".

Los referentes de la Mesa del Aya Mark'ay Quilla advirtieron sobre la "criminalización, violencia y estigmatización" que padecen cada año quienes desean celebrar el Día de los Difuntos en el cementerio de Flores.

Sin embargo, "desde hace 15 años hay un operativo represivo de la Ciudad con el despliegue policial de fuerzas, drones, seguridad privada y perros que se aplica a más de 60 mil personas que pasan durante la jornada para realizar esta práctica. A través de la Dirección de Cementerios, prohíben el ingreso de las tantawawa (panes), frutas, bebidas y de músicos", explicó Urquizo.

Esa perspectiva securitaria no debería aplicar en un caso como el de la manera de celebrar de estas comunidades, que "es con música, comida, un compartir comunitario completamente diferente a la despedida judeo cristiana".

La mesa de diálogo, con gusto a poco

Desde hace cuatro años se llevan adelante reuniones entre el Ministerio de Seguridad porteño y los grupos que celebran este día para "interpelar estas prácticas", y este año las reuniones se llevaron adelante con la subsecretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, tras un pedido de las comunidades. "Para nosotros es un avance", sostuvo Urquizo, pero advirtió que "no hemos podido acordar los puntos que nos parecen primordiales para empezar el diálogo".

Entre los pedidos de parte de la Mesa del Aya Mark'ay Quilla se encuentran que no haya militarización en la zona, que no se requise a las personas en la entrada al cementerio ni se les realice control de alcoholemia, además de que no se prohíba el ingreso de bebidas, comidas y músicos.

También que haya suficientes baños químicos y camiones de agua, que se garantice la limpieza del cementerio y sus alrededores con posterioridad al evento y que se extienda el horario de visita al predio.

Las autoridades del Gobierno porteño se comprometieron a abrir el cementerio una hora más de lo habitual, hasta las 17.30, garantizar la limpieza del lugar y el acceso a baños y camiones de agua.

En tanto, el operativo se seguridad "será similar a los que realizaron en las últimas oportunidades con Agentes de Prevención y Seguridad Privada", informaron a Télam desde la Subsecretaría. 

"Habrá controles en el único acceso abierto, Avenida Varela y Balbastro, donde no se permitirá el ingreso de bebidas alcohólicas y de puestos de venta de comida. Las banda musicales podrán ingresar de a una", añadieron.